¿Cómo empezó Vértigo?
“Todo empezó cuando tuvimos la visión de hacer un tour internacional. Queríamos expandirnos y queríamos registrarlo. Abrirnos un poco a los lugares que íbamos a conocer y crear las canciones, tratar de buscar un color de la música que pudiera complementarse con las imágenes que íbamos a hacer”.
Es la primera vez que se involucra tanto en la producción musical...
“Si, donde más logré poner mi idea de la música. Es algo muy nuevo para mí, entonces lo tomo con mucho respeto”.
¿Cómo eso cambia su forma de pensar la música?
“Yo llevaba mucho tiempo tratando de encontrar una forma de plasmar mi idea de la música, estudiando producción y tomando algunas clases de piano y en ese camino fuimos encontrando el sonido para poder hacer una canción que sonara como Argentina sin que sonara a tango, por así decirlo”.
Viene de hacer una colaboración con Feid ¿cómo se dio?
“Por energía, por haber creado en algún momento de nuestra vida recuerdo juntos, estar en el estudio, grabar canciones, parchar en la calle, alguna vez compartimos alguna Navidad.
De cierta manera es como un agradecimiento al movimiento que somos y que nosotros en algún momento le aportamos algo. Al final, a él le gustaban las canciones de nosotros, le pudimos servir de inspiración en algún momento, entonces creo que esa es su forma de retribuir a la escena del rap. Lo hizo y tumbó una barrera. No es tan normal que un rapero latino tenga una canción con un artista que está número tres en el mundo”.
Volviendo al disco ¿por qué Vértigo?
“Es un sentimiento de ese momento de mi vida. Yo venía, posiblemente, de pasar el peor momento de mi vida personal a que me pasaran unas cosas muy buenas en la música, cerrar Colombiamoda, poder hacer una gira por el mundo, era como perder mucho y ganar mucho al tiempo, moverse mucho, estar en muchos lugares, aprender mucho, apostar mucho y volver a empezar.
En la manera de escribirlo, traté de conectar con una parte mía que a veces no la muestro mucho y que el rap tampoco permite sacarla mucho, porque al final el rap es como un deporte en el que hay que competir, pero cuando empecé este álbum escribí una frase que dice, mirar al cielo sin anhelos sería un regalo... Yo he pasado parte de mi vida tratando de esconderme a mí mismo, creyendo que yo no soy capaz de escribir cosas así y al final sí”.
Antes enfocaba su rap un poco más hacia lo que pasaba afuera, ahora va más hacia adentro...
“Claro. Los referentes que usé por ejemplo, Fernando González, Débora Arango, Guillermo Buitrago, traté de buscar otras cosas... hay una frase que dice, hay que dejar correr el agua, no cabe en las manos. Usted puede que no la entienda al principio, pero estoy seguro que si le pone cabeza, va a llegar a lo que yo quise decir. Hay algo que sentir con esa frase.
Tal vez eso me preocupa más en este momento. Quizás se tiñe la música un poquito de oscuridad y por momentos de ese vértigo, pero es que al final estamos haciendo arte, yo ya no veo lo que hago, como ‘uy, voy a rapear en una pista’. No, yo necesito hacerlo porque es lo que hago y si en el camino se vuelve mi propia terapia para poder seguir el camino, pues lo voy a hacer. Voy a hablar de mí las veces que sean necesarias en esas canciones”.
Este trabajo tiene mucho guitarras, una sonoridad muy específica...
“Como una sensación, sí. La guitarra me lleva a cuando empecé en la música, con los muchachos y tocábamos sin pretensiones. Tal vez en Vértigo quería un poquito eso.
En ese momento de mi vida yo escribía parecido... no sé si la palabra es introspectivo, es como más personal quizás.
Cuando llegué a la idea de vértigo pensé, todo el mundo en algún momento va a pasar por esto: llegar al punto más alto de su carrera laboral y algo pasa que hace que usted sienta susto, se sienta inseguro, crea que va a perder lo que logró y al otro día lo pierde y se siente ese vértigo. Uno se expone a eso y yo creo que en este momento quiero que mi música sea eso, que no le enseñe nada a nadie, pero que usted diga, eso me pasó en algún momento”.
Es como caminar al borde de un abismo, en cualquier momento, si se descuida se puede ir...
“Si, yo en uno de los temas digo como sé que parece que son temas nada más y les parece que son rimas nada más... como recordándoles que estos cinco temas que estoy haciendo no los estoy haciendo por monetizar, no es sólo por eso, es porque de verdad hay una presión que ha estado en mí hace muchos años, pero que desde que pasó lo de Santiago ha aumentado indiscutiblemente y hay veces me han dado ganas de no hacer más esto... al final los que están cerquita de mí saben como son esos demonios, y saben que ese vértigo no es inventado”.
¿Cómo encara esos momentos?
“Cuando pasan cosas tan drásticas, la forma como usted percibe las cosas cambia. No estar con alguien en un dúo, hace que las decisiones musicales sean mías, pero además ya no estoy en los 20, tengo una hija de 8 años, tengo una mujer, tengo una empresa con mis amigos, son muchas cosas que hacen que uno empiece a ver todo distinto. Ya todo es más serio y tal vez para una generación es menos divertido, pero ya no se trata tanto de divertir sino más bien de decir las cosas que no quieren escuchar y también les va a pasar en algún momento”.
Puede ver la entrevista completa a continuación: