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Este debe ser el perfil del próximo ministro de Defensa

La opinión de los analistas se inclina a que no se puede nombrar, una vez más, a una persona sin experiencia o sin conocimiento del sector defensa.

  • Entre los retos que afrontará el próximo ministro de Defensa está el del control del territorio donde hay presencia de cultivos de uso ilícito y grupos armados ilegales. Ahí, según expertos, radica la importancia de saber sobre seguridad. FOTO Manuel Saldarriaga
    Entre los retos que afrontará el próximo ministro de Defensa está el del control del territorio donde hay presencia de cultivos de uso ilícito y grupos armados ilegales. Ahí, según expertos, radica la importancia de saber sobre seguridad. FOTO Manuel Saldarriaga
08 de noviembre de 2019
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La salida de Guillermo Botero le abrió paso a una pregunta que ha empezado a escucharse en la esfera de lo público: ¿qué perfil debe tener el próximo ministro de la Defensa? Los analistas consultados por este diario coincidieron: debe ser alguien experto en temas de seguridad y defensa, además de un conocedor de la Fuerza Pública.

Los últimos dos jefes de esta cartera, Luis Carlos Villegas y Guillermo Botero, llegaron con un perfil más financiero, empresarial, y para los analistas en temas de defensa este debe ser uno de los requisitos, pero no el principal.

Erich Saumeth, especialista en Seguridad y Defensa, cree que lo que está pasando en la actualidad es una consecuencia del nombramiento de alguien que no era idóneo para manejar un despacho del que dependen cientos de miles de hombres y mujeres, la seguridad de millones y la defensa del territorio nacional.

“El gobierno debe dejar de nombrar personas de gremios para cargos tan especializados como este, en el que evidentemente los últimos años se ha tenido una falta de estrategia en materia comunicacional. Este ministro se cae porque no supo trasmitir mensajes”, explica el analista.

Para quien llegue a este puesto, Saumeth cree que “debe tener claro el concepto de soberanía nacional, de capacidades disuasivas, que conozca la tropa, de buena relación con los medios, que desde el punto de vista jurídico defienda a los integrantes de la Fuerza Pública”.

Para Juan Carlos Ruiz, profesor de la Universidad del Rosario, el relacionamiento con las Fuerzas Armadas es fundamental, sin embargo, también debe tener un distanciamiento para tomar determinaciones en momentos de crisis.

“La sinergia es fundamental, pero sin congraciarse con la Fuerza Pública, es decir, que también tenga la capacidad de distanciamiento para tomar decisiones por encima de los extremismos ideológicos y de defender a ultranza a una Fuerza Pública que a veces comete excesos”, dice.

El docente llama la atención para que no se descarte la posibilidad de volver a tener una mujer como ministra de Defensa, sobre todo cuando experiencias como las de Francia y España fueron tan alentadoras.

“Por la cuestión de género puede tener cierta distancia prudente con instituciones que son muy machistas, como lo son el Ejército y la Policía”, añadió.

El coronel retirado y catedrático de la Universidad de la Sabana, Carlos Alfonso Veláquez, añade que al interior del Ministerio de Defensa debe hacerse un cambio relacionado con el tipo del uso de la fuerza y la manera en que se deben comunicar los resultados, afirma que no todo siempre se tiene que transformar en balances operacionales que relacionen personas muertas, capturadas o incautaciones. Ahora se debe apuntar a algo más humano, social.

“Se debe tener un criterio estratégico, visión y uso de la fuerza racional y ética. Con esto se contribuye a la pacificación del país. Si eso no se cumple, todo lo que se haga en lo social estaría cojo. Debe existir seguridad humana, de la gente, la seguridad de las vías o de la infraestructura debe ir en algo secundario; esa debe ser la orientación estratégica del Ministerio de Defensa”.

El general (r) Jaime Ruiz, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados, Acore, recordó una conversación con el presidente Iván Duque cuando este se encontraba en campaña, en la que afirmó que no descartaría que el ministerio le fuera encargado a un oficial en buen uso de retiro.

“Nos dijo que evitaría que fuera un militar activo, pero que si veía a un oficial de la reserva con grandes capacidades de gerencia y administración, y con habilidades políticas para responder ante el Congreso y las diferentes bancadas, incluida la oposición, sería un candidato perfecto”, afirmó el oficial.

Los principales retos

Sea quien sea la persona que llegue a uno de los principales y más importantes ministerios del país, el panorama que va a recibir es claro: violencia desbordada en el Cauca por cuenta del narcotráfico, confinamiento y desplazamientos denunciados por la Defensoría del Pueblo en regiones como Chocó, Norte de Santander y Antioquia; problemas de seguridad ciudadana en las principales urbes, crecimiento confirmado por el Ejército de grupos armados organizados como el Eln y las disidencias de las Farc, una constante amenaza con Venezuela, entre otros problemas.

A parte de esas problemáticas que aquejan a muchas regiones del país, Carlos Arias, analista político, afirma: “más allá de los retos operacionales de las Fuerzas Militares, el mayor objetivo es político y está asociado o vinculado con la reputación de las Fuerzas Armadas y no en el ejercicio operacional, si en el de la defensa de los derechos humanos y el respeto y garantías de los líderes sociales u organizaciones sociales”.

Por su parte, el docente Juan Carlos Ruiz, agregó que actualmente hay un abandono desde el Gobierno Nacional al tema de seguridad ciudadana, por lo que ese también sería uno de los grandes retos para quien llegue a Mindefensa.

“Se han desentendido completamente con los temas que aquejan a los ciudadanos de las grandes urbes y ciudades intermedias y creo que se ha delegado en los alcaldes. Esta podría ser una oportunidad grande para el Gobierno de Iván Duque para que desde el Ministerio de Defensa se apersonen de un problema que aqueja a muchísimas personas”, concluye el profesor .

15
meses duró la gestión de Guillermo Botero como ministro de la Defensa.
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