Carlos Hernando Rojas quería ser artista plástico, pero terminó siendo guardia del Inpec. Su hermano trabajaba ahí cuando él llegó a Medellín de Norte de Santander en 1995. Carlos venía a la ciudad a perseguir sus sueños de ser artista profesional, pero la crítica no fue amable y terminó trabajando en el Centro Penitenciario La Paz en Itagüí durante 20 años.
La vida le pesaba más cuando tenía que pasar horas en la soledad de las garitas de vigilancia y, para no perderse en el horizonte estático y vacío, dibujaba. “Utilicé el arte como medio de evasión”. Finalmente en 2005 tomó la decisión de inscribirse a estudiar en el Instituto de Bellas Artes, luego pasó a la Fundación Universitaria, se profesionalizó y se graduó en 2012. “El arte me tocó, me humanizó, me recuperó esa parte humana que el uniforme me había quitado”.
Hizo las prácticas profesionales en la cárcel de Itagüí iniciando lo que sería el programa Trazos de Libertad, una iniciativa que luego formalizaría la Fundación Casa Tres Patios, donde se imparten semanalmente talleres de creación artística a los reclusos. “Empezamos con cuatro privados de la libertad, en 2017, y a finales del año había 65”. Durante 2021, un total de 101 privados de la libertad, de las cárceles El Pedregal y Bellavista, hicieron parte del programa.
Cuenta Rojas que al principio a algunos se les nota las pocas ganas de estar ahí, ya sea porque no tienen interés de participar o porque su ánimo ha decaído, pero con el tiempo, ese poder humanizador del arte que Rojas experimentó en las garitas de vigilancia se manifiesta y cambia la perspectiva, así sea por un momento.
Aunque se estudian técnicas y se comparten estrategias para la exploración artística, en últimas lo importante del programa es brindar una válvula de escape para las emociones que se acumulan y dar espacios diferentes de socialización. Para Tony Evanko, artista y arquitecto de Casa Tres Patios, en las obras “se ven imágenes honestas y gestos espontáneos que nos permiten vislumbrar la esencia de estos artistas en este momento de sus vidas”.
La técnica predilecta es el dibujo y los temas incluyen la familia, la libertad, la paz, la tranquilidad, la angustia, la resistencia. Cada año se hace una exposición de los resultados de los talleres, evento que algunos de los artistas logran ver en libertad. El eje temático de la que se inaugura hoy, 9 de junio, en la sede de Casa Tres Patios, es el autorretrato. Evanko es el curador y habrá un conversatorio entre los talleristas y otros periodistas y académicos que trabajan en programas similares.
La transformación del programa no se limita a los talleristas, sino que se da en el entorno carcelario. Rojas, al jubilarse, dejó la cárcel de Itagüí con salones llenos de obras y un espacio expositivo, que él cree es el único de su tipo en el país. Por ahora, el programa se desarrolla en las cárceles de Bellavista y El Pedregal, pero el artista espera regresar pronto allí donde empezó con este proyecto.
La Fundación Casa Tres Patios le ha aportado a la iniciativa de Rojas todas sus conexiones y saberes dentro del mundo del arte, a él lo acompaña otra tallerista, Sonia Sequeda, quien trabaja con la fundación. Además, por las cárceles han pasado como invitados los artistas Camilo Restrepo y Ani Mesa.