En un hecho que conmocionó a la ciudad, las autoridades lograron rescatar a Lenis Paola Martínez, quien había sido secuestrada el 21 de enero por su expareja, Duván Ardila, y dos cómplices dentro de su apartamento, donde también se encontraban sus dos hijos. El caso, marcado por la violencia y la premeditación, revela un escalofriante plan que pudo haber terminado en tragedia.
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Según las investigaciones, los secuestradores no solo tenían como objetivo a Lenis, sino también a sus dos hijos, a quienes dejaron amordazados en su apartamento. Lo más alarmante es que los delincuentes planeaban incendiar la vivienda con los menores adentro, utilizando una botella con gasolina que habían ingresado al edificio; objeto que fue clave en la investigación para darse cuenta de la gravedad del crimen que los criminales estaban dispuestos a perpetrar.
A pesar de la gravedad de la situación, un pequeño detalle fue clave para el rescate: un mensaje de voz de apenas cinco segundos. Obligada por sus captores, Lenis logró decir: “Mana estoy bien, no se preocupen”. Este breve audio, junto con una señal emitida desde su teléfono, permitió a las autoridades rastrearla y llevar a cabo un operativo de rescate exitoso. El mensaje lo grabó mientras su expareja le apuntaba con un arma, según reveló Noticias RCN.
La mujer estuvo 12 horas capturada y su pareja reveló la intención de lo que estaba haciendo: quería que ella y su familia sufrieran. “Yo sentí que era el fin de mi vida. Pensé ‘de esta no me salvo’”, aseguró. En su testimonio agregó que su expareja la roció con gasolina y se la esparció del ombligo para abajo. “De hecho, tengo quemaduras de ese líquido inflamable”, añadió.
La hermana de Lenis, Lina Martínez, reveló que la víctima había denunciado en múltiples ocasiones las amenazas de su expareja ante las autoridades. Sin embargo, estas denuncias no fueron suficientes para protegerla. Lo que hace urgente que las autoridades y los entes estatales fortalezcan los protocolos de atención a las víctimas de violencia de género y garantizar su seguridad.
Con la captura de Duván Ardila y sus cómplices, las autoridades avanzan en el proceso judicial correspondiente. El hombre enfrentará cargos por secuestro agravado y se solicitará su reclusión. Este caso sirve como un llamado de atención sobre la gravedad de la violencia de género y la necesidad de actuar con contundencia ante cualquier señal de peligro.
“Mi hermana no podía salir ni a la esquina porque ahí lo encontrábamos”, afirmó Lina Martínez a Noticias RCN.
Antes de su secuestro, la mujer intentó alertar a los vecinos, pero fue en vano. Después de eso la subieron a un automóvil, que también es investigado por las autoridades. “Me agarraron muy duro, me metieron a la fuerza al carro, yo ahí grité nuevamente. No sé si había personas que se dieron cuenta”.
“El objetivo era tenerme unos días retenida para hacer sufrir a mi familia, hacerme sufrir a mí, porque él quería venganza”, narró.
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