Boom Alakrán: una receta nueva para la música vieja
Boom Alakrán es un experimento musical que parte de la salsa vieja para elaborar una receta nueva. Los ingredientes son todos conocidos, pero la receta no se parece a nada. Es puro sabor, puro pique.
De izquierda a derecha: Juan Carlos González, Sergio Parsons y Luis Felipe Zapata. Foto: Cortesía Héctor Álvarez. Intervención gráfica Sergio Parsons.
08 de agosto de 2023
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Boom Alakrán es todo lo que sus integrantes, con sus instrumentos, sean capaces de hacer, es todo lo posible. Una música rara, que busca la armonía en el caos, que le pone sabor a lo cotidiano. Una música urbana, en todo el sentido del término, porque habla de la ciudad, de la gente, de lo que acontece. Una música para todos, para expandir los límites de eso que dicen que es ser latino.
A esa música rara que se van inventando en cada canción, ellos la llaman Retumba, aunque más que un ritmo o un estilo musical, la retumba es una sensación: es el estremecimiento del cuerpo y el espíritu. Es una mezcla inexplicable, pero reconocible, es democrática, picante, provocadora, recursiva y caprichosa. Es cumbia rebajada, corrido en tiempo de mambo, rumba cubana con rap ochentero, es bolero trap y merengue embrujado. Es todo, porque no tiene límites.
Pero sobre todo, es una música que le da lugar a los músicos que han ido perdiendo su lugar, porque ahora no es necesario saber de música para hacer música. Es un experimento de Sergio Parsons, Juan Carlos González y Luis Felipe Zapata, también conocidos, como Malhechor, Villano y Forajido.
Su primer álbum fue La calle está dura (2020) y ahora están trabajando en el segundo titulado ¿Micelio y qué? El lanzamiento se hará canción por canción hasta completarlas todas. Hasta ahora han publicado “La Rebajada” (cumbia rebajada), y se vienen “Escupiendo balines” (bolero trap) y “Pa las brujas” (merengue embrujado). Su música se puede encontrar en Spotify, YouTube y las plataformas de audio. EL COLOMBIANO habló con Sergio para saber más de todo eso que es Boom Alakrán.
¿Quiénes conforman Boom Alakrán?
“Nosotros venimos de la salsa. Todos tocamos en diferentes orquestas de Medellín. Somos tres generaciones, Juan Carlos, el profe, que es un conocedor potente de toda la historia de la música cubana. Pipe, que es tal vez el trompetista más versátil de toda la salsa, con la particularidad de que lo que le gusta a él realmente es el metal. Y yo, que estudié percusión en Cuba y le pegué la oreja a Latina Estéreo en mil novecientos ochenta y cinco”.
“Nace realmente de una indigestión. Hace años recibí una llamada de un señor que hacía reguetón, Ñejo. Con el tiempo terminamos siendo amigos. Él quería que hiciéramos algo juntos, él es boricua y quería hacer algo con salsa. Trabajé unos cuatro o cinco años en un proyecto que él tuvo que se llamó La Fama All Stars. Esa fue una de las primeras piedras para que naciera Boom Alakrán”.
¿Por qué?
“Porque en esos años con Ñejo entendí muy bien de qué iba ese negocio de la música urbana y, sobre todo, de qué iba el cambio en el mundo musical que nos estaba pisando los talones a músicos que seguíamos haciendo música tradicional. Entendí el reguetón más que como ritmo, como negocio. Y digamos que me maluquié”.
Y entonces....
“Se me ocurrió esta locura. Le cerré los oídos a la salsa y me puse a escuchar músicas del mundo. A la par, como yo era solo percusionista, me fui a estudiar armonía, piano, canto popular y todo ese ambiente de las máquinas en una escuela de Envigado. Y después de tocar me iba con el profe a todos esos bares donde estaba sonando reguetón y electrónica, y con un cuaderno nos poníamos a mirar las frecuencias de los bombos y en donde estaban puestos los colores de esa música y cuáles eran los ritmos importantes que tenían. Y después nos íbamos para mi casa a conversar sobre esto que íbamos a hacer”.
¿Pero qué era lo que se imaginaba?
“Como el salmón, quería ir contra todo tipo de corriente. Mi idea era un poco hacer una música que no existiera, que fuera una sensación completamente latina, que estuviera toda esa herencia de la salsa marcada en ese punto, pero que tuviera un sonido completamente moderno y a tono con las cosas electrónicas que estuvieran pasando. Esa era mi idea”.
La base es todas esas músicas que en algún momento han definido lo latino, pero sin limitarse a ninguna si no construyendo con todas...
“La música de nosotros, así parezca urbana, está repleta de armonías, de armonías hermosas, que muy inteligentemente las hemos hecho asequibles para el oído y para los pies de quien la reciba, es un encuentro de culturas, nosotros lo llamamos ‘Retumba’”.
Otra cosa que no tiene límite es las composiciones, hablan de todo.
“Soy un lector asiduo y me mantengo muy informado de lo que está pasando en el país y en el mundo. Como decía Fassbinder, las historias están ahí, están en el periódico, en ese pasaje del libro y de la película, en la calle, en la esquina, en el bus. Todas esas historias están ahí, pero las músicas que están a tono con este mundo moderno son muy literales y nosotros queremos explorar también otras narrativas, otras maneras de decir las cosas”.
¿Cómo es el proceso creativo?
“Gran parte nacen de un concepto de algún malestar. Te lo garantizo. Cuando estoy muy maluco con algo, cuando un tema me está picando la cabeza o cuando algo me exalta demasiado se me viene un primer chispazo a la cabeza y ahí sale un primer coro. Por lo general, los coros llegan a mi cabeza con armonía y se los canto al profe”.
Esta música tiene también un componente muy político...
“Sí, lo de nosotros tiene un sustento filosófico, matemático y crítico. Todo eso en un colchón hermoso en clave de salsa. La salsa nos dio todo ese sabor. La salsa es una música urbana. Era una cosa muy, muy sensata, y ese es todo un bagaje que nos quedó a nosotros”.
Lo que tiene la música de ustedes es el barrio como punto de encuentro, todas pasan por ahí.
“Son músicas que han pasado por ahí, que han tocado a la gente y es música que es para eso también. Nosotros tres estamos transversalizados por el barrio. El profe vive en el 12 de Octubre, Pipe vive en Aranjuez y yo soy de Guayabal. Tenemos tres miradas muy, muy simpáticas de los barrios, cada uno está en una montaña diferente. El gran valor que tiene el pueblo latino –esto no lo digo yo, es algo de lo que habla el artista más consecuente que conozco y de los que más he aprendido que es Rubén Blades–, es el barrio. El barrio tiene la llave, como dice la canción”.
¿Cómo definir a Boom Alakrán?
“Boom Alakrán es un proyecto sumamente caliente, completamente latino, que tiene todas sus bases en la salsa y tiene sus formas conceptuales, digámoslo así, en el pensamiento crítico. Pero es un proyecto sabroso en el que continuamos haciendo música para la gente y en el que queremos que la gente goce. Es un proyecto muy diferente, raro. Y también nos hemos encargado con los años de que tanto los ritmos como las armonías y las melodías sean fáciles. Lo que menos necesitamos en esta época convulsa es complicarnos mal la vida. Y creo que Boom Alakrán si quieres que te lo definan en una sola palabra, es amor. Eso es lo que necesitamos. Amor”.
Le aquí la edición especial de agosto del suplemento Generación sobre las músicas y los sonidos de Medellín: