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Ley de Letras Decentes, la iniciativa después de +57: ¿Censura o protección de menores en la música popular?

Tras la controversia por la canción +57, la senadora Karina Espinosa propone la Ley de Letras Decentes para sancionar a artistas cuyas letras incluyan contenido inapropiado para menores. Este proyecto, que aborda temas de respeto y protección, despierta también el debate sobre la censura en la música y su impacto en la libertad de expresión.

  • La senadora Karina Espinosa presentando su proyecto de Ley de Letras Decentes, inspirado en la polémica por la canción +57, con el fin de regular contenidos inapropiados en la música para proteger a menores de edad en Colombia. FOTO Tomada de X @Kespinosaoliver
    La senadora Karina Espinosa presentando su proyecto de Ley de Letras Decentes, inspirado en la polémica por la canción +57, con el fin de regular contenidos inapropiados en la música para proteger a menores de edad en Colombia. FOTO Tomada de X @Kespinosaoliver
14 de noviembre de 2024
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La reciente controversia en torno a la canción +57 ha reavivado el debate sobre el contenido de las letras en la música popular y su impacto en la sociedad. La senadora Karina Espinosa, del Partido Liberal, ha anunciado la presentación de un proyecto de ley denominado Letras Decentes, que busca sancionar a los artistas cuyas composiciones contengan mensajes que falten al respeto a menores de edad, mujeres y adolescentes. Esta iniciativa surge en respuesta a la polémica generada por la mencionada canción, que incluye referencias sexuales a una menor de 14 años.

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Espinosa, junto a la senadora Sonia Bernal, argumenta que estudios recientes indican una correlación entre la exposición a letras con contenido sexual y conductas como el sexting entre adolescentes varones. Según la senadora, “escuchar letras de contenido sexual está asociado con futuras conductas de sexting entre adolescentes varones”. Además, sostiene que el reguetón “no es un pasatiempo, no es inofensivo, no es inocente ni ingenuo”, y que las letras misóginas pueden fomentar violencia contra mujeres, niños y adolescentes, así como incentivar el consumo de sustancias psicoactivas y el abuso infantil.

Sin embargo, la propuesta abre la puerta a un gran debate ya que “prohibir letras de canciones”, especialmente si son reguetón —la propuesta de Espinosa incluye una lista de canciones que, a su juicio, contienen mensajes degradantes y que deberían ser objeto de sanciones, canciones como La Groupie de De La Ghetto, Luigi 21 Plus, Ñengo Flow y Nicky Jam; Delincuente de Anuel AA, Tokischa y Ñengo Flow; Cuatro Babys de Maluma; La Quemona de Mishelle Master Boys; y Al Rojo Vivo de Octavio Mesa— podría considerarse un acto de censura y podría sentar un precedente peligroso para otras expresiones culturales, como el cine, la literatura y la poesía.

Así mismo, no hay que olvidar que la historia de la música popular está repleta de canciones que, desde diversos géneros, han abordado temáticas relacionadas con menores de edad en contextos románticos o sexuales, y que ninguna de ellas generó el mismo nivel de escrutinio que se observa hoy en día. Por ejemplo, Young Girl (1968), una canción pop rock de Gary Puckett & The Union Gap, dice específicamente “Jovencita, sal de mi cabeza, mi amor por ti está completamente fuera de lugar. Mejor que corras, jovencita, eres demasiado joven, niña. Con todos los encantos de una mujer, ocultas el secreto de tu juventud. Me hiciste creer que eras lo suficientemente grande como para darme tu amor, y ahora duele darse cuenta de la verdad”, y aún así, logró entrar en el Billboard Hot 100 en el puesto número dos y en Cash Box en el puesto número uno.

La Colegiala (1975) de Los Ilusionistas, fue compuesta por el peruano Walter León Aguilar e interpretada inicialmente por Los Ilusionistas, no obstante, esta cumbia que narra la admiración de un joven hacia una colegiala, solo ganó popularidad en los años 80 cuando el colombiano Rodolfo Aicardi y su Típica RA7, la interpretaron y la convirtieron en un éxito internacional. Este también es el caso de Niña coqueta (2021), una bachata de Luis Miguel del Amargue en la que el cantante expresa su atracción hacia una niña de 13 años: “ Pero espera que pase el tiempo, todo está en tus manos porque eres solo una niña de 13 años”; y de La nena de 17 (1993), un merengue dominicano de Los Hermanos Rosario que describe la atracción hacia una joven de 17 años, resaltando su juventud y belleza.

Ahora, por su puesto hay que celebrar que hoy la sociedad, de forma crítica, deje de normalizar las relaciones entre adultos y adolescentes o adultos y niños o niñas, y deje de sexualizar a los menores, pero, ¿qué pasa con la discusión sobre la censura en la música, que apropósito, no es nada nueva?

En Colombia, durante las décadas de 1970 y 1980, la canción protesta enfrentó restricciones tanto por parte del Estado como de organizaciones de izquierda, debido a sus contenidos ideológicos, tal y como lo explica un artículo de La Cola de Rata: “no solo la censura estatal intentó controlarla sino también algunas organizaciones de izquierda, en ambos casos por motivos ideológicos contrapuestos que veían un peligro en su masificación”.

Este antecedente, por lógica consecuente, plantea interrogantes sobre los límites de la libertad de expresión y el papel del Estado en la regulación del arte, que pueden arrastrarse hasta la actualidad tras la propuesta de Espinosa, la cual estará llena de desafíos significativos: por un lado, está la necesidad de proteger a los menores de contenidos potencialmente nocivos, obviando que de quién se esa responsabilidad —¿de los cantantes, de la familia o del Estado?— podría y debería ser una discusión aparte; y por el otro, está la importancia de salvaguardar la libertad de expresión artística y evitar una censura que podría extenderse hasta las demás manifestaciones de la cultura.

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