Globos blancos que parecían reclamar el cielo, flores de colores que brotaron del asfalto y velas de todos los tamaños se posaron en el suelo del taller blanco y negro en el que encontraron el cuerpo desmembrado de Michelle Dayana González, la joven de 15 años asesinada el pasado 7 de diciembre en el barrio San Judas Tadeo, en Cali.
Hasta ese altar improvisado, familiares y conocidos de la niña a quien apodaban “risitas” clamaron por encontrar al asesino para que “su alma fuera liberada”. Este lunes, en ese mismo altar, celebraron entre aplausos y lágrimas la captura de Harold Andrés Echeverry, el presunto feminicida que llevaba tres días prófugo.
Las últimas palabras que Genaro González escuchó de su hija Michel fueron “Papi, ya vengo, no me demoro”, pero ella no regresó de la tienda a la que fue a comprar unos dulces con los 2.000 pesos que le daba por costumbre. Siguiendo esa pista, Genaro salió a buscarla en la noche de velitas y preguntó por ella en un taller de motos del barrio, ahí estaba Harold Andrés, el vigilante del lugar, que le respondió que no había visto a Michel.
Pero al día siguiente, el 8 de diciembre, Genaro recibió información de que habían encontrado sangre en el baño de ese taller. Así que regresó para buscar a Michelle, ingresó al lugar y encontró partes de su cuerpo debajo de llantas, baldes y basura.
“Cuando yo entro a un baño que estaba cerrado, yo le pego una patada y lo abro, y veo que hay mucha sangre en el baño. Ahí comenzamos a requisar bien, estaban todas las paredes manchadas y los carros se veían como golpeados, como que fue una lucha porque ella luchó antes de que él le hiciera daño, luchó bastante con él, porque era una niña con mucha fuerza. Empecé a buscar en unos bultos de neumáticos, maletas, empecé a mover, estaba muy profundo y la Policía nos hizo salir para no contaminar la escena, pero donde yo estaba escarbando estaban las partes de mi hija”, detalló el padre de la menor.
Tras el hallazgo, Harold Andrés, el presunto feminicida, se subió a una moto de placas EQP 37D y escapó. Desde ese momento, autoridades extendieron un plan candado por todo el territorio nacional para dar con su paradero y ofrecieron una recompensa de hasta 100 millones de pesos.
Y fue efectiva porque este lunes, fuentes de la Policía le detallaron a este diario que a Harold Andrés le siguieron la pista desde la terminal de buses de la ciudad de Villavicencio, donde se le vio vistiendo una camiseta color verde y un tapabocas para ocultar su cara de las autoridades. Y en el barrio Ciudad Porfía, la Sijín de Cali, logró la captura del principal sospechoso del que hasta ahora se conocen detalles sobre un pasado criminal.
Tenía una condena por violación
Los habitantes del barrio San Judas Tadeo sabían que Harold Andrés Echeverry era el vigilante de Car Center, un taller de motos y carros del sector. En sus redes sociales se mostraba como un hombre creyente en Dios y amante de los automotores. No tenía muchos seguidores, pero sí seguía varias cuentas de menores de edad.
Sus empleadores sabían que Echeverry tenía un prontuario criminal por acceso carnal abusivo a menor de 14 años, pero decidieron darle una oportunidad para resocializarse tras pagar su condena por ese delito.
Sin embargo, nadie conocía ese pasado, mucho menos la familia de Michelle, que solo estaba alerta ante algunos comentarios y miradas malintencionadas que ya les había lanzado a las hermanas de la menor.
“Según la información previa que nos da, el responsable del taller que le dio la oportunidad para que se resocializara y para que buscara un nuevo camino, pero definitivamente hay irregularidades allí, por eso varios trabajadores del taller y su propietario están vinculados al proceso. Este homicidio de Dayana no va a quedar en la impunidad”, sostuvo el secretario de Seguridad de Cali, Jimmy Dranguet.
Sin embargo, la empresa en la que trabajaba Echeverry se pronunció por medio de un comunicado para rechazar el crimen de la menor. “Condenamos rotundamente y hacemos público que Harold Andrés Echeverri, con CC No. 16.463.685, quien se desempeñó como vigilante de nuestra empresa y que se encuentra prófugo de la justicia y se dio a la fuga en un vehículo tipo motocicleta marca discover de placa EQP 37D”.
Tras confirmarse la captura de Echeverry, se detalló que el presunto feminicida será llevado a una unidad del CTI y, luego de verificar su identidad plena, se espera que sea presentado ante un juez para responder por la muerte de la joven de 15 años en Cali.
Por su parte, el director de la Policía, general William Salamanca, ordenó trasladar al capturado en un avión de la institución de la capital del Meta a la del Valle del Cauca, donde será entregado a la Fiscalía General de la Nación, para que responda por el feminicidio de la menor Michel Dayana. “He dispuesto que un avión de la Policía Nacional traslade a este sujeto desde Villavicencio a la ciudad de Cali, donde será puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación”, agregó el general Salamanca.
“Las niñas no se matan”
Una caravana de motos con globos blancos le abrió paso al funeral de Michelle Dayana en la ciudad. Con pitos y sirenas hicieron ruido por las calles hasta llegar a la cancha del barrio donde bajo el aro de basquetbol reposaba el féretro de la niña de 15 años y a su lado una foto con un marco de flores en la que aparece sonriente, como la quieren recordar para siempre.
Bajo un arco de globos blancos, morados y una lluvia de serpentinas, los familiares de Michelle se reunieron para despedirla por última vez en su pequeño ataúd blanco. A sus pies los ramos de flores y las velas acompañaron la ceremonia. Y sus risas quedaron plasmadas en todas las fotos con las que decoraron el altar.
Sus hermanas la recuerdan como una niña tranquila a la que le gustaba dibujar muñecas y soñaba con ser doctora. Su papá, Genaro, la recuerda como una niña feliz, una bebé que fue víctima de un animal porque “ese no es una persona, es un animal”, dijo.