El regreso de Federico Gutiérrez a la alcaldía de Medellín ha sido motivo de celebración para muchos, pero no para todos, y entre esos están varios colectivos de jóvenes. Aun así, ellos han apostado por no juzgar antes de tiempo, sino proponer, y en un ejercicio de confianza en las instituciones, crearon un decálogo con las premisas que consideran fundamentales para trabajar en los barrios.
“Las juventudes necesitamos una política de seguridad preventiva y para la vida. Nos preocupa y atemoriza volver a vivir en una ciudad con una política de seguridad de mano dura y policiva (...) Queremos políticas de paz y seguridad que contribuyan a un cambio cultural para la desnaturalización del homicidio y el feminicidio, y para la descriminalización de la juventud popular”, se lee al principio del documento.
Los 10 mandamientos de las juventudes populares de Medellín es el trabajo conjunto de ocho organizaciones: No Copio, Morada, El derecho a no obedecer (Capítulo Antioquia) Primera Línea Medellín, Escudos Azules, Plataforma de Juventudes Medellín, La Mirla Soñada y la Biblioteca Popular Betsabé Espinal. Cada organización reúne las preocupaciones y las propuestas de los jóvenes que hacen parte de sus procesos y proyectos.
Muchas de estas organizaciones ya estaban activas en la administración pasada de Gutiérrez. De esa experiencia es que viene las prevenciones, por eso empezó la conversación y de ahí salieron las propuestas, explican algunos de los representantes de estas organizaciones, con los que habló EL COLOMBIANO. Ellos son Julián Machado, de No Copio; Stiven Hernández y María Fernanda Moncada, de la Biblioteca Popular, y Jenny Duque, de La Mirla Soñada.
La idea es mantener en esta administración la misma veeduría juiciosa y minuciosa que se le hizo a la pasada, pero sobre todo entablar un diálogo con la administración actual, que ponga a los jóvenes como interlocutores válidos en las políticas de la ciudad. Es un llamado a la acción de los jóvenes.
Antes que protestar, quieren participar, ser tenidos en cuenta.
“Medellín necesita un alcalde que crea en la voluntad de paz de los jóvenes y que lidere el cambio cultural para la protección de la vida”, dicen. Y ese cambio cultural tiene que ver con la desnaturalización de las violencias —homicidios y feminicidios—, pero también de las violencias cotidianas que parten del prejuicio y promueven la marginalidad y el estigma.
El trabajo detrás de esta propuesta se construyó a partir de la revisión del programa de gobierno de Gutiérrez: “Propuesta a propuesta diseccionamos y clasificamos el programa en lo que nos gusta y queremos mantener, lo que le quitaríamos y lo que nos parece que hace falta. Así fuimos construyendo el texto”.
Sus 10 mandamientos
1. Garantizar la continuidad y protección del proceso comunitario de la Biblioteca Popular Betsabé Espinal.
2. Implementar y fortalecer el Protocolo Nada Justifica el Homicidio
3. Mantener y potenciar la Secretaría de la No Violencia de la Alcaldía de Medellín
4. Articular con el Gobierno Nacional
5. Mantener el programa ‘Parceros’ en la Secretaría de la No Violencia de Medellín y armonizar con el programa nacional de Jóvenes en Paz
6. Implementar las recomendaciones del Informe Final de la Comisión de la Verdad.
7. Radicar el borrador de la Política Pública de Paz, No Violencia, Reconciliación y No estigamitazación, y la Política Pública de Derechos Humanos
8. Garantizar el ejercicio de la protesta y la movilización social pacífica
9. Duplicar el presupuesto de la Secretaría de Juventud para el cuatrenio, actualizar la Política Pública de juventud, el Plan Estratégico de Juventud y el Índice de Desarrollo Juvenil, de manera que se generen programas focalizados a las dinámicas y necesidades actuales de las juventudes de Medellín.
10. Liderar el fortalecimiento de los programas y políticas públicas culturales. Entre esos, aumentar el presupuesto de la Secretaría de Cultura en comparación a las últimas administraciones.
Lo idea, para estos jóvenes, es reunirse personalmente con los representantes de la administración para discutir el decálogo. Por ahora no hay cita planteada, pero esperan que se dé pueda dar pronto y que el decálogo incida en el plan de desarrollo municipal.
Un trabajo de todos para todos
Tan importante como desarticular bandas delincuenciales, es articular procesos y proyectos donde los jóvenes, pertenezcan o no a esas estructuras tenga espacios para construir y desarrollar sus proyectos de vida. De eso se tratan estos 10 mandamientos. De hacer énfasis en lo necesario y hacer esfuerzos conjuntos entre los ciudadanos y el gobierno local y nacional. “Este es un proceso de veeduría liderado por los jóvenes que apenas empieza. No estamos aquí con ánimos de pelear sino de incidir en la agenda pública”, dicen los jóvenes.