La Copa América que comenzó en medio de la polémica por el escándalo de corrupción en la Fifa tuvo de todo, desde el Ferrari que Arturo Vidal chocó borracho tras una noche en el casino, el dedo que Gonzalo Jara puso en el trasero de Édinson Cavani y la definición por penales en la que Chile se impuso sobre Argentina para levantar el primer trofeo en su historia.
En medio de polémicas arbitrales, la sanción que marginó a Neymar y el mediocre desempeño de Brasil y Colombia, los dos mejores equipos se enfrentaron por la corona. Lionel Messi, cansado de ganar con el Barcelona, volvió a quedar en deuda con la Albiceleste con la que perdió su segunda final consecutiva, mientras que un Chile más acostumbrado a perder que a ganar festejó en grande.
“Por ahí se escucha que la Copa está empañada”, criticó el técnico Jorge Sampaoli, saliendo al paso de las suspicacias porque Chile se vio beneficiado por algunas decisiones arbitrales y sus rivales de cuartos de final (Uruguay) y semifinales (Perú) terminaron con jugadores expulsados.
“Yo no vi ninguna jugada dudosa que me haga pensar que Chile no superó a todos los rivales como los superó”, agregó. “Creo que fue una gran Copa América y Chile la ganó de la mejor manera”.
La edición 44 del campeonato de selecciones más antiguo del mundo, que cumple 99 años, arrancó el 11 de junio con el triunfo 2-0 de Chile sobre Ecuador. Todavía se sentían las réplicas por los arrestos y acusaciones contra varios dirigentes del fútbol suramericano, entre ellos dos expresidentes de la Conmebol, por delitos de sobornos, lavado de dinero y crimen organizado. Una de las acusaciones está relacionada con la venta de los derechos de cuatro ediciones de la Copa América, incluyendo la de 2015.
Fueron muchas dudas
El presidente de la Conmebol, Juan Ángel Napout, ni siquiera acudió a la ceremonia inaugural, aunque arribó a Santiago horas antes de la final y entregó el trofeo de campeón al capitán chileno Claudio Bravo.
También hubo dudas sobre la condición de algunos estadios, en los que se trabajaba a pocas semanas del puntapié inicial. Tras una inversión de última hora, los nueve escenarios en ocho ciudades de norte a sur estuvieron listos.
Colombia y Brasil fueron las grandes decepciones del campeonato. Después de un excelso Mundial en el que llegaron a cuartos por primera vez, los cafeteros cayeron ante Argentina en definición por penales. James Rodríguez, figura de aquella Colombia mundialista, se despidió sin goles y con un rendimiento por debajo del nivel exhibido en Brasil, mientras que el artillero Falcao García tampoco anotó y demostró que no es el mismo desde la lesión de rodilla que lo marginó de la Copa Mundo.
Brasil, por su parte, sintió el golpe de la ausencia de Neymar, suspendido por cuatro fechas después de insultar al árbitro y agredir a jugadores colombianos tras el revés 1-0 por la segunda fecha del Grupo C.
Perú, al igual que hace cuatro años en Argentina, terminó tercero, esta vez bajo el mando del argentino Ricardo Gareca y con buenas sensaciones para las eliminatorias. Su delantero Paolo Guerrero fue goleador junto al local Eduardo Vargas, con cuatro tantos cada uno.
Además, los peruanos se llevaron el trofeo al juego limpio, mientras que Bravo se adjudicó el premio al mejor portero.
EN LA BALANZA
Positivo
Buena Copa, pero con escándalos
La organización estuvo a la altura de lo que significa realizar una Copa América; cada sede mostró las bondades del país austral y los estadios fueron dignos escenarios para cada uno de los 26 encuentros que se disputaron durante esta edición. Los chilenos demostraron su amabilidad y estuvieron prestos a colaborarles a los turistas que se desplazaron al evento.
Negativo
Los robos que se presentaron en algunas salas de prensa del evento, lo que perjudicó el trabajo de muchos periodistas. También, las actitudes de algunos jugadores como Arturo Vidal, Neymar y Gonzalo Jara, que no le hacen bien al fútbol y a los valores que debe proyectar como deporte. Otro punto que quedó en deuda fue el nivel de los árbitros del continente.