Tolima y el país amanecieron sacudidos por una tragedia que deja cuatro muertos, entre ellas un bebé de 14 meses, y más de 300 heridos tras el colapso de varios palcos en la plaza de toros de El Espinal, como el niño de 3 años que se debate entre la vida y la muerte.
El mediodía del pasado domingo 26 de junio que debía ser de gozo en medio de las fiestas tradicionales, se convirtió en un episodio de pánico, zozobra y terror cuando la estructura hecha en guadua se vino abajo, colapsando sobre cientos de asistentes.
De inmediato organismos de socorro, ciudadanos y autoridades se pusieron alertas para la atención de las personas afectadas que fueron trasladadas a centros asistenciales del departamento, una vez declarada la alerta roja en el hospital local, que se desplomó ante la cantidad de víctimas.
¿Una tragedia anunciada?
Ahora, nuevos testimonios de testigos han salido a la luz, dejando ver el peligro que se evidenciaba desde horas antes, retratado también en las fotografías que muestran las precarias condiciones de seguridad de la estructura.
“La plaza se movía mucho, se sacudía, y recuerdo que un señor gritó: ‘¡Dios mío, ayúdanos, esta plaza nos va a matar!’ Y así fue, pues de un momento a otro la estructura se derrumbó, se fue al piso como si alguien la hubiera empujado y ahí comenzó la tragedia”, relató Cristian Lozano, uno de los asistentes a la corraleja, al diario El Tiempo.
El ciudadano añadió que tras caer, tuvo la fortuna de resistir el golpe, tomar a su hijo en brazos y salir del lugar, para encontrarse con su mamá y una tía; a esta última, se le llevó hasta las urgencias de Girardot, Cundinamarca, por la gravedad de sus heridas.
“Me cayeron encima toneladas de guadua, madera y latas de zinc. No sé cuántas personas murieron, pero yo sí vi a mucha gente aplastada bajo los escombros”, añadió por su parte Fabio Buitrago, otro testigo proveniente de Bogotá.
Por su parte, varias fotos revelaron los amarres que sostenían la plaza, que dejaban mucho que desear.
