Naty Botero le canta a lo dulce y amargo que ha sido su regreso a la música
La artista, que se radicó en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde cría a sus melliza de tres años, está estrenando el sencillo Tamarindo.
Naty Botero regresa a la música tras un receso en el que se fue a vivir a la Sierra Nevada de Santa Marta, donde vive con sus mellizas de tres años de edad. FOTO Cortesía
Hace más de seis años que Naty Botero decidió cambiar la adrenalina y “comodidades” de las ciudades, por una vida más tranquila, en medio de la naturaleza, en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Desde allí trazó un nuevo camino en su vida, más espiritual, más conectada con sus energías, pero sin dejar de lado su pasión por la música, que la convirtió en una de las artistas más destacadas de la industria del techno nacional.
Dentro de ese nuevo proceso acaba de lanzar el tema Tamarindo, una canción alegre, “con todos los colores, los matices y la dualidad de la vida con una analogía de los momentos dulces y amargos de la vida”, dice la artista que nació en Medellín, en entrevista con EL COLOMBIANO.
El single es la apertura de lo que será su nuevo álbum, que saldrá la mercado en el segundo semestre de este año, en simultánea con el documental sobre su vida en la Sierra Nevada.
La canción
Sobre Tamarindo, la cantante, que hace tres años fue madre de mellizas, dice que apareció en un momento complicado por el que estaba pasando.
“Quería sacar todo lo que estaba sintiendo, utilizar esas emociones para volver a sentir mi cuerpo, volver a sentirme conectada quería volver a encontrar la musa dentro de mí, sacar esa mujer llena de fuerza, de eso se trata Tamarindo, es ese sabor dulce y amargo de tener que salir de lo que es cotidiano y lo que nos está molestando para encontrar la liberación que tiene un proceso de dolor”, expresa la cantante que además estudio producción de cine.
La artista reitera que Tamarindo representa a la nueva Naty, que después de la maternidad se vuelve a “empoderar” con el sonido rítmico, electrónico y dance que siempre la ha caracterizado. “Habla de este proceso, de lo dulce y amargo que ha sido volver a crear y estar en contacto con la música”.
Del álbum, dice, recopila esta etapa de su vida, de vivir en la Sierra Nevada, de criar a sus hijas en este sitio, de vivir en la naturaleza y dejar la ciudad para conectarse más con ella misma con su ser.
El regreso
Sobre lo que ha encontrado, tras su receso, en la industria actual de la música, reconoce que ahora es “súper reguetonera” y que le alegra mucho lo que está pasando con la mujer, por el puesto que se ha ganado.
“La música latina que a más lugares ha llegado es la urbana, entonces estoy feliz de no hacer reguetón, porque pese a que tengo ciertas influencias del género es muy chévere seguir con mi línea, porque me gusta refrescar la industria con otros sonidos, siguiendo mi intuición. Me gusta es disfrutar mi música y no solo estar atenta a lo que quiere el público”, expresa la artista desde su casa en las entrañas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Sobre el documental que está preparando, dice que siempre le ha gustado mezclar la música con historias “contar dónde nació y cómo fue la creación de esas canciones, entonces me pareció superchévere hacer un proyecto visual para narrar las razones que tuve para dejar la ciudad y conectarme con la naturaleza, con mi ser, con mi energía y mis chacras”.
Busca, de paso, concientizar y fomentar la gratitud y el respeto hacia la tierra, con un mensaje de devolver un poco de los regalos que se ha recibido de ella.
