Tras su participación en festivales de Toronto (Canadá), Varsovia (Polonia), Río de Janeiro (Brasil), Huelva (España), La Habana (Cuba), Friburgo (Suiza) y Cartagena (Colombia), donde se alzó con el Premio del Público, La Suprema será la representante por Colombia en los Premios Oscar y Premios Goya.
Lea también: La Suprema: la película de ficción de un pueblo real y resiliente
En La Suprema vive Laureana, una adolescente afrocolombiana que sueña con ser boxeadora. Cuando se entera de que su tío se medirá por el título mundial y el evento será transmitido en vivo por televisión, ella y la comunidad harán hasta lo imposible para ver la pelea, aunque en su pueblo no haya electricidad y mucho menos un televisor.
Así se podría describir la historia de La Suprema, la ópera prima del director Felipe Holguín Caro, que el trasfondo de su trama va mucho más allá al hablar del valor de la dignidad, del trabajo por alcanzar los sueños y de la lucha de toda una comunidad contra el olvido.
Rodada en la vereda La Suprema del municipio de María la Baja en el departamento de Bolívar y protagonizada por Elizabeth Martínez, joven talento cartagenero y Antonio Jiménez, de la misma ciudad y con una importante trayectoria en la televisión colombiana, está lejos de ser solo un profundo drama humano.
Es una historia que transmite el coraje y la persistencia de toda una comunidad que pone el pecho a las adversidades y donde el humor es un salvavidas, por cuenta de sus divertidos personajes, todo esto al tiempo que muestra al espectador que la ‘Colombia Profunda’ de la que tanto se habla en las noticias, no es profunda ni lejana, en este caso está en el Caribe colombiano, a algo más de una hora de Cartagena, la ciudad más turística del país.
Le puede interesar: Así se hizo el primer documental sobre los cuatro niños perdidos en la selva hace un año
Además de ser auténtica, gracias a la participación de todo un pueblo y de los elementos reales de la cotidianidad que ambientan la película, tiene un ingrediente que la hace aún más poderosa: la música, para lo que se contó con la cantautora de bullerengue Pabla Flórez González, también nacida en María la Baja e hija de otra grande del folclor, la gran matrona Eulalia González Bello.
La cantadora, además de fortalecer las manifestaciones culturales, a través de su interpretación del bullerengue, le da vida a la abuela de Laureana, a quien intenta convencer de lucir vestidos, tener un buen marido e hijos en lugar de convertirse en boxeadora, segura de que ese es el camino a la felicidad.
Y es que, en esta zona agrícola ubicada en las faldas de los Montes de María, los estándares para este sentimiento son bastante simples: familia, comunidad, naturaleza, aunque su vereda no aparezca en el mapa y no haya ni luz para ver la pelea en la que uno de los suyos se enfrentará a puños por el cinturón de campeón mundial.