El “Negro Óber” se pasea por las cárceles del país como si fueran franquicias de su negocio para extorsionar; ha pasado por siete establecimientos penitenciarios. Y a esa lista se suma uno más luego de que el Inpec decidiera trasladarlo otra vez a La Picota por sentenciar a muerte a comerciantes, policías y fiscales y planear atentados desde una cárcel en Girón (Santander), tras la captura de su pareja.
Las últimas amenazas las lanzó desde una silla rimax, tomándose una sopa y fumando un cigarrillo. Bien vestido y con sus joyas puestas, uno de los máximos cabecillas de la banda criminal “Los Rastrojos costeños” comenzó a contar con los dedos de su mano a todos los que iba a asesinar tras el arresto de su esposa, Julieth Vanessa Martínez, supuesta jefa de finanzas de esa organización y señalada de ocupar el puesto que dejó libre su marido cuando fue condenado a más de 50 años por delitos concierto para delinquir, extorsión, terrorismo, homicidio, tráfico y porte ilegal de armas de fuego.
Eso fue lo que desató la furia de Óber Ricardo Martínez Gutiérrez, que ha sido el terror de Barranquilla, zonas del Atlántico y la Costa Caribe, y quien hasta ahora sigue burlando las autoridades.
“Él entró la primera vez en el año 2011, lleva más o menos 12 años entrando y saliendo. Ha estado en siete cárceles del país, incluso de máxima seguridad”, explicó Daniel Gutiérrez, director del Inpec.
Y esta vez no fue la excepción para hacerle jugadas a la seguridad y a sus custodios. Con un celular de contrabando grabó un video que no tardó en circular por redes, en el que sentenció: “Estoy decidido a hacer lo que sea, o me sueltan a mi mujer o miramos cómo estamos, les deseo mucha protección y que usen chalecos antibalas, si a ustedes no les importa coger a gente inocente como a mi esposa, yo sé que a ustedes no les va importar nada que les maten a un policía, les voy a matar a comerciante por comerciante en Bogotá, San Martín, Villavicencio, Barranquilla”.
Las alarmas se prendieron y le requisaron la celda, donde encontraron celulares, drogas ilícitas, joyas y un cuaderno en el que al parecer reposan los nombres de sus víctimas de extorsión. Todo apunta a que este criminal sigue delinquiendo a sus anchas desde la cárcel, no importa cuál. Frente a esto, el jefe del Inpec anunció que hay 15 funcionarios vinculados a un proceso para ser investigados.
Pero la requisa a la celda y su aislamiento en una Unidad de Tratamiento Especial (UTE) no fueron suficientes. Este lunes se conocieron nuevos audios con planes de trabajo para sus cómplices en libertad. Las instrucciones son claras: dirigirse a varios a barrios de Barranquilla, donde deberán atentar contra alguien en particular o desarrollar alguna otra actividad criminal que hasta ahora las autoridades investigan.
“Parece que no hubiera guardias o directores, él está como en su casa, habrá retiros, sanciones en este establecimiento”, sentenció el director del Inpec .