La situación sigue siendo crítica, sangrienta. En los ocho meses que van de 2022 han sido asesinadas de forma violenta 255 personas en la frontera entre Colombia y Venezuela, una de las regiones más golpeadas por la dura confrontación que tienen las disidencias y el ELN.
Esos grupos armados se disputan el control de las rutas del narcotráfico, de cultivos de uso ilícito y de las zonas en las que hay minería ilegal. De hecho, solo en los primeros 10 días de agosto se registraron 11 de estos asesinatos, de acuerdo con la información que reveló la misma Policía Nacional.
Incluso, se sabe que cuatro de esas personas tenían origen venezolano y fueron sacadas a la fuerza de las inmediaciones de Apure –población del país vecino– y llevadas hacia Arauca (Colombia) para ser asesinadas.
Y, haciendo uso de una estrategia de intimidación al estilo de los carteles mexicanos de hoy –y de los que dominaron el negocio ilegal en Colombia en la década de los 90–, los cuerpos de estas cuatro personas fueron tirados en un potrero con letreros que decían “por violadores y por ladrones”.
El total de los crímenes de este año ya supera a todos los registrados durante los 12 meses de 2021, cuando –según las mismas autoridades judiciales– se registraron 187 muertes.
A la crisis de violencia que hay por cuenta de estos asesinatos, se le deben sumar los desplazamientos y confinamientos que se imponen a sangre y fuego en medio de los combates entre ilegales.
Las áreas más críticas son la región del Catatumbo, que limita con el estado Táchira; y el departamento de Arauca, fronterizo con Apure.
En estos lugares hay injerencia del ELN, la Segunda Marquetalia; los frentes 10, 28 y 33 del bloque Jorge Briceño de las disidencias de las Farc, células del Clan del Golfo; bandas criminales como “Tren de Aragua” y “los Rastrojos”, entre otros actores armados.
En estas confrontaciones han muerto peces gordos de la guerrilla colombiana, como “el Paisa”, “Romaña”, “Jesús Santrich” y “Gentil Duarte”.
El jefe histórico de las antiguas Farc, “Iván Márquez”, resultó herido en uno de los combates con sus enemigos y al parecer está en grave estado de salud, en una instalación médica de Caracas.
https://www.elcolombiano.com/internacional/gobierno-de-nicolas-maduro-anuncia-la-intencion-de-restablecer-relaciones-militares-con-colombia-FO18347772
Relaciones diplomáticas
Esta situación –que la misma Policía y el Gobierno califican como “preocupante”– se presenta justo cuando Bogotá y Caracas analizan caminos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Esto, en plata blanca, se traduce en que los diálogos entre las dos naciones deben estar medidas por los temas de seguridad que quejan a esta región y que, de entrada, pasaría por un diálogo a nivel de ministros de Defensa y de Comercio.
La eventual reapertura de la frontera genera expectativa entre los comerciantes, empresarios y exportadores, que esperan recuperar las pérdidas financieras.
Esta no es una situación de poca monta, pues Colombia y Venezuela comparten una frontera de unos 2.200 kilómetros y una parte de ese territorio no tiene ningún tipo de vigilancia binacional, lo que le permite al crimen moverse sin contratiempos.
