Las propuestas de Bad Bunny son las que están definiendo la ruta del reguetón. FOTOS GETTY
El panorama de la música en el mundo cambió desde hace 25 años, cuando en las listas de las canciones más escuchadas comenzaron a aparecer temas del género urbano, mientras que por las alfombras rojas de los premios los flashes de los fotógrafos se fueron para los reguetoneros.
Nombres como los de Tego Calderón, Don Omar, Daddy Yankee y J Balvin comenzaron a aparecer en las portadas de la revistas y canciones como Gasolina, de Yankee, en 2004, fueron éxito en todo el planeta.
Este siglo XXI ha sido del reguetón y, obviamente, de los reguetoneros, todo un fenómeno en el que Colombia, especialmente Medellín, ha sido clave para su consolidación.
“Fue J Balvin el que puso al mundo a escuchar reguetón”, comenta el argentino Pablito Wilson, autor del libro Reggaetón, una revolución latina, al apuntar que fue el artista paisa el que volvió industria los sonidos urbanos, que antes de su presencia y apuesta rara vez traspasaban la frontera de Puerto Rico.
Por eso, no es descabellado cuando se dice que Medellín es la capital mundial del reguetón. Desde acá no solo se internacionalizó, sino que se le dieron nuevos sonidos, más “romanticones”, que permitieron su llegada a otros mercados.
El hoy
Tras la explosión de talentos como Bab Bunny, Karol G, Maluma, Feid, Eladio Carrión y una lista interminable de artistas, el reguetón parece haber llegado a su techo.
El protagonismo de sonidos como el regional mexicano y el mismo pop han hecho que muchos se pregunten si este es el principio del fin del dominio de la música urbana.
A eso se suma que estrellas como Karol G, Feid, Maluma y Peso Pluma cada vez presentan nuevas propuestas en las que el reguetón suena a despecho, electrónica, pop o al mismo regional mexicano.
Al interrogante si el reguetón está mutando, se está transformado y sus sonidos originales tienden a perderse, el analista Pablito Wilson tiene una respuesta: “El reguetón, tal y como lo conocimos, será más de nicho, será difícil que vuelva a ser lo de antes”.
Su apreciación se basa en que, tras mucha presión mediática, los cantantes comenzaron a hacer temas “más limpios, menos sexuales” para cautivar nuevos públicos y la fórmula funcionó.
Explica que, por ejemplo, Karol G, Feid y Ryan Castro lograron hacer ese cambio, esa transición de manera más sutil y mantienen un poco la raíz del género, lo que explica su aceptación en el mercado.
Otro de los puntos que han acelerado este cambio, dice Wilson, es que después de la pandemia por covid-19 el reguetón “duro y sexual” mutó a las discotecas y allá se quedó y se volvió nicho.
Estas canciones perdieron protagonismo en las plataformas y redes sociales, que es donde se vuelven masivas y virales. Muchos de esos sencillos no llegan a TikTok, que es el mayor difusor de contenidos en el mundo.
Ya hay cambios significativos
Juan Diego Medina, al que casi todos conocen como ‘El Ciego’, cabeza visible de Industria Inc., sello discográfico que maneja artistas de la talla de Nicky Jam, Manuel Turizo o Nath, y que según Billboard es uno de los empresarios más influyentes de la música en el ámbito mundial, tiene su punto de vista en este debate sobre si el reguetón ya llegó a su techo.
“El género actualmente está cambiando, está dando un giro, a partir de que la nueva ola de talento mexicano puso la música urbana en una balanza”, dice, al anotar que es el momento en que las grandes figuras del reguetón (Bad Bunny o Karol G, entre otros) y los que vienen detrás analicen y definan cuál será su nueva propuesta, qué música van a seguir haciendo para vender.
Medina comenta que el género urbano se está moviendo, que “está raro”, que el reguetón tiene que transformarse, innovar y que ya lo está haciendo.
Cita el caso de Karol G, cuyo último sencillo, Contigo, no es reguetón, sino electrónica, y lo hizo al lado de DJ Tiesto, sin duda el gran referente de ese movimiento.
“Podría decir que es una canción pop, electrónica, dance... pero no es reguetón. Lo mismo sucede con Feid”, señala, a la vez que añade que hay que esperar a los pilares, específicamente Bad Bunny (que es el que puede tener el dominio de la tendencia) para ver con qué va a salir comercialmente, para marcar la nueva ruta.
“Su pasado álbum, Nadie sabe lo que va a pasar mañana, no es reguetón, es más trap y sus derivados”.
Según lo dicho por Medina, vienen dos años claves en el género urbano, en que se va a definir el nuevo rumbo de sus sonidos, sus letras, fusiones y contexto.
En cambio, a Pablito Wilson no le preocupa tanto el boom de la música regional mexicana, de la que dice no se puede medir su real dimensión, porque hay mucha plata de por medio, mucha de ella ilícita, que infló el real alcance de esta.
“Al contrario, figuras como Peso Pluma han buscado el reguetón para ser más masivos”, dice el autor de Reggaetón, una revolución latina y también escritor del portal Las 2 Orillas.
Para él, el gran pecado del regional mexicano, que no le permite ser tan popular, es que “no es bailable”.
Las nuevas generaciones
Otro detonante en los cambios a los que se enfrenta el reguetón es que esa generación que creció escuchando a Balvin, Don Omar, Daddy Yankee ya tiene más de 30 años, muchos son padres de familia y aunque mantienen su pasión por el género, no lo consumen de la misma manera y con la misma intensidad de antes.
Pablito Wilson dice que los cambios generacionales se dan cada cinco años y eso implica que se pierdan o se ganen nuevos seguidores cada determinado tiempo.
El analista musical explica que en la actualidad, donde todo es muy efímero, es muy difícil lograr que una carrera en el mundo del entretenimiento, ya sea en el cine, la televisión o la música, dure más de diez años, porque todo cambia muy rápido.
“El reguetón y el pop dependen de lo generacional, más en esta época que todo avanza tan rápido”, dice al explicar que hay músicos que hace diez años eran un hit y que hoy no están vigentes, porque su público creció y escucha otra tipo de música, tienen otros estilos de vida o ya no van a tantos conciertos como antes.
Tanto así que hoy las llamadas fiestas de “clásicos” son con J Álvarez o Ñengo Flow, que hace cinco años estaban en el top.
“En Colombia está sucediendo algo muy particular en el reguetón y es que los muchachos de 10 y 12 años están escuchando no solo las canciones del momento, sino de lo que sonaba en 2015 y antes, lo que habla de los cambios que hay de generación en generación”, comenta Pablito Wilson.
En ese sentido, Harold Jiménez, líder del proyecto Treinta&Seis - 36 Grados, la mayor productora audiovisual de videos, apunta que la música cambia cada dos años y que hay que estar preparados para esas transformaciones, muchas se quedan un tiempo, mientras que otras son efímeras. Actualmente, está en una de esa transiciones.
Aunque muchos detractores del reguetón lo señalan como un movimiento pasajero, efímero (pese a que lleva 25 años) al compararlo con la salsa y el rock, Wilson dice que ese paralelo no se puede hacer porque estos dos suman más de 60 años, mientras que el urbano apenas tiene de vida lo que va de este siglo.
Sin duda, cada vez será más común ver y escuchar a Karol G con letras más de despecho (una de la claves de su carrera), y con más colaboraciones con Tiesto y Shaggy.
También a Feid cada más cercano a los sonidos electrónicos, a Balvin con los afrobeat (su popularidad en África sorprende), a Ryan Castro haciendo más salsa y merengue, a Blessd más pop, como lo hizo en su más reciente álbum con Nicky Nicole, y a Maluma haciendo más regional mexicano, como ya lo hizo con el Grupo Firme y con Carin León.
El reguetón no se acabará, pero con seguridad sí cambiará mucho.