Arrancó 2025 y este será el año de las definiciones con miras a las elecciones presidenciales del próximo año. Varios funcionarios del actual Gobierno que están buscando abrirse campo en el partidor deberán renunciar antes de mayo próximo, mientras que otros aspirantes -desde diferentes orillas, entre ellas el Congreso o el propio activismo-, seguramente intensificarán sus movidas y maniobras con la mirada puesta en la Casa de Nariño.
Ya hay más de una veintena de precandidatos en la puja y los bandos están decantados hace meses entre la derecha o centro-derecha, el centro y la izquierda o centro-izquierda. “Serán tres espacios. Uno es el llamado progresismo, que está cohesionado alrededor del Gobierno de Gustavo Petro. Luego aparece el centro político y finalmente la derecha, justamente en oposición al petrismo”, asegura a este diario el profesor Jorge Iván Cuervo, analista político y docente de la Universidad Externado.
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En el primer bando hubo noticias al cierre de 2024, pues a mediados de diciembre pasado la coalición de partidos que conformó el llamado Pacto Histórico anunció que, en una apuesta por la unidad, gestarán un partido único bajo la sombrilla del petrismo. “La unión de esos movimientos en una sola personería jurídica puede facilitar encontrar a quien podría ser el candidato único con el visto bueno del Gobierno”.
En el partidor aparecen congresistas como María José Pizarro o David Racero, la exministra Carolina Corcho, así como actuales funcionarios como Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social; Susana Muhamad, ministra de Ambiente; Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud; el embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras; el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, o los ministros Juan Fernando Cristo (Interior) y Luis Gilberto Murillo (Relaciones Exteriores), considerados más moderados y no petristas pura sangre.
En el caso de los ministros y otros funcionarios, la ley indica que, para no inhabilitarse y poder participar en los comicios, deberán renunciar un mayo antes de las elecciones, es decir, en mayo próximo. De allí que lo que finiquiten durante este primer semestre de 2025 será determinante para sus aspiraciones.
“Para el Gobierno es muy importante que lleguen ministros que no solo sigan cohesionados a la coalición, sino que puedan mostrar resultados. Este no parecería que es el Gobierno de las grandísimas transformaciones, por ello hay que dejar una impronta de que, en medio de todas las dificultades, se pudo hacer un cambio”, agrega Cuervo.
La más reciente encuesta Invamer pone de presente además que Bolívar parece el candidato más opcionado al sumar una favorabilidad del 22 %, aunque carga a cuestas una desfavorabilidad del 31 %. Le sigue Cristo, con una favorabilidad del 21 % y una imagen negativa para el 26 % de los encuestados. Finalmente, aparece María José Pizarro, con una favorabilidad del 17 %, y Murillo, con una favorabilidad del 10 %.
Incluso, semanas atrás se especuló sobre una eventual alianza entre el denominado santismo y el petrismo, que daría pie de duplas como Murillo-Muhamad: “La popularidad promedio del presidente es del 35 %. Ese sería el voto duro que estaría ahí y que le daría muy buena posibilidad al ungido de estar por lo menos en segunda vuelta”, precisa el profesor Cuervo.
Por otro lado, emerge una derecha con algunos matices de centro-derecha que se presenta como la oposición férrea al proyecto de Gustavo Petro y que aprovecha sus flaquezas en frentes como la seguridad, la paz o su accidentado trámite de reformas para sacar réditos políticos.
En ese bando sobresalen figuras de antaño como el exvicepresidente Germán Vargas Lleras -mandamás de Cambio Radical-, así como congresistas como María Fernanda Cabal, Miguel Uribe (ambos del Centro Democrático) o David Luna (de Cambio Radical). Incluso, hay outsiders como la periodista Vicky Dávila (la de mayor favorabilidad con 26 %) quien, sin pertenecer a la clase política, busca abrirse un espacio como corriente ciudadana, pero enmarcada en la derecha.
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“Ella seguramente en 2025 va a comenzar a desarrollar esa aspiración. De hecho, podría ayudar a jalonar a la derecha más hacía el extremo con un discurso más disruptivo tratando de seguir la línea de (Donald) Trump o Javier Milei. En el uribismo aún está por verse cómo será elegido el candidato. Además, está Vargas Lleras, que tiene mucha visibilidad porque está recorriendo el país”, dice Cuervo.
Finalmente, aparece el denominado centro que, de acuerdo con el profesor Jorge Iván Cuervo, es donde más prevalece la incertidumbre.
“Está (Sergio) Fajardo, que sigue marcando en las encuestas, pero tendrá que ser más estratégico en definir acuerdos previos, con figuras como Alejandro Gaviria o Claudia López, aunque creo que ella no le va a ceder espacios a Fajardo”, explica.
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Además, aparecen figuras que podrían facilitar la unidad como Juan Manuel Galán o Mauricio Cárdenas.
En este espectro quien suma mayor favorabilidad, según Invamer, es Claudia López (36 %), seguida de Fajardo (35 %) y Juan Manuel Galán, con 33 %.
En la ecuación hay que tener en cuenta a partidos tradicionales como los liberales, conservadores o la U que, con su poderío e influencia regional, podrían inclinar la balanza con miras a 2026. La contienda hasta ahora arranca y cada día será clave para conquistar nuevos adeptos.