La vida de Frank Martínez cambió radicalmente hace diez años, justo cuando figuró en el desaparecido programa Comediantes de la noche.
Antes de eso era un chistoso vendedor de ropa en una conocida tienda en Medellín, que en sus planes de vida nunca estuvo la comedia, pese a que todos en su alrededor le decían que se dedicara de lleno a hacer reír a los demás.
“Cuando me presenté a la convocatoria de Comediantes y gané acá en Medellín y luego salió esa rutina al aire en TV nacional fue el momento en el que para mí comenzó todo esto. A los tres meses renuncié a mi trabajo, una decisión muy arriesgada porque era algo fijo, fue una determinación que tomé desde la emoción, pero yo no conocía el gremio y me fue como un culo, duré más de un año sin que me entrara plata, me gasté la liquidación, fue horrible”, relata Frank Martínez en charla con EL COLOMBIANO.
Detalla que la situación fue tan extrema que una amiga de la familia, que tenía un supermercado en Calatrava, en Itagüí, le fiaba el mercado, porque no tenía con qué comprar. “Si no hubiera sido por ella la cosa hubiera sido terrible. Al año y medio comencé a mandar hojas de vida a todas partes, pensaba que la comedia no era para mí, empecé a tener problemas con la manager con la que trabajaba y veía este camino como la peor decisión que había tomado”.
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Todo cambió
Pese a ese inicio tan culebrero, hoy Frank Martínez no solo celebra diez años de carrera y 40 de vida, sino que cuenta con un gran reconocimiento, al punto que tiene el récord de haber llenado 15 veces el Teatro de la Universidad de Medellín, un recinto al que le caben 1.700 personas, tal vez el más grande del país.
“Rápidamente logré consolidarme. Hay muy pocos comendiantes en Colombia que nos podemos dar el lujo de decir que nuestra gran fuente de ingresos es la boletería”, recuerda Frank, que destaca que en ese año y medio de incertidumbre, tras su aparición en Comediantes de la noche “estuve desaparecido, me puse a escribir y muchas de esas cosas que escribí aún hoy las uso en los shows. Decidí dejar de quejarme y llorar e hice un gran banco de ideas, que con el paso de los años he sacado muchas rutinas de ahí”.
Sobre cuál fue el punto de quiebre que lo sacó de ese momento oscuro dice que sucedió en 2014, cuando se presentó en Acción Impro, en un espacio para 120 personas
“Comencé con una campaña muy agresiva en Facebook, enviándoles mensajes personalizados a todos los conocidos, invitándolos a que me fueran a ver. Esa función la vendí muy bien, quedé feliz, y como al mes hice una temporada de ocho fechas en pleno enero y las llené y luego pasé a 14. Me queda el orgullo que he llenado teatros desde la primera vez que me paré en el escenario y eso me emociona mucho, eso habla de que soy buen comediante o que soy bueno para vender, lo cierto es que funcionó”.
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Al destacar las cualidades que tiene en la comedia, Frank enumera que en ese oficio es importante el talento, pero que es fundamental el carisma y la forma de llegarle a la gente.
Una obra por año
En la comedia y en Stand Up Comedy la generalidad es que un artista tenga una o dos obras y las vaya renovando a lo largo de su carrera, Frank por lo contrario estrena una cada año: ya suma 10.
“Veía que los comediantes consolidados solo tenían uno o dos shows y al final todo era lo mismo. Me puse como propósito escribir cada año un show, pese a que todos me decían que era innecesario. Además, soy el único comediante que no prueba sus rutinas antes de estrenar, me parece putamente emocionante la adrenalina de estrenar directamente, de ver la reacción de la gente y a partir de ahí comienzo a improvisar”.
Este viernes estrena en el Teatro de la Universidad de Medellín la obra Cuarenta diez, que estará en temporada hasta el 3 de agosto, con funciones de viernes a sábado.
Sobre esta nueva propuesta dice que no tiene un tema específico “me gusta es sapotear, me encanta sorprender a la gente, mi conector con el público es el aplauso, es la presión que le meto a cada chiste, que debe sacar un aplauso. Hablo de todo, en especial de la crisis de los 40 años, mucho humor negro”
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Destaca que a sus 40 años se siente en el mejor nivel desde que comenzó a hacer comedia. “La gente me sigue comprando, yo antes hacía tres funciones a mitad de año y tres al final y en este ocasión cogí cuatro y ya están casi que agotadas las boletas”.
Sobre su actualidad, tras el paso por Master Chef Celebrity y los problemas de salud y de depresión que padeció hace dos años, dice que está escribiendo mucho otra vez, “reorganicé mi vida y saqué más tiempo para mí, estoy trotando y eso me tiene muy engomado, escribo sagradamente, quiero aprovechar este buen momento para escribir mucho, porque estos chistes me van a dar de comer en los próximos 10 años”.