El poeta venezolano Rafael Cadenas recibió de las manos del rey Felipe VI de España el premio Cervantes, el más importante de la lengua castellana. La obra de Cadenas —que tiene en los poemas Derrota y Fracaso dos de sus puntos altos— es una de las más importantes de Venezuela y de América del Sur.
En la ceremonia del laurel, Cadenas leyó un discurso en el que habla, entre otras cosas, de las conexiones que existen entre Venezuela y España gracias a la migración. Incluso rememoró que tres de sus maestros fueron de origen español, desterrados por la dictadura de Francisco Franco, vigente de 1939 a 1975.
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A trayectoria de Cadenas ha estado muy cercana a la política: en su juventud tuvo que irse de Venezuela por su militancia en el Partido Comunista, en los tiempos del dictador Marcos Pérez Jiménez. También ha sido un crítico de los gobiernos del chavismo, en particular del de Nicolás Maduro. Y esa militancia impregnó el discurso que dio frente al Rey y la reina Letizia.
Habló, por ejemplo, de la carrera armamentística que tiene al mundo al borde de una guerra y de las amenazas a la democracia. Sobre lo primero dijo: “Las naciones más civilizadas se encuentren entre las principales fabricantes de armas. Se trata de una industria muy prospera”.
Y respecto a lo segundo, afirmó: “Yendo hacia la idea de revisión, pienso que esta debe aplicarse a la democracia. Es urgente defenderla de todo lo que la asecha y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado. Se necesita en los países donde existe, una pedagogía que la robustezca; en los otros, que no la han conocido, es vano tratar de introducirla. Los demócratas deben pedir a voces su renovación. Ha de interiorizarse, volverse transparente, dar primacía a lo social aboliendo la pobreza, apoyar la cultura”.
Con 93 años, Cadenas le dijo a la prensa española que no piensa abandonar la escritura.