Como es usual por estas fechas del año, las películas nominadas a los Premios Óscar ocupan la atención de los medios noticiosos y de los cinéfilos. Entre todas las candidatas a la estatuilla de Mejor película la que más tiempo ha estado en las primeras páginas de los diarios y en las emisiones de los noticieros ha sido el musical Emilia Pérez, del director francés Jacques Audiard. De ese filme se ha dicho que es una obra maestra y que es una pobre representación de la cultura mexicana. Sin embargo, en los últimos días, entre los expertos en cine y los amantes del séptimo arte, ha crecido la percepción que la verdadera joya de este año es El brutalista, la historia del arquitecto ficticio László Toth, que es encarnado por Adrien Brody. Este filme llegará mañana a los cines colombianos.
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Dirigido por Brady Corbet, el filme aborda el asunto de la migración, uno de los más candentes de la agenda de los Estados Unidos, en particular después del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. “Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos a reconstruir su vida y su matrimonio con su esposa Erzsébet, tras verse obligados a separarse durante la guerra debido al cambio de fronteras y regímenes. Solo y en un país nuevo y extraño, László se establece en Pensilvania, donde el rico y reconocido industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la construcción. Pero el poder y el legado tienen un alto precio...”, se lee en la sinopsis oficial del largometraje. El título de la película hace referencia a una corriente de la arquitectura que tuvo su auge a mediados de los años cincuenta en el Reino Unido y que privilegió los elementos estructurales por encima de los elementos decorativos.
Esta película “es el viaje de un refugiado conectado con su pasado, del que también ha sido despojado. Trata de encontrar su camino en una nueva tierra con un nuevo conjunto de reglas”, dice Brody sobre el personaje que para muchos críticos le dará su segundo Óscar, después de en 2002 coronar su actuación en El pianista con este laurel.
“László Tóth es un arquitecto húngaro judío que huye de Europa después de la guerra y llega a Estados Unidos a empezar una nueva vida con su esposa, de quien ha sido separado por la fuerza”, afirma el actor que comparte casting con Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Isaach De Bankolé y Alessandro Nivola.
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En sintonía con su obra anterior, este largometraje de Corbet pone la lupa en uno de los momentos críticos del siglo XX. Además, su cine representa las luchas del individuo en el oleaje de la historia. Por ejemplo, en Childhood of a Leader (2015) relató la vida de un joven estadounidense que vivió Francia y se convirtió en un dictador fascista. Luego, en Vox Lux (2018), narró el ascenso a la fama de una estrella femenina de pop durante los años de la guerra contra el terrorismo. “Algo que tienen en común mis tres películas es que tienen mucho que ver con la naturaleza cíclica de la historia. El brutalista es una película histórica, y los personajes están escritos a la medida de sus circunstancias. La cinta tiene mucho que decir sobre la experiencia de los inmigrantes en Estados Unidos y sobre el fracaso del sueño americano”, dice Corbet de las conexiones en sus películas.
De esa forma, lejos de los escándalos mediáticos de sus competidoras, El brutalista gana adeptos en su carrera por el Óscar. Por supuesto, no todo está dicho. Los premios de la Academia suelen dejar desconcertados a quienes se atreven a hacer vaticinios. En todo caso, el domingo 2 de marzo se sabrá quien acertó y quien no en esta lotería de los premios.
