Antes de la primera función de Tosca, la ópera con la que el Teatro Metropolitano celebra el 19 y 21 de julio su aniversario XXXVII, la soprano argentina Daniela Tabernig atendió a EL COLOMBIANO para conversar sobre el canto lírico, las transformaciones que se han efectuado en la ópera, la vocación de los artistas y de la obra en sí. Tabernig, que da vida en el escenario a Floria Tosca, hizo sus estudios de canto con los maestros Ana Sirulnik y Guillermo Opitz. “La soprano argentina y austríaca Daniela Tabernig es una de las cantantes de mayor relevancia de su generación”, afirmó en su momento el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, de Bogotá.
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“La relación del público con la ópera ha cambiado; la gente ahora consume ópera en el cine, en vídeos y, por supuesto, en espectáculos en vivo”, dijo la cantante al hablar sobre los formatos a los que han sido llevadas las obras de la tradición operística del mundo. Esta ampliación ha permitido que las historias y los montajes de la ópera lleguen a un público mucho más amplio y se alejen de los prejuicios que existen sobre la gente que asiste a este tipo de funciones.
Además, Daniela comentó que, aunque la esencia de la ópera no ha cambiado de raíz, la digitalización ha influido significativamente. “Ahora hay una exigencia a nivel imagen mucho más fuerte y exigente. Además de las cualidades vocales, los cantantes líricos debemos cuidar nuestra imagen física”. Destacó que para ser un cantante lírico se requiere una vocación muy fuerte. “Esta carrera no es para cualquiera; es solitaria y se asemeja mucho a la de un deportista, donde el rendimiento físico es crucial. Nuestra voz depende de nuestra salud física y mental, y debemos mantenernos en óptimas condiciones constantemente”.
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La integración de la actuación con el canto es otro desafío. “Muchas veces, los cantantes jóvenes no tienen una técnica desarrollada, y hay una lucha entre cuánto actuamos y cuánto cantamos. Se busca una emisión vocal saludable y rica en armónicos sin que el cantante se convierta en un artista frío”. En cuanto a la tradición de la ópera en Argentina, mencionó que, aunque Buenos Aires es el centro operístico, es necesario trabajar en la descentralización para que otros teatros y cantantes en el país también tengan oportunidades.
Respecto a la recepción de la ópera por parte de los públicos actuales, Daniela señaló que las obras de arte están relacionadas con su época. “Aunque las mujeres en estas historias reflejan su tiempo, creo que la obra debe mantener su esencia para que las nuevas generaciones puedan disfrutar de la música”, dijo sobre las discusiones que el feminismo ha propiciado de la forma en que las mujeres han sido representadas en la ópera tradicional.
“La ópera nunca muere; las nuevas generaciones deben tener la oportunidad de conocerla y hacerla suya”, dijo Daniela al final de la entrevista.