La justicia ya decidió sobre la polémica Alcaldía de Santa Marta y el petrismo perdió uno de los mayores fortines políticos que le quedaban. Tras casi un mes de las elecciones regionales, el comité escrutador decidió dejar sin efectos todos los votos a favor de Jorge Agudelo –el candidato del Gobierno– y proclamar como ganador a Carlos Pinedo, quien había alcanzado el segundo lugar en los comicios.
Con esa decisión, en Santa Marta las cosas quedaron claras: Pinedo es el alcalde electo de la ciudad y el presidente Gustavo Petro y su partido quedaron aún más disminuidos en todo el país, esto último luego de que las votaciones del pasado 29 de octubre mostraran a un país girando hacia la centro - derecha y rechazando los candidatos del petrismo para las ciudades capitales de Colombia.
Justamente por esos resultados negativos, perder una alcaldía más se entiende como otra gran derrota para Petro. De hecho, el jefe de Estado dejó ver su enojo diciendo que la decisión judicial que sacó al candidato era “una burla al voto ciudadano de Santa Marta” y un hecho ilegal pues, según él, solo un juez penal “puede quitar derechos políticos”, como siempre ha defendido.
Pero, ¿qué fue lo que pasó en la capital del Magdalena y por qué se necesitó de un mes para conocer quién es el nuevo candidato de los samarios?
El nepotismo y la inhabilidad
Pese a que el escándalo estalló con fuerza por la corta diferencia de votos -que fueron menos de 300- y los procesos judiciales que tenían en vilo las elecciones en la ciudad, los candidatos del petrismo venían mal desde mucho antes de que comenzara la recta final de las elecciones.
Para ese entonces, la primera candidata del petrismo era Patricia Caicedo, la hermana del entonces gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo. Pero la campaña no le duró mucho porque el Consejo Nacional Electoral confirmó lo que sus críticos alegaban: Patricia no podía ser candidata a la Alcaldía mientras su hermano era el mandatario regional, una clara inhabilidad política que el CNE cobró sacándola de la contienda electoral y del tarjetón de las elecciones.
Con eso en medio, el caicedismo no tuvo otra opción que elegir a un nuevo candidato, pero los tiempos de inscripción ya no daban y presentaron una tutela que les dio la posibilidad de inscribir a Agudelo extemporáneamente.
Fue ahí donde la nueva decisión judicial encontró el error, pues el Tribunal de Santa Marta revocó la decisión de tutela argumentando que la tutela era improcedente porque el lío estuvo desde un principio en el partido, “a quien le fue revocada la candidatura por no cumplir con las exigencias legales y constitucionales que allí se definieron”.
Resuelto: Pinedo es el alcalde
El caso, entonces, se convirtió en todo un lío jurídico en el que el comité escrutador tuvo que entrar a decidir.
La solución fue contundente. Al no estar habilitado, Jorge Agudelo nunca debió estar en el tarjetón y, por ende, sus votos no tienen validez alguna.
Fue por eso que en la tarde de ayer, Santa Marta recibió la noticia de que los 85.504 sufragios a favor del candidato del petrismo serían declarados como “no marcados” y que su participación quedaría para la historia como un error que no “tiene vinculación jurídica alguna”. Así las cosas, y sin Agudelo en el camino, el candidato electo de los samarios es Carlos Pinedo, quien obtuvo 85.222 votos y se posesionará como el nuevo alcalde de la capital del Magdalena el próximo 1 de enero.
La suerte está echada
Pero, ¿qué pueden hacer Caicedo, Agudelo y los petristas que se empeñaron en ganar en esa ciudad? Por lo pronto, no mucho.
Cualquier escenario que elijan seguir para intentar revertir esta situación involucraría “caminos extraordinarios como las denuncias penales, la revisión de la Corte Constitucional y los caminos de la justicia internacional. No son pocos caminos, pero serán largos y no darán frutos en el mediano plazo”, como analizó el abogado penalista Fabio Humar, experto en este tipo de líos jurídicos.
Humar también asegura que a Agudelo y quienes lo apoyaron no tienen otro camino que ceder al fallo y aceptar la decisión judicial.
“Agudelo tiene que aceptar como cualquier otro ciudadano afectado por un fallo. Los fallos de los jueces no se cumplen cuando favorecen y se desacatan, sino que cumplen sí o sí. Si no le gusta el resultado, tendrá que moverse dentro de la legalidad y las herramientas legales que así lo permiten”.
Bajo ese contexto, Santa Marta por fin tiene resuelta su situación electoral y el país queda con una foto clara de cómo están las cargas políticas tras un año de Gobierno de Petro.
Con la pérdida de esa Alcaldía, el Gobierno se quedó sin mandatarios en todas las ciudades principales del país y, por lo pronto, le esperan meses difíciles para lidiar con un Congreso que le está haciendo oposición y unos gobernantes locales que no apoyarán tan fácil a sus intereses.