El reinicio de la discusión del primer punto de la agenda referido a la “participación de la sociedad en la construcción de la paz”, con tareas concretas como la propuesta sobre el diseño del proceso de participación y la discusión de las condiciones para un cese el fuego bilateral hasta el próximo 7 de agosto, son indicios de que a la mesa de diálogos con el Eln le metieron “el acelerador a fondo”.
Ese era el primer objetivo de la reunión previa entre ambas delegaciones negociadoras: lograr consolidar las conversaciones para que el próximo presidente de Colombia tenga como única opción la continuidad de la mesa, por lo menos así lo expresó el presidente Juan Manuel Santos y le jefe de la delegación guerrillera, alias Pablo Beltrán.
Es así como las delegaciones del Gobierno, en cabeza de Gustavo Bell; y del Eln, lideradas por Beltrán, expresaron ayer de manera conjunta que ambas “coinciden en la necesidad de desarrollar la agenda de trabajo con rigurosidad y celeridad, manteniendo el ambiente propositivo que hemos sostenido en estos días; acorde con la expectativa de la comunidad nacional e internacional que esperan avances hacia un acuerdo de paz”.
El jefe de la delegación gubernamental, Gustavo Bell, indicó que se ha avanzado con la celeridad necesaria para llegar a un acuerdo, “y estamos con la decisión, el interés y la voluntad de continuar como lo ha propuesto y pedido el presidente Juan Manuel Santos, y como la han exigido las comunidades que han sentido el alivio del cese el fuego y saben los beneficios que significa llegar a un acuerdo que le ponga fin al conflicto armado”.