La vida de los miembros de la familia Benavides cambió para siempre un día de octubre de 2012. César, uno de sus miembros, de apenas 24 años, salió de su casa a trabajar y nunca más regresó.
Su familia lo buscó incansablemente, no había registro, ni rastros de él. Su padre lo denunció como desaparecido ante la Fiscalía General, pero por muchos años su caso nadie nunca lo tocó.
12 años después, esta familia recibió los restos de César con la confirmación de que había sido desaparecido en el marco del conflicto armado en la ciudad de Neiva, donde residía.
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El cuerpo de César, de espíritu alegre y bondadoso, según su familia, fue encontrado el 14 de mayo de 2024 en el Cementerio Central Neiva, tras intervenir la bóveda 283. A pesar de que su familia denunció los hechos, nunca se realizó una investigación sobre su desaparición. Según el expediente allegado a la JEP, el Gaula, encargado de los casos de desapariciones en 2012 debido a la falta de Policía Metropolitana en Neiva, “no adelantó ningún tipo de investigación frente a los hechos”.
De hecho, ninguna institución judicial reportó investigaciones ni registros que permitieran localizar a César Duván. Sin embargo, fue gracias a una medida cautelar expedida por la JEP que permitió el hallazgo del cuerpo de César.
Allí se llevaron a cabo los análisis técnico-forense por parte de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la Jurisdicción.
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Por el paso de los años, la familia de César había perdido la esperanza y aceptado el dolor de su ausencia en la rutina de sus vidas, hasta que un día de febrero de este año, Óscar Leonardo, hermano menor de César, escuchó en una emisora pública el nombre de su hermano desaparecido.
Se trataba de una cuña radial que se difundía en la región, donde se enlistaban los nombres de víctimas del conflicto que habían sido identificadas, pero aún no han sido reclamadas por sus familiares. Como pudo, Óscar anotó la información y le contó a la familia lo que había sucedido.
El anuncio precisaba que las víctimas mencionadas habían sido encontradas como Cuerpo Identificado No Reclamado (CINR) desde noviembre de 2012 en el Cementerio Central de Neiva. De inmediato, la familia se acercó a la entidad y habló con el magistrado Raúl Sánchez Sánchez, relator de la medida cautelar, para recibir asesoría jurídica como víctima directa.
El Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos, Paz y Territorio (OBSURDH) asumió la representación jurídica de la familia de César Duván. Aunque la búsqueda había terminado, comenzó un proceso para saber qué fue lo que pasó y quién estuvo detrás de su desaparición y de que sus restos terminaran en una fosa común.
De ahí que reunieron el material probatorio necesario, lo incluyeron en el expediente y lo presentaron a la JEP. Con esta información, se solicitó a la UBPD priorizar el proceso de búsqueda e identificación de César Duván.
“Con esta entrega buscamos darles un alivio a las familias que por años han venido buscando a sus seres desaparecidos. Esta búsqueda es incesante y la entrega de César Duván la hacemos con todo el compromiso, la dignidad y la responsabilidad”, expresó el magistrado Raúl Sánchez, presidente de la Sección de Ausencia de Reconocimiento (SARV) de la JEP.
Los elementos materiales probatorios proporcionados recientemente por la Fiscalía General de la Nación revelaron que se trató de una muerte violenta. Sin embargo, la falta de investigación y seguimiento por parte de las autoridades judiciales competentes en el momento de los hechos impide identificar los detalles precisos y el grupo armado responsable, dice la JEP.
Tras varios años de espera, finalmente la familia de César Duván recibió su cuerpo para darle digna sepultura. Su sonrisa, su carisma y su espíritu bondadoso siguen vivos en sus recuerdos.
“Para la JEP y para la UBPD la identificación de César Duván Benavides Tabares constituye un avance en el proceso de sanación individual y colectiva de su familia y representa un paso más en la garantía de su derecho a la reparación. Como entidades del Sistema Integral para la paz, el compromiso con las víctimas no acaba con estas acciones. Ahora continúa otro capítulo para las familias de las personas ya identificadas y para aquellas que aún siguen buscando a sus seres queridos”, añade el tribunal de justicia transicional.