La llegada a Colombia del sombrero del excomandante de la guerrilla del M-19, Carlos Pizarro Leóngomez, desató una polémica ya no solo en el país sino en el propio Gobierno.
Otros símbolos en la historia colombiana y del mundo han estallado en revoluciones, como el recordado ‘florero’ de Llorente en épocas de la Independencia. No es este el caso, aunque la palabras del jefe de Estado le dieron un nivel de trascendencia: “Nosotros usábamos esos sombreros en las marchas y en la vida. Y él (Pizarro) se puso ese sombrero cuando firmó la paz con el Gobierno de Virgilio Barco y después se convirtió en un símbolo a partir de las fotos, entonces lo mantuvo los días que vivió después del acuerdo de paz. Pero lo asesinaron en un avión”, dijo Petro en una ceremonia donde expusieron el sombrero junto a un placa que dice “reconocido como patrimonio cultural de la Nación”.
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Ese gesto, precisamente, generó la indignación de las víctimas y una parte del país. Argumentan que el sombrero, junto a la bandera del M-19 y la espada de Bolívar, exaltadas por el mandatario, son una forma de irrespetar a sus familiares muertos en el conflicto armado por parte del Gobierno.
El sombrero de la discordia
El reconocimiento, además, reveló un episodio de descoordinación institucional en el Ministerio de Cultura. Después de la ceremonia, esa cartera salió a aclarar que el objeto no constituía un “bien de interés cultural”, sino un símbolo de paz. “En este caso, el reconocimiento del sombrero de Carlos Pizarro se basa en su valor simbólico como representación de la paz y objeto de memoria, y no en su inclusión en el mencionado régimen de protección cultural. Por tanto, es importante diferenciar entre ambas figuras y comprender la naturaleza específica de cada una”, detalló el Ministerio.
De inmediato, el ministro Correa expresó su molestia por el comunicado emitido desde el Viceministerio de Fomento Regional y Patrimonio, alegando que no fue consultado y, por lo tanto, no autorizó la publicación de dicha “aclaración”.
“Estoy molesto porque pasó encima de una resolución que firmé yo con mi potestad como ministro. Yo puedo discutir con todos los funcionarios, así lo estoy haciendo porque no puedo tolerar que se mande un comunicado sin que se me consulte. Lo hicieron, yo asumo la responsabilidad pública, porque este es el tipo de cosas que están en disputa. (...) No desmentiré jamás al presidente”, dijo Correa en Blu Radio.
EL COLOMBIANO conoció detalles de la molestia del jefe de la cartera con la viceministra encargada, Adriana Molano y otros altos funcionarios del Ministerio. En efecto, Correa se encontraba en el consejo de ministros y el comunicado se publicó sin su visto bueno. Fuentes en Presidencia señalan que le hicieron el reclamo porque cuestionaba lo dicho por el jefe de Estado pocas horas antes. “El ministro Correa no quedó satisfecho con las explicaciones de los funcionarios, es una atribución que pasó por encima de él y del presidente Petro”, le dijo a este diario un alto funcionario del gabinete.
Otra versión complementaria apunta a que por querer precisar un tecnicismo, los funcionarios del MinCultura le dieron insumos a quienes se oponen al reconocimiento. Pero no es un tema menor. Porque lo que sigue ahora es que el sombrero entrará en proceso de la declaratoria de bien de interés cultural, acto administrativo que defiende el ministro Correa y que genera interrogantes y debates más allá del cruce de versiones del propio Gobierno. Es decir, la discusión sobre si el Estado debería acoger como patrimonio cultural un objeto de una persona que hizo parte de un grupo criminal y lo que eso implica en la práctica.
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Según la ley, si el sombrero se reconoce como patrimonio es porque tiene un “especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico”.
Esto significa que el sombrero estaría incluido en el Régimen Especial de Protección de Bienes de Interés Cultural que otorga la salvaguardia, conservación, recuperación, protección, sostenibilidad y divulgación del patrimonio.
Aunque el presidente Petro ya lo declaró como patrimonio en su discurso, la aprobación del proceso tiene que pasar una serie de requisitos y consideraciones dispuestas por el Ministerio de Cultura. Sin embargo, el episodio recuerda que la historia es cíclica y que lo que puede despertar un objeto describe a todo un país.
¿Por qué el sombrero estaba en Suecia?
Carlos Pizarro utilizó el sombrero durante el proceso de paz y la firma del acuerdo entre el Gobierno y el M-19, el 8 de marzo de 1990, en el municipio de Caloto, Cauca, poco antes de su asesinato el 26 de abril de ese mismo año. El presidente Gustavo Petro, quien fue subalterno de Pizarro en el M-19, comentó que en uno de esos eventos públicos, el excomandante le pidió a uno de los escoltas que le cuidara el sombrero; el guardaespaldas, que también había pertenecido a esa organización delictiva, decidió conservarlo y lo llevó hasta Suecia donde estaba exilado.
“Los excombatientes guardaron este sombrero que, como la espada de Bolívar, guarda unos hechos, unos de guerra y otros de paz, días y noches de agobio de guerra”, declaró el jefe de Estado, quien en su visita a ese país hace unos días recibió de manos de los excombatientes autodenominados los ‘Oficiales de Bolívar’.
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