“Murió Edgardo Cozarinsky, y es como si se fueran en él muchas personas. Era escritor, cineasta, dramaturgo, actor, milonguero, un tipo inteligente, amable y talentoso”, escribió en su cuenta de X el escritor argentino Pedro Mairal.
En su juventud, Cozarinsky colaboró en la revista Sur, donde trabó amistad con los escritores Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, y conoció a Jorge Luis Borges.
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Como escritor, publicó más de una veintena de obras, entre novelas, ensayos y libros de cuentos, algunas de ellas son La novia de Odessa, Lejos de dónde, Vudú Urbano (prologado por Susan Sontag y Guillermo Cabrera Infante) y En el último trago nos vamos, que le valió ganar el V Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en 2018.
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En 1974 se radicó en Francia, donde se dedicó al cine. Dirigió documentales sobre figuras como Ernst Jünger y Stefan Zweig y películas de ficción como Ronda Nocturna.
Cozarinsky volvió a Argentina en 1989 y desde ese momento se dedicó a su pasión por el tango del que fue ferviente bailarín, lo que derivó en la publicación de su libro Milongas en 2007.