El presidente Gustavo Petro anticipó este fin de semana que tiene la intención de visitar Haití para definir la forma que su país puede apoyar una solución a la situación de violencia del país caribeño, sobre la que dijo “hay una responsabilidad compartida”.
Tras intervenir en la sesión plenaria de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que se celebró en Santo Domingo, República Dominicana, Petro aseguró que piensa realizar una visita a Haití.
“Tengo la idea de ir a Haití para poder establecer cuál sería la manera más constructiva posible el papel de Colombia”, dijo Petro.
La situación de Haití, asolado por un auge de violencia a cargo de las bandas criminales tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021 a manos de un grupo de 26 mercenarios colombianos –18 de ellos capturados– ocupó parte de los discursos de varios jefes de Estado y de Gobierno que estuvieron presentes en la reunión.
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El primero en hacerlo fue el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, quien pidió una respuesta inmediata de la ONU, que permita “apagar el incendio” para luego llamar a elecciones.
“El 70 % del territorio de Puerto Príncipe está controlado por grupos criminales y eso no podemos ignorarlo”, dijo Chaves, que calificó a Haití como un Estado fallido.
Al costarricense le siguió su homólogo del presidente de República Dominicana, Luis Abinader, para quien “la única forma de ayudar a Haití es pacificarlo”.
“Es la única manera”, apostilló Abinader, que lamentó el auge de las bandas armadas, a las que señaló como las causantes de violaciones a los derechos humanos diarias y a la integridad del nivel más pobre del pueblo haitiano.
Petro ya había pedido perdón a Haití por el magnicidio de su presidente en septiembre del año pasado.
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“Hoy le pedí perdón a Haití por el asesinato de su presidente cometido por mercenarios colombianos”, dijo el jefe de Estado colombiano en su cuenta de Twitter el pasado 21 de septiembre.
La versión oficial determinó que entre los encargados de planear y ejecutar el crimen estuvieron 21 militares retirados de nacionalidad colombiana, tres de ellos fueron abatidos en el lugar por el servicio de seguridad de Moïse. En la acción también participaron dos mercenarios de nacionalidad haitiana-estadounidense.
El grupo de 18 mercenarios colombianos aún sigue retenido por las autoridades haitianas en medio de la investigación por el magnicidio, mientras que Estados Unidos ha capturado a otra 10 personas implicadas en el homicidio de Moïse.
Las últimas capturas fueron las de Antonio Intriago, dueño de CTU Security, empresa de seguridad que habría contratado a los mercenarios colombianos implicados en el crimen; y Arcángel Pretelt Ortiz, colombiano que sería socio de Intriago.
La tercera persona capturada es Walter Veintemilla, un estadounidense que, según las autoridades, prestó una alta suma de dinero a la empresa contratista de los mercenarios.