Es una historia real. La obra Salvator Mundi, subastada por 450 millones de dólares en 2017, sigue con paradero desconocido justo cuando esta semana (2 de mayo) se cumplen 500 años de la muerte de su creador, Leonardo da Vinci.
El cuadro de 65 x 45 cm, en el que Cristo emerge de las tinieblas bendiciendo con una mano el mundo, mientras con la otra sostiene una esfera transparente, iba a exponerse en septiembre pasado en el museo Louvre de Abu Dabi, socio de la famosa galería parisina homónima, pero la sala emiratí anunció que la exposición de la pintura se posponía, sin dar más explicaciones.
El Louvre de la capital francesa organiza para después de septiembre una gran retrospectiva de Leonardo da Vinci, para la cual deseaba exponer la obra. “El Louvre solicitó al Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dabi el préstamo del cuadro”, confirmó el museo, que añadió que “aún no tuvimos respuesta”. Hoy no se sabe oficialmente quién adquirió la obra.
Según The Wall Street Journal, el comprador sería el príncipe saudí Badr bin Abdalá, quien habría actuado en nombre del poderoso príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán (MBS), que nunca confirmó ni desmintió esta información.
En opinión de Artprice, líder mundial de bases de datos sobre cotización de arte, los ulemas (teólogos) de la universidad Al Azhar de El Cairo habrían recomendado a MBS no mostrarse con el cuadro por motivos religiosos: este presenta a Jesús como salvador del mundo, es decir, como Dios, cuya representación es imposible para el Islam.
Otras fuentes, incluidos historiadores de las religiones, comparten esta opinión.
Paternidad cuestionada
El ministerio de Cultura y Turismo emiratí no quiso responder a las preguntas y se limitó a asegurar que son “propietarios” del cuadro.
Tampoco quiso el Consejo Internacional de Museos, que registra el depósito de obras en las pinacotecas, confirmar o desmentir si se realizó un procedimiento entre el Louvre de Abu Dabi y el propietario de Salvator Mundi para oficializar el depósito.
Los expertos interrogados están divididos sobre la localización actual del cuadro. Algunos hablan del depósito del Louvre de Abu Dabi, pero otros afirman que nunca llegó allí.
Este misterio se suma a las dudas ya existentes sobre la autoría de la obra, que podría haber sido realizada por discípulos de Da Vinci, y no por el maestro.
“Algunos detalles no engañan, como la mala ejecución de un dedo –la rotación del dedo corazón, anatómicamente imposible– siendo Da Vinci un gran conocedor del cuerpo humano”, explica Jacques Franck, especialista de la técnica pictórica del genio italiano.
“En la época en la que se pintó (alrededor de 1500) Leonardo da Vinci hacía que su taller ejecutara sus obras, tenía muy poco tiempo”, añade.
Daniel Salvatore Schiffer, filósofo del arte y gran conocedor de esta cuestión, también niega la paternidad del cuadro. “Cuando se analiza con detalle, nada es de Leonardo. Además Salvator Mundi nunca se menciona en la correspondencia de Leonardo da Vinci” ni en la de sus contemporáneos, explica.
Credibilidad en entredicho
Las dudas sobre la autoría habrían “incitado al propietario del cuadro” a no exponerlo “hasta que los expertos de Leonardo se pongan de acuerdo sobre su atribución”, según Franck. El Louvre podría “manchar su credibilidad y su reputación” al avalar una obra sobre la que sigue habiendo dudas, considera Schiffer.
La credibilidad de Christie’s, la casa que organizó la subasta récord, también está en juego, según los expertos.
“Nosotros nos ceñimos a las exhaustivas investigaciones que condujeron a la atribución de este cuadro en 2010”, indicó un portavoz de la casa de remates.
Y sin resolver el misterio sobre su localización, se limitó a confirmar que la obra fue “transferida con éxito” a sus “nuevos propietarios bajo el control de los expertos competentes”.