Tras el fallecimiento de un turista italiano luego de ser mordido por un tiburón tigre en el sur de San Andrés, en el sector de “La Piscinita” o “Pox Hole”, y que desencadenó la caza de un tiburón nodriza, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina) informó que expertos en tiburones los apoyarán para las maniobras captura de los ejemplares de tiburón tigre con el fin de garantizar su protección y preservación.
En los últimos días, la corporación ha hecho un llamado para la protección de los tiburones, los cuales son una especie protegida en el Archipiélago y cuya caza es un delito ambiental, en el que las penas van desde multas hasta prisión preventiva de la libertad.
Así mismo, aclaró que “La Piscinita” es una zona de conservación por lo cual no es un lugar recomendado para los bañistas. Coralina, también, ha concientizado sobre las pocas probabilidades de ser atacado por tiburón “es más fácil ganarse la lotería dos veces a que un tiburón lo muerda a uno”, explicó Nacor Bolaños, coordinador de áreas protegidas a W Radio.
A pesar de la repercusión que suelen generar, los ataques de tiburones a humanos son raros en el mundo.
Sobre la captura y posterior traslado de los tiburones tigre, Coralina indicó que solicitó ayuda a expertos nacionales e internacionales para las “maniobras de captura y reubicación de los ejemplares a un lugar distante de la Reserva de Biosfera Seaflower”. Esta intervención, tiene como propósito alejar a los tiburones tigre de la costa y que dejen de representar un potencial peligro para los pobladores y visitantes de la isla.
“Al ser especies de gran tamaño se requiere un entrenamiento especial, por lo cual las acciones van a ser realizadas por personal de la Corporación con apoyo internacional”, recordó Coralina.
Los expertos, que están próximos a aterrizar en San Andrés traerán “tags satelitales” para hacerle posterior seguimiento a los tiburones tigres.
Como medida preventiva desde Coralina pidieron a la comunidad no arrojar restos de comida al mar para que los tiburones que se encuentran en aguas profundas no lleguen a aguas someras a alimentarse.