En la matanza de Cúcuta, en la cual murieron tres personas, entre ellas un presunto narcotraficante venezolano, se habrían empleado municiones marcadas por la industria militar venezolana, las cuales al parecer fueron desaparecidas posteriormente cuando estaban en cadena de custodia de las autoridades locales.
Así lo informó a EL COLOMBIANO una importante fuente cercana al hecho, ocurrido el pasado 14 de septiembre, en la entrada de un colegio en el sector de Pinar del Río. El supuesto traficante Luis Miguel Osorio Chacín, cuya fachada era la ganadería, llegó en un carro blindado con dos escoltas, para recoger a su hijo de 14 años y otras compañeritas del menor.
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En ese momento, los ocupantes del automóvil fueron acribillados por sicarios que arribaron en dos motos y otros dos automotores. Aunque el Toyota Corolla blanco tenía blindaje de nivel 2, los más de 50 disparos de calibre 5.56, a corta distancia, traspasaron la protección, matando a Luis Osorio, a su niño y al escolta Ulises Gélvez; otro guardaespaldas y dos colegialas resultaron heridos.
Según la fuente, en la escena del crimen fueron encontradas vainillas con la marca de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), la entidad gubernamental encargada de fabricar las municiones para la Policía y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb).
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El hallazgo guarda relación con la hipótesis del crimen que analizan las autoridades colombianas: que el ataque fue planeado en Zulia, por narcos del Cartel de los Soles, conformado por oficiales corruptos de la Fanb, y una organización mexicana, que acusaban a Osorio Chacín de quedarse con cinco millones de dólares del negocio.
“Lo más raro es que esas municiones venezolanas que fueron recogidas en el sitio, desaparecieron después en la cadena de custodia. Las remplazaron por otras municiones del mismo calibre 5.56. Todo eso lo han mantenido en secreto”, afirmó la fuente, lamentando de paso la corrupción que golpea a las autoridades de la ciudad.
Sobre esta situación no se han pronunciado las entidades oficiales de la región.
Frente a los posibles autores materiales de la matanza, se investiga la presunta participación de la banda “los AK-47”, que en Cúcuta y sus municipios vecinos actúa como un tentáculo del “Tren de Aragua”, una estructura de crimen organizado transnacional oriunda de Venezuela.
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