Con casi cuatro décadas en la escena musical, La Pestilencia hace parte de la historia del rock nacional. Sus letras contestatarias, casi de protesta social y sus sonidos punk-rock están el Adn de tres generaciones de rockeros del país. Tras una paisa de casi cuatro años lanzaron este fin de semana el sencillo Criminal Cool, que hará parte de su nuevo álbum, que saldrá en diciembre y que será el último que graben, aunque seguirán en escena.
Dilson Díaz, productor y músico de la agrupación, habló con EL COLOMBIANO acerca de esta nueva canción y el futuro de la banda.
¿De qué se trata Criminal Cool, la canción que lanzaron este fin de semana?
“Este es el primer sencillo de un álbum que está planeado para salir en diciembre. La canción se llama Criminal Cool, que es sobre ese sentimiento de culpa que queda después de una fiesta bonita, de ese autoflagelo que uno se hace porque se siente culpable de haber salido”.
¿El tema mantiene la esencia de Pestilencia?
“Es muy onda Pestilencia, es punk-rock, con ese ritmo que te pone a bailar, que te entra en el cuerpo. Nos gustó mucho, el sonido quedó tal cual lo teníamos planeado y lo queríamos. Logramos el condimento ideal para armar este excelente plato”.
¿La producción se grabó toda en Los Ángeles?
“Todos los de La Pestilencia vivimos acá hace ya casi 20 años. Fue grabada y producida acá en Los Ángeles. Trabajamos con gente muy grande, que produce para Kanye West, Jay-Z y Marilyn Manson, les envié la canción, les gustó y ellos la mezclaron”.
“Desde pandemia, desde 2020, cuando lanzamos un sencillo. Lo cierto es que si hacemos memoria nosotros presentamos álbumes como cada cuatro años y no es que lo planeemos así, es todo coincidencia”
Le siguen apostando a los álbumes, pese a que la industria pide es sencillo...
“Es que ahora, con el tema de las plataformas, el sencillo es la manera más fácil de llegar, pero un álbum es importante para proyectar el trabajo y mostrar algo serio.
Es importante salir con una canción, pero que detrás haya un álbum de respaldo, porque muestra que sí hay un trabajo consciente.
Me atrevo a decir que quizás este sea el último álbum de estudio, el que lanzaremos en diciembre, de La Pestilencia. Pienso que ahí acabamos con todo el ciclo de composición. La banda continuará tocando en vivo”.
¿Esa decisión es por las dinámicas del mercado?
“Pienso que con nuestras letras hemos insistido muchísimo en que hagamos un cambio como país y no esperar una figura pública o política que nos cambie. Eso no va a pasar y llevamos muchos años en lo mismo.
En nuestras letras hemos llevado una carga fuerte hablando de esa problemática de país, si escuchas una canción del año 1986, la letra hoy sigue vigente, entonces hacer un álbum nuevo, en letras, es complicado porque hemos hablado de todas las formas posibles. Esa batalla me cuesta”.
“Es muy loco porque acostumbro ir día a día con la banda y con mis cosas, no siento los años.
Cuando uno empieza a hacer paralelos de tiempo y de cosas sí se da cuenta de que ha pasado un montón de tiempo, en el año 86 tocábamos en barcitos que nos lo prestaban e invitábamos a diez amigos a que fueran. Hoy en día tocamos ante, 40 o, 50 mil personas”.
¿Se perdió esa esencia rockera de Medellín?
“Esa batalla la hemos perdido bastante. Digamos que ya el campo del rock en Medellín no es lo que teníamos antes, de un potencial de un 100 % estamos en un 20%. Tristemente, hay que decirlo. Medellín se volvió la capital del reguetón y eso es una realidad. A los jóvenes les encanta más ir a una fiesta de reguetón que a un concierto de rock, la masa que acude a los conciertos rockeros ha disminuido”.