Bienvenido, welcome, bem-vindo, willkommen, bienvenue, benvenuto, kangei y huanyíng (las dos últimas su forma de expresión oral)
Ocho formas de expresión diferente que durante todo el día se escuchan en las aulas, los laboratorios y hasta los pasillos del nuevo centro de idiomas que la Universidad Eafit puso ayer al servicio de su comunidad estudiantil y en general de toda la ciudad.
Inglés, portugués, alemán, francés, italiano, japonés, chino mandarín y, claro, español, hacen parte de su oferta académica.
Aprendizaje vivencial
¿Un centro de idiomas que tiene una pequeña cocina, con un tablero y recetas para preparar pancakes o brigadeiros, por ejemplo?
Todo hace parte de la propuesta desarrollada por la Universidad en la que los estudiantes se apropian del nuevo idioma a través de experiencias vivenciales; vivir los lenguajes, lo llaman.
Es como una inmersión, pero sin salir de Medellín, explica de manera gráfica Thomas Hanns Treutler, director del centro de idiomas.
Reto y oportunidad
Para el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, el desarrollo de esta nueva edificación para el centro de idiomas, que cumple 25 años, es la respuesta a una necesidad de la ciudad evidenciada en varios estudios de competitividad, que resaltan la carencia de más personas familiarizadas con una segunda y hasta tercera lengua.
Pero también es una oportunidad para aprovechar el auge de personas extranjeras que quieren aprender español, un área en la que Medellín tiene un gran potencial, explica el directivo.
Eafit recibe este año cerca de 600 personas que llegan de otros países con el objetivo de tener una inmersión en nuestra cultura para aprender el idioma.
Sostenible
El centro de idiomas de Eafit se enmarca también en el plan de la institución de desarrollar un nuevo espacio que expande su tradicional campus de la avenida Las Vegas. Situado en el costado oriental de esta vía, se unirá al espacio actual mediante un puente peatonal.
El desarrollo arquitectónico, cuenta su diseñador Juan Manuel Peláez, responde justo a esa concepción de ser un puente de unir ambas sedes.
En su construcción se introdujeron innovaciones, como el corcho entre los materiales a utilizar, por su resistencia y también capacidad para absorber dióxido de carbono del ambiente que hacen parte de la intención de ser una edificación sostenible.
El nuevo campus Los Guayabos tendrá a futuro más desarrollos con sedes para posgrados y algunas de las escuelas de la universidad.