En su casa querían que fuera a la universidad, que estudiara odontología o medicina, pero Luis Fernando Mesa quería ser pianista. El problema era que el único piano que tenía cerca estaba en el bailadero del esposo de su tía Alba, y no se le dejaban tocar por miedo a que se desafinara, porque con ese piano de cola se acompañaban las presentaciones que hacían en el lugar artistas de la talla de Daniel Santos, Roberto Ledesma y Alci Acosta, entre otros.
Luis Fernando se puso a trabajar en el bar del bailadero picando hielos, naranjas, limones y lo que fuera con tal de estar ahí, cerquita de los músicos y del piano. Trabajaba hasta las cinco de la mañana y cuando todos se arreglaban para irse él se escondía en el baño, esperaba que salieran y se sentaba en el piano a tocar, a intentar, hasta las siete u ocho de la mañana.
–Yo empecé a aprenderme los números de oído, tendría 17, 18 años más o menos –dice Luis Fernando–. Y había un señor que se llamaba Ricaurte Arias, era saxofonista y hermano de Edmundo Arias. Él le decía al dueño, o sea, al esposo de mi tía: este muchacho nos va a ayudar en el piano más adelante porque ya está tocando, y yo le estoy dando clases de armonía y de solfeo.
Y así fue. Tomate terminó tocando el piano de cola que le tenían prohibido porque el pianista oficial, que era cubano, se fue un día que se le enfermó la esposa.
–Entonces yo empecé a tocar y le dije al tío, ahora si no pico más naranja. Y si quieren que yo haga el piano me tiene que pagar. Y sí, me pagaron unos meses hasta que volvió el pianista de Cuba. Entonces ya vino la tristeza para mí, y yo dije, bueno, si no puedo tocar el piano, déjenme tocar el bajo.
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Poco después, Luis Fernando entró al conservatorio de la Universidad de Antioquia, y empezó a trabajar, primero con la orquesta Italian Jazz del Hotel Nutibara y luego pasó dirigir la orquesta del Hotel Intercontinental con la que acompañó a Leo Marini, Orlando Contreras, Daniel Santos, Toña La Negra, Claudia de Colombia, Billy Pontoni, Armando Manzanero y Nelson Ned. Así se fue ganando un lugar entre los músicos, y un apodo que lo haría inolvidable: Tomate, por colorado.
A lo largo de su trayectoria grabó con Rodolfo Aicardi, Alfredo Gutiérrez, Los graduados, Nelson Enriquez, e hizo parte de varias agrupaciones como el Sexteto Miramar, Los Latin Brothers, Fruko y sus Tesos y el Combo de Las Estrellas. Estuvo apunto de integrar el Grupo Niche, porque Jairo Varela lo fue a buscar, pero Tomate dijo que no. Se fue a Estados Unidos a buscar suerte, pero no encontró y se devolvió a Medellín, y cuando tocar en vivo, en bailes, dejó de ser tan rentable, Tomate empezó a alternar el piano con el taxi, y cuando vendió el taxi, ocho años después, empezó a dar clases de piano en el Tecnológico de Antioquia.
Tomate en combo
Tomate y Teo Grajales se conocieron en el Tecnológico de Antioquia. Teo sabía de Tomate por su trayectoria, y Tomate supo de Teo porque lo escuchó cantar y tocar varios instrumentos en sus clases, que eran en un salón cercano al suyo.
Teo, además de ser profesor, tocaba regularmente con José Tobón, cofundador de Puerto Candelaria. Buscando ampliar y renovar el repertorio, Jose le preguntó a Teo a quién podían invitar a tocar y Teo no dudó ni un instante en convocar a Tomate.
–Me acuerdo que tratamos de hacer un ensayo pero al final no se pudo, –dice Teo–, entonces tuvimos que llegar directo a tocar y eso sonó como si lleváramos años tocando. Yo en ese momento pensé jueputa, esto tiene que ser un grupo.
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Así nació Tomate´s Combo. Un grupo construido alrededor de Luis Fernando, como un homenaje por su trayectoria, por su maestría, pero también un grupo donde confluyen las carreras de todos los integrantes, tan cercanos a la salsa y todas las músicas que la componen. Tomate, que se ha movido siempre entre la música antillana y la tropical, Jose del jazz, Teo, que tiene tanto de salsero como de rapero, y David Rojas y Alex Londoño que ponen el golpe de la percusión. Su propuesta persigue la libertad y la improvisación del jazz, el sabor de la salsa y el piquete de barrio y la altanería que caracteriza al rap.
–Es una salsa que suena a 2023, contemporánea –dice Teo–, pero que tiene unas raíces bastante claras y marcadas en las décadas fuertes del movimiento como los 70's, los 80's y en personajes como Eddie Palmieri, Ray Barreto y Tito Puente que marcaron una ruta.
Es la salsa original, la que le canta por igual al amor, al ladrón, al suicida y a la comida. La que tiene el mismo sabor en Colombia, Puerto Rico, Nueva York o Panamá. Esa salsa del barrio que celebra lo cotidiano. Una música que no va de lo que se sueña, sino de lo que se vive. Una música que es pasado, pero también futuro, porque cada vez parece más urgente alejarse de las pretensiones, de los aviones y los millones, y disfrutar lo ordinario. Esa es la salsa de Tomate´s, salsa pura, salsa pal bailador.
Por ahora, el combo está concentrado en hacer un disco. Han grabado tres temas, pero el único que han lanzado oficialmente es Consomé, que cuenta con un vídeo dirigido por Juan Manuel Pineda, el encargado de toda la parte fotográfica y audiovisual de Tomate´s.