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Identidades, contradicciones y marginalidad: el arte de Johan Samboní

La obra del caleño Johan Samboní indaga sobre la construcción de identidades en contextos marginales.

  • Identidades, contradicciones y marginalidad: el arte de Johan Samboní
  • Johan Samboní nació en Cali en 1995. Estudió en el Instituto Departamental de Bellas Artes de esa ciudad. Foto cortesía.
    Johan Samboní nació en Cali en 1995. Estudió en el Instituto Departamental de Bellas Artes de esa ciudad. Foto cortesía.
24 de septiembre de 2023
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Yo podría estar en la calle robando pero estoy haciendo artes, es el primer libro del artista caleño Johan Samboní. En esas páginas está impresa parte de su obra, un proyecto que viene trabajando hace un par de años, pero que concentra inquietudes que Johan tiene desde mucho antes.

La mayoría de los trabajos que recoge el libro salieron de una exposición que hizo en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) titulada, Ensayo sobre pandillas, videojuegos, internet y palmeras, un trabajo en el que se cruzan las fronteras de la realidad social y la virtual, donde Johan se propuso mirar su entorno y las imágenes que se producían ahí, y terminó viendo como lo veían a él desde afuera por ser de ahí y cómo esas imágenes lo producían a él.

Su obra se concentra en eso, en la contradicción que implica la construcción identitaria —específicamente en un contexto marginal— donde se chocan las ideas que el mundo tiene de cada uno —por el lugar de donde viene, por como se ve— y lo que cada uno cree que es en el mundo.

Johan Samboní se crió entre Siloé y el oriente de Cali, ambas zonas marginales de la ciudad —lo primero que aparece en Google cuando se busca Siloé son titulares que señala al barrio como el más peligroso de Colombia—, por eso el nombre del libro, porque podría estar robando, eso es lo que suponen de los hombres jóvenes que vienen de esos barrios, pero está haciendo arte.

“La carrera de uno es una mini historia del arte que uno va reproduciendo. Al principio yo tuve interés por imágenes surrealistas, yo siempre pinté muchas deformidades o como vainas contorsionandose, o cosas así”, dice Johan.

En su obra esa maleabilidad de los cuerpos que retrata como deformándolos, es una forma a veces de asumir y otras de esquivar esos prejuicios sociales que se le cargan. Es una forma de evitar que el mundo y su ordenamiento lo amarren, lo vuelvan un estereotipo. Es una forma de construir su identidad.

“Eso responde a una cierta distorsión con la que yo he lidiado con respecto a mi identidad, en términos raciales y sexuales. Es algo con lo que he convivido desde el malestar, es un lugar confuso, una zona gris con la que me he tenido que reconciliar de alguna forma y siento que estas obras en particular lo que estoy haciendo ahora han sido formas de reconciliarme con eso y de entenderme dentro de toda esa multiplicidad”, dice Johan.

Y esa multiplicidad que ha querido asimilar y asumir, le ha permitido a Johan encontrar la belleza donde parece invisible, la fuerza donde se juzga violencia, y la vida donde solo se cuentan cifras y se ven prejuicios. Más allá de las palmeras, las pandillas, el internet y los videojuegos, Johan Samboní retrata el oriente de Cali como sólo él es capaz verlo. Su obra presenta otras realidades, es una apertura a ese mundo que habita.

Eso fue lo que hizo hace un par de años, en el marco del paro nacional de 2021, cuando Puerto Rellena se convirtió en Puerto Resistencia, y los habitantes y manifestantes erigieron un monumento enorme, una mano que sostiene un letrero que dice Resiste. Cómo una forma simbólica de sostener esa transformación en el tiempo, a Johan se le ocurrió cambiar los letreros de los Jeepetos, el transporte propio de la zona, para marcarlos con el nombre nuevo: Puerto Resistencia.

“Fue un momento donde se concretaron muchos sueños que durante mucho tiempo tuve sobre mi barrio y la zona donde vivía y era como poder ver toda esa fuerza, esa rabia de esa violencia que en realidad responde a una violencia mayor que hemos recibido, condensándose en ese momento que fue tan importante para que el país tuviera ese sacudón y se intentara repensar y escuchara esas voces invisibilizadas y marginalizadas”, dice Johan.

Por eso a Johan Samboní hay que mantenerlo siempre a la vista, porque a través de su mirada y de su arte, se ve el mundo de una forma que muchos desconocen, o no reconocen.

Si quiere saber más de Johan y su arte, puede buscarlo por aquí.

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