La carta con la que el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, le solicitó a la embajada de Cuba en Colombia apoyo para traer una brigada médica a la ciudad tomó por sorpresa a los gremios de trabajadores de la salud.
Ayer el mandatario se reunió con varios de estos que agrupan a los profesionales de la primera línea de contención: intensivistas, urgentólogos, cirujanos, internistas y anestesiólogos para discutir el alcance de la propuesta.
“Se aprobó nuevo protocolo de expansión de camas UCI (cuidados intensivos) con personal de la región y se obtuvo compromiso de hospitales para apertura de 95 camas más, excelente compromiso por parte de todos los actores de la salud”, informó Quintero al terminar la reunión.
Nelson Fonseca, médico intensivista y coordinador del programa de cuidados intensivos del CES, quien estuvo en la reunión con Quintero, señaló que el encuentro sirvió para articular esfuerzos, pero dejó claro que aún hay temas por resolver: “no todo son camas y ventiladores”, dijo.
Problemas y soluciones
La pregunta central no es de qué país vendrían otros médicos especialistas a brindar asistencia a Medellín, sino si la ciudad realmente los necesita o hasta dónde el personal de la salud local puede soportar y brindar atención de calidad para enfrentar la pandemia.
Consultamos con gremios y voceros de algunas de las disciplinas involucradas en atención en UCI para conocer su opinión y las estrategias que se pueden afinar para fortalecer los cuidados intensivos en las cerca de 640 camas UCI que hoy funcionan en Medellín. En Antioquia las camas de cuidados intensivos disponibles llegan ya a las 900 (Minsalud reporta 895 y la Gobernación, 904).
El Grupo de Intensivistas de Antioquia informó que a su criterio aún hay capacidad técnica del talento local para responder a la coyuntura, pero además hay pendientes estrategias que aumentarían la capacidad del personal y el trabajo en red, factores claves para la atención de un escenario complejo como el que trajo consigo la pandemia. “En la ciudad hay suficiente talento humano en salud, altamente calificado, para atender las necesidades de la pandemia. Entendiéndose por personal de salud a los médicos intensivistas, especialistas no intensivistas y el resto del equipo de apoyo (terapeutas y personal de enfermería)”, indicó.
Según el Grupo de Intensivistas, en Antioquia hay 108 profesionales de esa especialidad (cuya formación toma por lo menos cuatro años), pero que además hay estrategias para optimizar ese talento, mediante el apoyo de anestesiólogos para la intubación y de cirujanos para la canalización de venas.
Precisamente para eso se han puesto en marcha recursos como la capacitación de otras especialidades, que ya se implementaron en instituciones particulares con el visto bueno de la Amci (Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo).
Celeridad en pruebas
El intensivista Fonseca dijo que es claro que el número de pacientes se disparó y que cada vez se requieren más camas UCI con todo lo que eso implica (ventiladores, monitores, bombas de infusión, personal médico).
“Aún somos suficientes para autoabastecernos con el talento humano. Tenemos gente y cuando digo gente son especialistas, médicos generales, personal de enfermería, auxiliares y terapeutas”, dijo.
Algunas estrategias, agregó, pasan por cosas que parecen sencillas como establecer que las pruebas de coronavirus al personal médico se envíen a un solo laboratorio y se agilicen resultados para que, en caso de resultar negativa, se puedan reintegrar a las labores más rápido: “Nosotros por ejemplo tenemos enfermeros que llevan dos semanas esperando una prueba y eso genera un hueco grande. En la reunión nos dijeron que eso se iba a resolver”, dijo.
Hay otras propuestas como involucrar más personal de medicina interna, cirugía, etc., pero es necesario articular y coordinar acciones para mejorar garantías de elementos de protección, seguridad social y demás. “Faltan recursos. Me preocupa que los especialistas se están yendo de instituciones pequeñas a grandes, pero no hay nuevas contrataciones ni recursos para costearlas”.
Los modelos de atención para estos pacientes dependen del equipo que se conforme y el cálculo es más o menos que se requiere un auxiliar por cada tres pacientes, un enfermero (a) por cada seis pacientes y de ahí el modelo va escalando en la pirámide. Cada intensivista, con el apoyo de especialistas, puede hacerse cargo de entre 10 a 15 pacientes.
Pero en medio de la polémica también hay buenas noticias: ayer entró en operación el sistema de teleasistencia anunciado por el gobernador (e) Luis Fernando Suárez.
Se trata de un esquema en el que médicos intensivistas aislados por su avanzada edad o por comorbilidades (enfermedades previas que los ponen en riesgo) asesoran a otros expertos en la selección de medicamentos, tipos de ventilación para los pacientes y otros procedimientos.
Fonseca celebró ese avance, pero dejó claro que no están cerrados al apoyo externo: Lo de hoy (ayer) fue una conciliación y así es como se avanza. Pero tenemos que aceptar que en una última fase (de la pandemia), si llegamos a necesitar apoyo, tenemos que recibir la ayuda de donde sea” .