Para Joaquín Restrepo es inevitable ser artista. No es el trabajo mejor remunerado, pero es lo que ha querido ser desde que buscaba los nombres de los pintores que salían en la Enciclopedia Salvat, en el directorio de páginas blancas para conocerlos personalmente, hasta que aprendió de lenguajes de programación y aplicaciones para llevar su obra artística un paso más allá.
Cree en el arte como forma de vida, una que se construye planeando. Apuesta en su proyecto como si se tratara de un emprendimiento. Por estos días su trabajo se ve en Molina Galería, dialogando con piezas de Fernando Botero, Hugo Zapata, Luis Fernando Peláez, Germán Londoño, Gustavo Vélez y Óscar Jaramillo.
¿Cómo se inscribe su obra en esta tradición antioqueña que plantea Molina Galería?
“He tenido una búsqueda muy personal. Los artistas, en general, por estar viviendo en un contexto parecido, nos parecemos de una u otra forma, pero mi obra no es política, es más introspectiva. Tengo mucho la mirada hacia adentro y busco conocerme a mí mismo a través de la obra, e invitar a otra gente a que se conozcan a ellos mismos. Mi obra gira mucho alrededor de las ideas, de Jung y todos los temas de la individuación, entonces, digamos que ahí sí puede haber un hilo conductor, pero yo hago NFT, escultura, pintura o dibujo, piezas de diseño y todo esto está debajo de la misma sombrilla.
Por un lado, me gusta mucho trabajar con procesos industriales, pero por otro hago investigaciones en técnicas artesanales y me meto a trabajar en talleres, ya sea de cerámica, de joyería, de tejido o de textiles. Entonces, si algo me puede llegar a caracterizar es una curiosidad enorme, que comparto con los artistas que están en la muestra, que crecí viendo su obra. Estando muy pequeño, tenía la Enciclopedia Salvat del arte y buscaba los números en el directorio telefónico, para conocerlos. Esa era mi diversión entre los 12 y los 17 años que estuve viviendo Medellín, porque ya luego me vine a vivir aquí a Bogotá y me puse a trabajar en el taller con David Manzur”.
¿Qué le dejó su época de estudio con Manzur?
“Ver el dibujo como una forma de pensamiento. Hay varias formas de pensar, puedes pensar en palabras y entender qué es lo que estás diciendo o de repente comenzar a mezclar imágenes y no entender un carajo qué está pasando, pero a través de ese producir imágenes, de repente, tú empiezas a volver esas imágenes, ideas, es como una manera de pensamiento, un poco al revés”.
¿Cómo ve a sus contemporáneos?
“Me parece maravillosa la explosión de arte que hay, sobre todo en las nuevas generaciones, todos están apuntando para un lado distinto y creo que eso va a repercutir positivamente. Por otro lado, el tema de los NFT va a ayudar mucho, porque facilita hacer exposiciones en el exterior, sin pensar en almacenamiento, transporte, pagos. Digamos que eso hace que el arte sea más competitivo en el mercado internacional”.
¿Si es bueno el negocio de los NFT?
“Todo depende de cómo es tu mirada en el arte. Hay personas que juegan a mediano, a corto o a largo plazo. A mí me gusta mucho jugar a largo plazo, porque pienso en la repercusión de las cosas que tú estás haciendo ahora y cuál es tu responsabilidad con lo que estás dejando, el tipo de piezas que estás haciendo” .
Otras exposiciones abiertas en la ciudad
José Moreno vuelve al barrio a mostrar obra
En la calle 24 N 44 – 30 del Barrio Colombia se puede visitar la exposición “Portal supremo”, que refleja la indagación por habitar el cuerpo, en pinturas mixtas sobre seda. El rojo semeja sangre y su encuentro con la porosa seda sugiere “una experiencia visceral de lo Sagrado”. Las formas orgánicas recuerdan a las amapolas o a los órganos sexuales de las plantas, una alusión a lo femenino y al orgasmo, como puente a lo espiritual.
Policroma salta la cerca a nuevo espacio
La galería dejó su espacio frente al Palermo para trasladarse al Nuevo Provenza, en Wake Medellín, un proyecto habitacional donde inauguraron “La cerca suena lejos”, una muestra colectiva curada por Pablo GuarÍn Robledo, con obra de artistas como Víctor Garcés, Tahuanty, Catalina Jaramillo Quijano, Lorena Torres, Ángela MarÍa Restrepo y Gabriela Estrada, enfrentados al tema de la “cerca”, como dirección y límite, separación y proximidad.
Dibujo contemporáneo antioqueño en Artbo
“Historias a la cara perdida” es una revisión de algunas propuestas de dibujo contemporáneo antioqueño que se puede ver en La Galería de Bogotá, coincidiendo con la semana de Artbo, para acercarse al público nacional e internacional que visita la feria. La exposición quiere formar una cara múltiple de Medellín con las obras de Santiago Betancur, Camilo Castaño (foto), Juan Diego Trujillo y Miriam Londoño, dibujada en una “limpia línea que sintetiza universos”.