Tienen varias cosas en común: ambos salieron de sus países de origen sin haber cumplido un año. Pedro desde Chile fue a Dinamarca y después a Estados Unidos y Oscar desde Guatemala viajo a Miami. Los dos nacieron en los setenta y además tienen un papel por el que son muy recordados. Pedro el de Oberyn Martell en Juego de Tronos, Oscar el de Poe Dameron en Star Wars.
Lejos del estereotipo del latino han conseguido moverse en otros papeles y ahora comparten protagónico con Ben Affleck en Triple Frontera, la película de Netflix en la que el director J.C. Chandor aprovechó su origen para ponerlos a hablar español en gran parte de la cinta.
No están al lado de los narcos en el filme, son exsoldados que se mueven en un término medio entre los buenos y malos. EL COLOMBIANO habló con los dos, que se encontraban en Nueva York promocionando la producción.
¿Cómo fue la experiencia de filmación en Colombia de cada uno?
Oscar Isaac (OI): “Pasamos dos semanas y media en Colombia y fue increíble estar allí. Nunca había trabajado antes en tu país. Sé que Pedro si había ido. Las áreas en las que filmamos (Soacha, Cundinamarca) no se parecen a nada que haya visto antes”.
Pedro Pascal (PP): “Para mí fue increíble porque tuvimos un rodaje muy laborioso. Cuando llegamos a Bogotá vi bastantes rostros conocidos del equipo con el que trabajamos en Narcos, su quehacer fue excelente y el reparto de Estados Unidos estaba impresionado, y yo sentí mucho orgullo colombiano (risas)”.
¿Cómo sintieron la posibilidad de hablar español, su otro idioma, en una película de gran presupuesto como esta?
OI: “Bueno, para mí fue muy emocionante. La única vez que tuve la oportunidad de hablar mucho español en una película fue en otra que J.C. Chandor dirigió llamada El año más violento. Esta fue una oportunidad para hacer algo más que eso y fue muy emocionante. Originalmente, el personaje no había sido escrito como latino, y cuando firmé, pensé que era realmente una buena oportunidad para enriquecer la historia, para complicarla un poco más. Mostrar que los personajes latinos en la película no eran solo los estereotipos de narcotraficantes”.
PP: “Y para construir una relación también. Conozco a Oscar desde hace mucho tiempo, y creo que puede irritarle a algunas personas que hablemos español e inglés y así se dan todas nuestras conversaciones. Lo hicimos para conectarnos de una manera que fuera similar a nuestra conexión en la vida real”.
¿Cuál fue el mayor desafío al que se enfrentaron en esta cinta?
OI: “La jungla digamos que pudo ser complicada. Filmamos esa parte en Hawai y la vida más salvaje está muy protegida y es realmente increíble en realidad”.
PP: “Había riesgo para todo el reparto y el equipo, la localización y la comida, pero la ubicación era la que se necesitaba para mostrar lo que queríamos. Las locaciones exteriores tuvieron bastantes microclimas como la selva y el frío en la montaña y básicamente durábamos una hora para llegar a las locaciones exteriores”.
¿Cuál es su opinión sobre las películas que tratan el tema del narcotráfico?
PP: “Creo que hay una oportunidad para revelar de nuestra parte que estamos persiguiendo algo que es, en última instancia, nuestra ruina. Ingresamos en un mundo criminal para nuestro beneficio y nos convertimos en criminales. Como actores, creo que solo podemos percibirlo como una oportunidad para representar personajes vulnerables que en última instancia pagan el costo de sus acciones. Sé que JC Chandor es un narrador responsable, que no va a apoyarse en los estereotipos. Si vamos a encontrarnos con alguien que es un traficante de drogas, nos encontraremos con un ser humano. Al conectarlo con el relato de Narcos de alguna manera, sé cuán seductor es contar estas historias de narcotráfico, crimen y luchas de poder. Recuerdo que sentí que el personaje más fuerte de la serie, cuando lo estaba haciendo, era Colombia y sus ubicaciones, sus actores, su gente, su equipo, sus cineastas latinos, y toda esa amabilidad. Me gusta humanizar y contar de la manera más veraz posible y, en última instancia, neutralizar los estereotipos que creo que son tan típicos cuando se trata de estas historias”.
En el filme, ¿qué tan lejos es suficiente?
OÍ: “La moralidad es una gran pregunta, es como la justificación de lo que sucede. Vamos a hacer algo que es criminal y arriesgado. Al entrar allí nos daremos cuenta de que no iba a ser tan simple, de lo que nos va a costar y nos movemos y avanzamos. Creo que hay una gran parábola acerca de la intervención militar de Estados Unidos alrededor del mundo. Es como una alegoría a esa manipulación en la que se le dice a la gente que van a hacer algo muy positivo, que entrarán y saldrán con muy pocas pérdidas humanas y eso continúa cambiando y 10 años después siguen en guerra, hay una alegoría muy interesante que se hace al respecto”.