Empezar el año con arte para tomar de ahí lo que cada uno pueda, lo que cada uno vea. La estridencia, la audacia, los detalles, el empeño, la tenacidad, la disciplina, la vocación, la irreverencia, lo que sea, pero ver algo de lo que otros vieron, reflexionar a partir de lo que pensaron, descubrir con ellos, con su obra.
Pero sobre todo, empezar el año con arte para detenerse. Observar detenidamente, en silencio, desmarcarse del afán, del aturdimiento. Y retomar. Seguir viviendo en “este siglo que corre mientras nos corroe”, como escribió hace poco Gilmer Mesa en un texto sobre el barrio Castilla.
Por eso, mientras se renuevan las salas y las agendas de los museos de la ciudad, le presentamos varias exposiciones que se abrieron a finales del año pasado y que podrá visitar durante los primeros meses de este año y hasta marzo.
Hay artistas emergentes, otros más célebres, pero está todo por ver. En las salas temporales del Museo de Antioquia está Estridencia/Emanaciones, una exposición para celebrar el centenario del nacimiento de la artista antioqueña Dora Ramírez. Además, en sus salas permanentes hay obras grandiosas de algunos de los artistas más destacados del país. En el tercer piso está la sala Botero, con las obras que el maestro donó al museo, y en el segundo piso está la sala Promesas de la modernidad, que reúne obras de algunos de los artistas más representativos del arte colombiano de la década de los setenta. Están, entre otros, Óscar Jaramillo, Álvaro Barrios, Jorge Ortiz, Beatriz González y Antonio Caro.
En el Museo de Arte Moderno está la exposición La buena vida, que reúne más de un centenar de obras de la colección del Banco de la República. Y en el Parque Explora está Anticipaciones, entre l_s mism_s no será.
La buena vida para aprender a vivir
La buena vida es una exposición excepcional, y no solo porque ha reunido más de un centenar de las obras más significativas del arte colombiano de los últimos 70 años, sino porque todas esas obras hacen parte de la colección del Banco de la República, y pocas, muy pocas veces, ese acervo cultural se ha llevado a espacios que no hagan parte de la red de centros culturales del banco.
Allí se pueden ver obras de artistas como Liliana Angulo, Álvaro Barrios, Paz Errázuriz, Beatriz González, María de la Paz Jaramillo, Juan David Laserna, Waltérico Caldas y muchos más.
Hay pinturas, instalaciones, fotografías. De todo para todos. Pero especialmente para reflexionar sobre el buen vivir. Cada obra, a su manera, interpela al espectador sobre las formas de habitar el mundo, el espacio cercano, pero también el cuerpo, la mente y el espíritu. Esa es la intención, preguntarse cómo se puede vivir mejor.
Volver al futuro con Dora Ramírez
Volver a Dora Ramírez, a su obra, es volver al futuro. Su vida fue su obra, y vivió con tanta intensidad e inteligencia, que siempre vio más allá de lo que había ante sus ojos, lo que estaba por venir. Por eso su obra, aún después de su muerte y a 100 años de su nacimiento, sigue absolutamente vigente.
“Yo trabajo más con la cabeza que con las manos”, le dijo Dora a Pacheco en una entrevista que se puede ver en una de las salas de la exposición. Porque esta exposición, que celebra el centenario de su nacimiento, no solo está compuesta por su obra, allí también se ve su vida, cómo vivió.
En las dos salas temporales del museo, y en el espacio que hay entre una y otra, está también el archivo personal de Dora, los cuentos que escribió, la música que cantó. Está toda ella, una mujer que fue pionera del pop art en el país y que le abrió las puertas de su casa al arte de la ciudad.
Astrid González: un mundo por ver
Astrid González es una de las artistas más prometedoras de la ciudad. Su obra empezó a construirse desde antes de ser artista porque sus inquietudes empezaron desde que era una niña, cuando entendió que el mundo no era el mismo dentro y fuera de su casa. Su familia venía del Chocó, pero de puertas para afuera era Medellín. En la diferencia que veía al dar ese paso, ha encontrado un mundo que casi nadie quiere ver, pero ella con el arte lo hace inevitable.
Drexciya, la obra que está presentando en la exposición colectiva ‘Anticipaciones, entre l_s mism_s no será’ (que resultó de las residencias artísticas convocadas por el Parque Explora), es una reinterpretación del mito de afro ficción que dice que Drexciya es un país en el fondo del Atlántico, habitado por los hijos no nacidos de las mujeres africanas embarazadas que fueron arrojadas al mar desde las embarcaciones esclavistas.