El avance del coronavirus en Colombia se puede entender desde diferentes miradas, como el aumento de número de casos, de los que ya se tienen más de medio millón; la tendencia al alza en los decesos, que ya superan los 17.000, según el Instituto Nacional de Salud (INS), o cómo ha aumentado o disminuido el número reproductivo efectivo (Rt), que es el número de personas que se pueden contagiar por cada caso positivo.
Este último dato es clave, pues permite entender cómo se está comportando el virus y definir estrategias para evitar que los contagios aumenten. Sin embargo, este número no es “uniforme” en todo el país.
Al respecto, el INS señaló que es “deseable” que “este indicador se ubique y se mantenga por debajo de 1,0 y dejó claro que “su valor varía en el tiempo de acuerdo con el cumplimiento de las medidas no farmacológicas”.
Sobre esto, el director encargado de Epidemiología del Ministerio de Salud, Julián Fernández, manifestó que en Colombia, dados determinados factores socioeconómicos, la pandemia es asincrónica, pues los picos se han dado de manera independiente en cada ciudad.
Fernández indicó que se debe continuar con la vigilancia epidemiológica: “En la mayoría de ciudades queda un porcentaje importante de personas susceptibles” a contraer el virus, es decir, que por su movilidad, empleo y la apertura gradual que se está dando, quedan expuestas a la enfermedad si no aplican medidas de autocuidado.
¿Y los picos?
Según el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, no hablamos de un pico nacional sino de varios, que dependerán de cómo se comporte la covid en las regiones.
Por ejemplo, el ministro explicó el miércoles que ciudades como Bogotá, Medellín y Cali ya habían registrado su tendencia al alza y que ahora lo que se espera es que empiece a descender, como sucedió en Leticia, Tumaco o Barranquilla, mientras que se estima que el aumento de casos se dé en las próximas semanas en Bucaramanga, Cúcuta y el Eje Cafetero. “Armenia tendrá el pico en dos meses”, dijo el viernes desde la capital de Quindío, durante un Puesto de Mando Unificado.
Para revisar cómo se ha dado este comportamiento, se puede observar cuál era el Rt en algunas ciudades en marzo y abril, y cómo está hoy. En Medellín, que hoy lo tiene en 1,20, el 12 de mayo se ubicó en 1,78, mientras que en Bogotá, el 16 de marzo se tenía uno de 2,42 y ahora el indicador se encuentra en 1,12, según los datos publicados en la página web del INS, en la que se hace seguimiento al comportamiento del virus.
¿Cómo sucede?
Al revisar el caso de Amazonas se observa que el 14 de abril pasado el Rt llegó a 2,74, lo que significó que en ese momento había una gran transmisión, situación que se hizo más compleja con las dificultades hospitalarias de la zona. No obstante, ahora ese indicador está en 0,96 y es el más bajo del país.
Como lo contó el epidemiólogo de campo Antonio Alvarado, por las condiciones sociales, enfrentar la pandemia en la región fue más difícil, pues al ser vecino de Tabatinga (Brasil), los ciudadanos cruzan de un lado a otro usualmente e, incluso, hay casas con la sala en Colombia y el patio en el país vecino.
En la actualidad, luego de las intervenciones en esta región, el Rt de Amazonas se encuentra en 0,96, con corte al 11 de agosto, de acuerdo con el INS.
El epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana y del hospital San Vicente Fundación de Rionegro, Carlos Agudelo, planteó que hay menores posibilidades de que el virus pase a otras personas cuando el Rt está por debajo de 1.
“Este indicador nos dice que la intensidad de la transmisión, es decir, cuántos contagios se pueden dar a partir de un caso, y eso nos indica si el número de casos aumenta o disminuye”, indicó Agudelo, quien también mencionó que “esta variable permite proyectar número de casos y ayuda a tomar decisiones desde el punto de vista de política pública”.
Para definir intervenciones
El infectólogo Carlos Álvarez, asesor del presidente Iván Duque y designado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para liderar los estudios clínicos de la covid, explicó que las velocidades de transmisión son diferentes y dependen de variables relacionadas con el contexto de cada región.
“El comportamiento de cada uno de nosotros marca influencia, pero también hay otras situaciones: qué tanta población está, qué tan dispersa, qué número de población hay en un barrio o ciudad”, indicó Álvarez, al punto de resaltar que, dadas esas condiciones, las medidas no pueden ser generalizadas en el país, sino que se tienen que adaptar en cada ciudad.
“Eso no lo sabíamos en marzo o en febrero. Ahora con la cantidad de pruebas que se están haciendo es posible saber incluso en una misma ciudad cómo están concentrados los casos y justamente al tener esa información las medidas se pueden volver específicas y no globales, porque hay diferencia en esa forma de velocidad de transmisión”, agregó.
Carlos Reina Bolaños, estudiante del doctorado de epidemiología de la Universidad de Antioquia, indicó que lo ideal es que el Rt disminuya. No obstante, en su momento, las tasas aumentaron más rápido en las ciudades grandes, en las que el virus desbordó las capacidades del sistema en abril.
“Lo complicado de esto es propiamente si sabemos que la velocidad del contagio está aumentando en los territorios, lo que uno piensa más rápido es hacer cuarentenas estrictas, pero ese escenario, aunque saca a más personas de las calles, no puede hacerse por los factores económicos y sociales que ya conocemos”, dijo Reina Bolaños.
Su explicación tiene que ver con el golpe que genera en la economía una medida como el cierre total de un país, que fundamentalmente se deriva en pérdida de empleo, indicador más afectado en la actualidad debido a la cuarentena estricta que se dio entre finales de marzo y abril, al punto que, en junio se ubicó en 19,8 según el Dane.
Plantea tareas
Carlos Trillos, médico cirujano, con maestría en epidemiología y docente de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, resaltó que el Rt permite tener información sobre la velocidad con la que la enfermedad se puede propagar en cada población.
Ese indicador es variable y puede subir o bajar. Que aumente depende de si se flexibilizan las medidas y, a la par, la ciudadanía deja de acatar las medidas de bioseguridad. Que disminuya, entre tanto, está relacionado con restricciones rígidas y el buen comportamiento como, por ejemplo, lavarse las manos.
Este lo calculan las autoridades en salud cuando la epidemia va en curso, con varios modelos matemáticos que incorporan las personas susceptibles, infectadas, expuestas y recuperadas. Se les conoce como SIR (Susceptible, Infectious, or Recovered) y SEIR (Susceptible, Exposed, Infectious, Recovered).
“El Rt permite mirar el efecto de las medidas no farmacológicas implementadas en el manejo de pandemia como aislamientos, cuarentenas y distanciamiento social, entre otros, y ayuda a direccionar de manera racional las estrategias a implementar en los territorios”, indicó Trillos, destacando que por eso es importante que se trabaje con Rt sectorizados.
Frente a este punto, el epidemiólogo citó lo que hicieron Bogotá y Medellín en cuanto a estrategias sectorizadas, que han permitido un impacto positivo en las localidades o las comunas.
“En el manejo de la epidemia se deben revisar en cada región factores como la estructura poblacional por edad, género, las comorbilidades (hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades pulmonares crónicas y aquellas que generan inmunodepresión), cómo circulan las personas, la densidad poblacional, así como la implementación y cumplimiento de las medidas preventivas y de bioseguridad”, agregó Trillos.
Y precisó que los confinamientos sectorizados son una opción “racional efectiva”, sin el problema de las cuarentenas generalizadas, que generan mayor rechazo en los grupos sociales, al restringir la movilidad de las personas y afecta la productividad.
Por ello, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestó que “si viéramos una evolución positiva, evaluaríamos si para algunas localidades puede levantarse la cuarentena la semana del 24 de agosto, sin necesidad de esperar hasta el 30”, pero todo dependerá del éxito de la medida aplicada.
Aunque el jueves pasado manifestó que la velocidad de contagio se había reducido. “Con la reapertura de algunos sectores, este volvió a aumentar. Esto llevó a tomar nuevas medidas de aislamiento estricto, con la cuarentena sectorizada”, puntualizó la alcaldesa de la capital el pasado 20 de agosto.
Educación, la clave
Aunque suene reiterativo, los consultados aseguran que, en este momento, la educación y el autocuidado son los aspectos fundamentales para evitar que el número de contagios aumente cada día.
Maryory Galvis, maestra en epidemiología de la Universidad Icesi, explicó que el uso del tapabocas, el lavado de manos, evitar aglomeraciones y respetar el distanciamiento espacial (mínimo dos metros), son tareas esenciales diarias.
“El tapabocas, por ejemplo, debe cubrir na riz y boca, parece fácil, pero todos los días en el transporte público, en la calle, en las estaciones de servicio, y hasta en los hospitales, vemos a las personas usarlo en la barbilla o de adorno”, indicó Galvis.
Finalmente, hay que reiterar los mensajes dados por el Gobierno, en aras de que, si hay síntomas relacionados con el coronavirus, lo mejor es evitar salir a la calle: “El aislamiento inmediato detiene la curva de contagio y reduce la transmisibilidad, a diferencia de que si la persona, mientras espera la prueba sigue circulando”, indicó el ministro Ruiz Gómez el miércoles en el programa Prevención y Acción del presidente Duque..

