Lina Quintero fue agredida este fin de semana por una ciudadana que le lanzó excremento de perro a su puesto de arepas en el barrio Villa María de Villavicencio. La vendedora ambulante recibió el respaldo de su comunidad y ahora reporta que sus ventas se triplicaron.
“Las ventas aumentaron muchísimo, demasiado diría yo. Creo que se triplicaron. Anteriormente se vendía de 80 a 100 arepas, ahora se venden 400 diarias (...) yo trabajo con mi mamá, mi mejor amiga y gracias a Dios pude darle empleo a una muchacha que es madre cabeza de familia y posiblemente en los próximos días me va a tocar buscar a alguien más porque no damos abasto”, le relató Quintero a la revista Semana.
El pasado viernes 7 de octubre una mujer identificada como Natalia Marín llegó hasta la venta de arepas y le habló a las emprendedoras en tono desafiante. La conversación se subió de tono y la intolerante terminó por lanzarle el excremento de sus mascotas al carrito de arepas.
“Así ella no me vaya a pedir perdón, yo la perdono porque es lo único que tengo para ofrecer de mi corazón. Que el daño que me hizo a mí hoy se convierte en una bendición”, comentó Lina.
La joven emprendedora tiene un hijo de 10 años, es tecnóloga en gestión documental y asistente administrativa del Sena. Encontró en las ventas ambulantes un sustento para su familia. Todos los días, desde hace tres semanas, saca su carrito entre las 4:00 a.m. hasta las 11:00 de la mañana.
“Quiero dejar claro que no hay derecho de pasar por encima de nadie, independientemente por la clase social a la que pertenezca o de la cantidad de dinero de la persona o que tan importante sea, hay que respetar, ser humildes y apoyarnos entre todos”, puntualizó la vendedora.