Oblivion’s Mighty Trash es uno de los rostros del nuevo rap de Medellín. Su trabajo comienza a ser conocido. Foto: Cortesía.
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A finales de octubre, Oblivion´s Mighty Trash publicó su segundo álbum No Me Acuerdo. El próximo año estará en el festival Estéreo Picnic.
Oblivion’s Mighty Trash es uno de los rostros del nuevo rap de Medellín. Su trabajo comienza a ser conocido. Foto: Cortesía.
Oblivion’s Mighty Trash empezó a escuchar rap desde que era chiquito porque esa era la música que escuchaban sus primos, que eran mayores. Pero fue cuando escuchó Manzanas a la vuelta, el segundo disco de Doble Porción, que entendió que el rap era más que música, era la vida.
“Yo me fleché de una, esa gente hablando como uno. Me parecía increíble que comprendiera absolutamente todo de lo que estaban hablando”, dice Oblivion.
En el rap estaba el mundo tal como él lo nombraba y lo habitaba, y desde entonces todo ha sido rap, porque Oblivion se puso a investigar y a escuchar otros raperos de otras ciudades y otros países y estaba en esas cuando escuchó Todos tienen que comer, el disco de Crudo Means Raw, y después de eso entendió que no era solo escuchar, sino que quería empezar a hacer su rap.
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“Me movió tanto por dentro que yo me dije “tengo que hacerlo, a mi no hay nada que me guste más en esta vida que esto. Yo necesito hacer esto”. Fue la primera vez en la vida que yo sentí que algo me llamaba a concentrarme y a sentarme y a no hacer otra cosa que no fuera solo eso”, dice Oblivion.
Empezó a escribir y fue aprendiendo a hacer sus propios beats, pero no le mostraba a nadie, si mucho a un par de amigos. Cómo se acababa de graduar del colegio, se matriculó en la universidad a estudiar psicología, pero se desmotivó rápido, porque empezó la pandemia y porque prefería el rap, por eso cuando vio el reto que circulaba por esos días en redes sociales, ‘16 en cuarentena’, que invitaba a grabarse rapeando algo propio, se animó y subió su video. Era la primera vez que publicaba algo, y a la gente le gusto y se lo hizo saber, y ese estímulo era el impulso que le hacía falta para decidirse a lanzar canciones, por eso a los dos días lanzó la primera, Vibing.
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“Lo grabé como a las dos de la mañana, en el closet, con un computador viejito que tenía, con los audífonos del celular, y al otro día lo solté en YouTube y SoundCloud y aun con esa mala calidad la gente empezó a compartirlo mucho y a decirme que estaba bueno”, dice Oblivion.
Entonces se salió de psicología, y empezó a estudiar producción musical, pero la música, como él la entendía y la quería hacer no tenía nada que ver con lo que enseñaban en la academia, porque allá lo ponían a hacer sobre todo reguetón y guaracha o cualquier cosa muy comercial.
“La mayoría de las cosas que nos ponían eran como para enseñarnos que uno siempre va a trabajar para otros, y esa es la cosa, a mí, realmente esa idea de uno tener que hacer la música que todos le piden, obligado, eso a mí no me gusta. A mi lo que me gusta es hacer lo que me gusta, sobre todo en el sentido creativo, yo mantengo muchas ideas en la cabeza como para que me estén encasillando y cerrando el camino hacia la dirección que quiera el otro”, dice Oblivion.
Entonces se salió y dijo en su casa que lo que necesitaba era unos seis meses sabáticos, y se los tomó, y en ese tiempo hizo su primer disco: LO-POCALYPSE LOOPS. Pero quiso volver a la universidad y se matriculó en Comunicación Social, y en la primera clase del primer semestre entró al salón y el compañero que se le hizo al lado de inmediato le dijo: “ey, papi, usted es Oblivion, uf, que buenos temas”.
“Ahí empecé a comprender una cosa y es que esto también es una puta profesión, entonces decidí que definitivamente no quería estudiar y que todas esas decisiones que yo había tomado hasta el momento habían sido por puro miedo de lo que me pudieran llegar a decir las personas que yo considero que son mi única autoridad, que son mis papás”, dice Oblivion.
Así, decidió que su profesión es ser rapero, finalmente eso es lo que viene estudiando y haciendo desde aquel día, en 2018, cuando escuchó por primera vez Manzanas a la vuelta, cuando el rap se volvió su vida.
Desde entonces, todo lo que le pasa y lo que piensa lo pone por escrito, en sus canciones. El rap se trata de eso, de sensatez, de no ser nada más que sí mismo. Y eso es lo que hace Oblivion, por eso rapea lo que rapea, de sus amigos, los amores, los parches y los desparches, de vivir sin muchas pretensiones, de la ciudad y sus problemas, de la gringificación de Medellín, de la rabia, de todo lo que le pasa por la cabeza, después de pensarlo lo suficiente.
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Lo de Oblivion es ir rastreando cada alegría y cada malestar, buscar de donde viene lo que le pasa, que tanto eso tiene que ver con el lugar que se ocupa en el orden social, eso también es el rap, es política.
“El rap es un género que siempre se ha caracterizado por ser contestatario, por ser político... Yo no me puedo mentir a mí mismo y no hablar de las cosas que me molestan... la gente que pretende escuchar un artista que habla de cosas profundas, diciendo cosas banales, está meando fuera del tiesto. Yo soy artista, pero soy rapero y en el rap es inevitable encontrar posturas radicales. El rap es hablar de la vida y la vida también es injusticia e inconformidad y muchas cosas que no están bien, y el rap se encarga de decirlas, de representar. Si la gente habla de representar es porque está hablando por alguien”, dice Oblivion.
Y esa es justamente la razón por la que Oblivion Mighty Trash ha ganado tanto reconocimiento en tan poco tiempo, porque cuando habla de él, habla de la otros.
Pero como la vida le ha cambiado tanto en tan poco tiempo y no quiere olvidar las cosas que le han pasado y lo han hecho ser como es, hizo No me acuerdo, su más reciente álbum. Un disco que es como un diario.
“Básicamente quise grabar momentos porque siento que a veces, por vivir a la carrera, uno no termina pensando en nada de lo que está sucediendo a su alrededor y pues yo que al menos tengo la oportunidad de poder sentarme a escribir tranquilo. Quería escribir vueltas que me ayudaran a recordarme qué es lo que soy, qué es lo que son las personas que me rodean, qué es lo que estoy haciendo, por qué, por eso, le puse No me acuerdo, porque eso me ayuda a recordar”, dice Oblvion.
De eso se trata no solo el rap, sino también la vida, de no olvidar para no dejar de entender de donde se viene y cuánto ha costado lo conseguido.