La creación y “regularización” de un fondo fiduciario para manejar los recursos de las Farc y conformado mayoritariamente por sus integrantes; una “amnistía” sobre esa fortuna, e inclusive, una ínfima partida de apenas el 30 % del total para reparar a las víctimas. De ese calibre son las polémicas propuestas que, según denunció el exfiscal Néstor Humberto Martínez, lanzó en 2016 el hoy canciller Álvaro Leyva para darle manejo a los bienes y recursos de la extinta guerrilla.
Esos controvertidos planteamientos –con los que Martínez pretende develar la supuesta cercanía de Leyva con las extintas Farc–, se conocen menos de una semana después de la moción de censura que sorteó el ministro de Relaciones Exteriores en el Congreso y justo cuando acompaña la visita del presidente Gustavo Petro en Estados Unidos, que tendrá como plato fuerte el encuentro con Joe Biden este jueves.
Si bien el exfiscal entregó un abrebocas de esta situación en una columna en El Tiempo –en la que reclamó por el “despelote” del Ministerio y el deterioro de las relaciones internacionales–, este lunes se hizo pública la controvertida carta que, según Martínez, le hizo llegar tanto a él como al entonces ministro de Defensa Luis Carlos Villegas.
Previamente, Martínez se refirió a otra polémica misiva en poder del expresidente Andrés Pastrana que, en plena zona de distensión en San Vicente del Caguán (1998), le hizo llegar alias Tirofijo, en la que comunican la “designación” de Leyva como “vocero” de las Farc en los diálogos.
“Por esa condición se explica que hubiera pretendido lavar sus activos, como lo demostré, bajo su silencio presente, y tal vez sea esa condición la que sigue gravitando en sus actuaciones”, alertó el exfiscal.
En respuesta, el canciller le aseguró a EL COLOMBIANO que no aceptó esa designación y que el entonces comisionado de Paz, Víctor G. Ricardo, fue testigo. Dijo también que la alternativa para el manejo de bienes de las Farc –que aun hoy sigue siendo uno de los lunares del Acuerdo–, no fue de su autoría, que no recuerda quién le entregó la carta y que se limitó a hacerla llegar al fiscal y al Gobierno. Sin embargo, defendió que no hay visos de ilegalidad en los planteamientos.
Las respuestas no convencieron a Martínez, que arreció e hizo llegar otra misiva, esta vez a Carlos Ruiz Massieu, representante de la ONU en Colombia, en la que critica la propuesta que lanzó Leyva la semana pasada ante el Consejo de Seguridad del organismo.
En su pronunciamiento, el canciller pidió investigar un posible entrampamiento a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Ante ello, el exfiscal dijo que, de ser acogida esa propuesta, también se debería crear una comisión internacional para investigar las actuaciones de Leyva.
Quien también respondió, de forma indirecta, al rifirrafe fue el propio Pastrana que, a propósito de la visita de Petro a Estados Unidos, se despachó y le dijo a Biden que el mandatario no solo “prometió cielo y tierra a narcotraficantes”, sino que “legalizó de facto” el cultivo de coca, lo que tiene a Colombia “al borde de la narcocracia”.
Semejantes acusaciones y controversias atizan los cuestionamientos alrededor de la paz total de Petro y le caen como un baldado de agua fría a días del histórico estrechón de manos con Biden. Las acusaciones de lado y lado prometen subir de tono, un ruido que empantanaría el crucial encuentro.
