El fenómeno brat ya no es solo el nombre del famoso disco de Charli XCX: se ha convertido en una estética, una actitud y un lenguaje que está redefiniendo el pop desde sus márgenes.
Lo confirmó la propia artista en su show de Coachella 2025, este fin de semana, donde reunió a tres figuras clave del pop global —Billie Eilish, Lorde y Troye Sivan— en una presentación que condensó el espíritu de irreverencia, vulnerabilidad y autenticidad radical que define ese movimiento.
Troye Sivan fue el primero en sumarse, con una camiseta que decía “protege a las muñecas”, para interpretar junto a Charli el tema Talk Talk. Luego, el momento más íntimo: Charli empezó a entonar Girl, So Confusing —una canción que habla sobre las tensiones y contradicciones en las relaciones entre mujeres— mientras Lorde aparecía desde el fondo del escenario.
Cantaron juntas tomadas de la mano, frente a una multitud que coreaba cada verso como si fuera un manifiesto emocional.
Pero fue la aparición sorpresa de Billie Eilish lo que consolidó la idea de brat como una identidad compartida. La cantante angelina emergió desde una plataforma en el escenario principal para cantar Guess, uno de los cortes más confesionales del nuevo álbum.
Puede leer: Las claves del éxito del fenómeno de Billie Eilish
No hizo falta una gran producción ni discursos grandilocuentes: bastó la química entre ellas, el minimalismo estético y el poder de sus voces para entender que esto ya no es solo música, es un modo de estar en el mundo.
El estilo brat:
El fenómeno brat —marcado por visuales en verde neón, letras crudas, beats industriales y una actitud descaradamente honesta— se posiciona como el reverso del pop convencional.
Frente al perfeccionismo artificial y las narrativas pulidas, Charli XCX y sus aliadas apuestan por la imperfección, la ironía y la emoción desbordada como forma de verdad.
En su despedida del escenario, Charli dejó un mensaje proyectado sobre las pantallas: “¿El verano brat ha terminado finalmente?”.
Lea también: Shakira sigue cosechando triunfos: es la artista colombiana con más discos certificados
Segundos después, se respondió a sí misma: “Espera... me acordé... soy Charli. Y, sinceramente, solo quiero que este momento dure para siempre”.
Y así, entre risas, vulnerabilidad y beats filosos, brat dejó de ser un disco para convertirse en algo más profundo: un código emocional compartido por una generación.