El pasado 7 de marzo en el Congreso de la República se aprobó en cuarto debate un proyecto de ley que busca regular el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos por medio de la modificación a la “ley antitabaco” y añade prevenciones y consideraciones especiales para que los menores de edad y jóvenes no se vean expuestos a este tipo de dispositivos nocivos para la salud.
Según el proyecto de ley, este tipo de productos tendrán casi las mismas restricciones que rigen para el consumo de cigarrillo tradicional y alcohol.
En diálogo con EL COLOMBIANO, hablaron la senadora Norma Hurtado —autora del proyecto de ley— y la abogada Marla Gutiérrez —directora ejecutiva de la Asociación de Empresas de Productos Alternativos Libres de Combustión (Alterpro)—, quienes fijaron sus posturas frente a esta legislación y en qué cambia este mercado en el país.
El Colombiano: ¿Cómo recibieron la aprobación de este proyecto?
Marla Gutiérrez: En el gremio lo que nosotros creemos es que si bien es como un primer paso para poder avanzar en la regulación, no es una regulación específica para la categoría, porque lo que la ley hace es equiparar directamente esta categoría, que es una categoría completamente diferente, con un perfil de riesgo diferenciado, de cigarrillo tradicional.
Entonces, esto genera como muchas inquietudes de si en realidad las normas enteramente del cigarrillo le aplican a esto. Porque cuando hablan de que no se puede consumir productos que tengan nicotina dentro de establecimientos comerciales, como pasa con el cigarrillo tradicional, están incluyendo entonces bolsas de nicotina que se meten debajo del labio. Entonces, hay cosas que hace que sea antitécnico porque no todo aplica: es diferente un cigarrillo normal a un vapeador.
E.C: ¿Cuál es la diferencia?
M.G: Uno, que el vapeador tiene un desarrollo tecnológico diferente. Y dos, que hay un perfil de riesgo diferenciado, no solamente del vapeador, sino de los otros productos de nicotina y tabaco, como por ejemplo el tabaco calentado. Cuando tú utilizas un vapeador tienes mucho menos biomarcadores (indicadores de un estado biológico) lesivos para la salud. Obviamente hay sustancias que son dañinas, pero estas sustancias son mucho más dañinas a mayor temperatura y esto es lo que no tienen los vapeadores, pero sí los cigarrillos combustibles que necesitan fuego para prender.
E.C: ¿El vapeador es menos malo para la salud que un cigarrillo normal?
M.G: En teoría sí, es lo que afirman varios países que tienen esta nueva política pública. Como por ejemplo Inglaterra, Nueva Zelanda y Japón, en donde su política pública ha estado en sustituir el cigarrillo combustible con el vapeador y les ha resultado muy bien porque son perfiles diferentes de riesgo.
En Inglaterra estaban falleciendo unas 500 mil personas al año por la utilización del cigarrillo tradicional y han logrado disminuir mucho esa cifra con la política pública que tienen de cambiar cigarrillos por vapeadores.
E.C: ¿Entonces ustedes quieren que se separe la regulación de ambos productos?
M.G: Estamos pidiendo una regulación específica para la categoría y que se entienda que somos unos productos diferentes y que se están metiendo algunos riesgos. Claramente hay muchísimas advertencias de salud y no estoy diciendo que esos productos no hagan daño, pero sí que tienen un perfil de daño diferente al cigarrillo tradicional.
E.C: ¿También los vapeadores tendrán imágenes de advertencias sobre su impacto en la salud?, como la que tienen las cajetillas de cigarrillo tradicionales.
M.G: Por parte de nosotros, obligatoriamente ponemos advertencias, pero hay una discusión grande porque quieren que se pongan las advertencias sanitarias como pasa con los cigarrillos, que en sus paquetes muestran un feto dañado, pulmones dañados y cosas así, pero si te soy sincera no hay evidencia científica que indique que este producto cause abortos o queme los pulmones como el cigarrillo tradicional. Por eso es que queremos una regulación específica. Aunque sí ponemos la advertencia sanitaria de que es un producto que puede generar adicciones e infecciones respiratorias.
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El Colombiano: ¿Qué parámetros se utilizaron para que los vapeadores tuvieran las mismas restricciones que tiene el cigarrillo?
Norma Hurtado: Hicimos un análisis de toda la información del cigarrillo de combustión y de una serie de argumentos que fuimos recogiendo de la academia y de las investigaciones científicas con las que llegamos a la conclusión que tanto cigarrillos electrónicos como vapeadores podrían incorporarse como positivos en la ley antitabaco. Esa fue la esencia de los insumos que tuvimos en cuenta para evaluar que era posible que la esa ley también regulara estos nuevos elementos que están hoy al alcance de nuestros niños, niñas y adolescentes.
E.C: ¿Un cigarrillo tradicional hace el mismo daño que un vapeador?
N.H: Hay diferencias. Según los aportes que nos hicieron desde la academia y el grupo de neumólogos que estuvo acompañando todo el proceso, la Universidad Icesi, la Universidad de Santander y la Universidad Javeriana, nos argumentaron que los vapeadores pueden llegar a ser hasta aún más peligrosos que los mismos cigarrillos de combustión o los cigarrillos de tabaco calentado.
Empezando porque siguen conteniendo nicotina y adicionalmente tienen sustancias que al inhalarse a alta temperatura pueden producir afectación de garganta y de las vías aéreas, pero además, hay unas partículas ultrafinas que pueden llegar a generar enfermedades coronarias, cáncer de pulmón, asma, afectación severas al sistema respiratorio. Todo esto fueron los elementos y los argumentos que expusimos sobre el riesgo en la salud pública de los colombianos.
E.C: Hay voceros del gremio de esos productos que están de acuerdo con la regularización, pero no con que los metan en la misma bolsa que los cigarrillos tradicionales. ¿Necesitan una regularización aparte?
N.H: Pues eso está incluido en otro proyectos de ley que cursan en este momento en el Congreso que están relacionadas con los mismos temas: todos preocupados por el tema de vapeadores. Pero yo me sentí satisfecha porque lo importante era advertirle a la comunidad, a los padres de familia y a los profesores que hay un elemento que está en manos de nuestros niños, niñas y adolescentes que genera un grave riesgo.
El Congreso de la República y el Ministerio de Salud decidieron acompañar y respaldar nuestra propuesta, pues es coherente, va encaminada a la protección de la salud pública e incluyó los cigarrillos electrónicos y los bateadores.
Hay otros proyectos que están en suspenso, que siguen allí surtiendo un trámite, pero este fue el proyecto que finalmente tuvo la aprobación de las mayorías en el Congreso.
E.C: ¿Qué le falta a este proyecto para quedar en firme?
N.H: Le falta la conciliación entre Senado y Cámara y luego la sanción presidencial. Pero lo más importante es que con este proyecto de ley se le da elementos para una correcta reglamentación a los ministerios que van a estar encargados: el Ministerio de Salud, el de Educación que va a jugar un papel muy importante y el de Industria y Comercio, que va a tener una labor muy importante frente a todo lo que se publicita y se comercializa a través de las redes de las redes sociales y las ventas por internet.
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