Una vez, por casualidad, la escritora y docente antioqueña Rocío Vélez de Piedrahita se topó con una imagen que supo, inmediatamente, debía plasmar en las páginas de un libro. Una conocida le pidió entregar un paquete y quien la recibió cuando tocó la puerta para hacer la entrega fue una mujer mayor, muy sola y en condiciones de vida que podrían ser mucho mejores. La palabra abandono se sentía sin tener que verbalizarla. Al salir del apartamento se sentó en la escalera y lloró ante la soledad de esa mujer.
Pensando en ella surgió la idea de escribir La Cisterna, un libro cuya primera edición se publicó en 1971 y en el que Vélez de Piedrahita contó la historia de Celina, un personaje ficticio que fallece en absoluta soledad tras una vida repleta de abnegación.
Tras la muerte de Celina, una de sus sobrinas descubre un diario en el que su tía había plasmado su historia, sus sueños y sus pesadillas. Ella se da cuenta de que fue una mujer que vivió como extraña en su familia, pero cuya existencia siempre giró en torno a los demás y no ella misma.
La Cisterna fue reeditado y publicado de nuevo el año pasado por la editorial de la Universidad Eafit, que inauguró una Biblioteca en nombre de Vélez de Piedrahita. La colección de libros pretende preservar la obra completa de la autora. A los ojos de Claudia Ivonne Giraldo, jefe de la editorial y quien trabajó en la reedición del libro, esta es la mejor obra de la maestra antioqueña, quien falleció en 2019.
“Es la primera novela en América Latina sobre la institución de dejar una hija para el gasto”, señala. “Es una novela donde doña Rocío denuncia el trato que le daban a la tía de la narradora”. Esas explotaciones escondidas hacia mujeres solteras que se suponía debían cuidar de sus familias por encima de armar una vida propia.
La editora apunta que escritoras como Rocío Vélez de Piedrahita, Sofía Ospina de Navarro o María Elena Uribe de Estrada hay que leerlas reconociendo sus aportes “al conocimiento de la vida de esta ciudad, de esta región y de las mujeres”.
En cuanto a iniquidades o situaciones injustas para el género femenino de su época, “logran mostrarnos ese otro lado de la luna”. Otra reedición de la obra de la maestra se publicará en 2020 como parte de la Biblioteca. El 19 de marzo se pensaba hacer un homenaje a la vida de la escritora, pero será reagendado para cuando se restablezcan las condiciones.
Una mujer de letras
Su hija, Carmen Piedrahita, cuenta que su mamá fue muy independiente cuando decidía empezar a escribir uno de sus textos. Vélez de Piedrahita expresó, en vida, que creía que la escritura decía ser clara y por eso sus textos se destacaron por una sencillez “que no involucraba tantas figuras metafóricas o poéticas”, dice Giraldo.
Tenía una afición por los cuentos infantiles y “por lo que había detrás, de dónde venía la historia”, añade Piedrahita sobre su madre, quien fue docente de esa rama de la literatura. “Era una persona completamente curiosa, todo lo quería conocer y saber. Profundizaba y leía un montón sobre diversos temas”, apunta.
Giraldo, por su parte, considera que “Rocío fue una mujer muy inteligente”, de gran sentido del humor, sencilla y de muchísima amabilidad.