El círculo más cercano del presidente Gustavo Petro quedó fracturado. Cercano en el sentido literal. Pues tras el inédito Consejo de Ministros de este martes, se conoció que Jorge Rojas, quien hace una semana se posesionó como director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), radicó su renuncia irrevocable.
Así lo reveló en la W Radio en la mañana de este miércoles: “Yo presenté mi renuncia irrevocable ayer, había hablado con el presidente buscando fórmulas que permitieran resolver estas contradicciones, no siempre es fácil, pero pienso que una reforma del Dapre y que aclara las competencias es muy difícil. El presidente necesita en la dirección del Dapre a alguien que lo pueda apoyar desde la perspectiva que tiene”, afirmó.
Las contradicciones a las que se refiere Rojas tienen que ver el poder en Presidencia. Una vez se conoció que el polémico exsenador Armando Benedetti sería nombrado como jefe de despacho presidencial, varios funcionarios cercanos al presidente le volvieron a expresar su molestia.
Según fuentes consultadas, para matizar la situación y evitar que los ministros sintieran que tenían un filtro para hablar con el jefe de Estado, optaron por no poner la figura de jefe de gabinete sino jefe de despacho presidencial. Es el mismo cargo que tuvo Laura Sarabia al principio del Gobierno. Se encarga de tareas operativas como la agenda del mandatario, pero, en este caso, va mucho más allá porque Benedetti va a asesorar a Petro en la estrategia política con miras a 2026.
Eso molestó a Rojas y así lo admitió en la entrevista a la W: “Él (Petro) trajo a otra persona que tiene responsabilidades y le corresponde manejar los asuntos de la Presidencia”.
Los efectos de la salida de Rojas y el poder de Benedetti
Con la llegada de Rojas al Dapre y la salida de Laura Sarabia, se pensaba que el político de izquierda —quien fue funcionario importante de la Alcaldía de Petro en Bogotá— iba restablecer puentes entre el petrismo “pura sangre” y otros sectores. Varios funcionarios, como quedó demostrado en el Consejo de Ministros, tenían molestias porque Sarabia se convirtió en el filtro para hablar con el mandatario y coordinar asuntos del Gobierno.
Pero ahora que renunció el panorama es incierto y todos los caminos conducen al polémico Armando Benedetti, que el presidente Petro defendió a ultranza.
“El preso necesita una segunda opción cualquiera que sea su delito (...) Cuando yo hice los debates del paramilitarismo en el Senado siendo militante del Polo Democrático, el primer congresista que se paró a defenderme fue Benedetti (...) Él tiene magia, un toque de Jaime Bateman (excomandante del M-19), no es lo mismo un cachaco haciendo política que un costeño”, dijo Petro luego de que la ministra Susana Muhamad y la vicepresidenta Francia Márquez le reclamaran por la presencia del asesor que tiene acusaciones de presunto maltrato a la mujer.
“Él estuvo con Petro en toda la campaña, fue el que organizó esa campaña, el que cuadraba las reuniones, hacía los eventos, decidía a dónde ir, etc”, dijo una fuente del entorno del político. Así, Petro demuestra que está siendo pragmático en un momento en el que no le interesan tanto las críticas de la prensa, sino corregir la estrategia de comunicaciones para no perder el poder en las elecciones.
Benedetti, entonces, es el ganador de la jornada y todo parece indicar que con Rojas y Sarabia fuera de Palacio, tendrá mucho más poder al lado de Petro.