Aun cuando el presidente Gustavo Petro intentó restarle importancia a los resultados de las elecciones regionales del pasado domingo –e incluso, reclamó como suyas victorias de otros partidos–, lo cierto es que el mensaje que recibió en las urnas contra su gobierno y el Pacto Histórico comienza a acentuar las fisuras dentro del otrora exitoso y consolidado bloque de izquierda.
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El propio Jefe de Estado –durante su habitual consejo de ministros de los lunes–, le habría llamado la atención a su gabinete por los pobres resultados en materia de ejecución que habrían terminado incidiendo en la decepción que se llevó el petrismo en ciudades capitales como Bogotá, Medellín, Cali o Bucaramanga.
Allí, pese a las expectativas y proyecciones, se terminaron imponiendo candidatos opositores y críticos del “gobierno del cambio”, lo que de paso dificulta los planes de la coalición de izquierda con miras a 2026. ¿La razón? Pese a la idea constante de dejar sucesor en la Casa de Nariño y fortalecer su coalición en el Congreso, el petrismo entraría a la puja en desventaja no solo por la baja popularidad del mandatario, sino por el mermado poder regional.
Quizá una de las muestras más grandes de las rupturas que comienzan a evidenciarse cada vez más en público la protagonizaron el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, y el exsenador Gustavo Bolívar, quien quedó de tercero en la intención de voto con miras a asegurar una plaza que era fundamental para el petrismo en sus planes: la Alcaldía de Bogotá.
Al insistir en un ‘mea culpa’, luego de decir que los resultados adversos fueron un voto castigo para el Pacto Histórico, Bolívar alertó que “para corregir el rumbo se necesita autocrítica”. En ese sentido, reclamó que el Pacto “está roto” en muchas partes de Colombia debido a que se impusieron listas cerradas sin consulta interna.
“Debido a la elaboración de listas a bolígrafo y el excesivo bogocentralismo en la elaboración de listas regionales, perdimos curules valiosas y muchos cuadros importantes –que fueron saltados en sus procesos o menospreciados–, se fueron a otros partidos (...) El autoengaño solo conduce a empeorar las cosas. Si en 2026 no podemos hacer coaliciones para las legislativas, nos toca fusionar las personerías para sobrevivir”, declaró el exsenador.
Pese al tono reflexivo y autocrítico de Gustavo Bolívar, el exalcalde Daniel Quintero controvirtió su postura y fue más allá al reclamar que el Gobierno “se ha ido quedando solo” debido a liderazgos “tóxicos” como el que ejerce el excandidato: “Cuántos que desde la independencia apoyamos a Petro terminamos más maltratados por vos que por el establecimiento. Algunos nos hemos mantenido firmes, muchos se han ido. Si el liderazgo del Pacto de cara al 26 está en tus manos, el Pacto ha terminado”.
En respuesta, de manera indirecta, Bolívar reivindicó que no dejó su vida de comodidades en la televisión y la farándula por “construir un mundo político de mentiras y falsedad”. Por ello, ratificó que el cambio “no se hace con mentiras, con politiqueros, ni oportunistas”. Posteriormente –ahora sí respondiendo directamente al exalcalde de Medellín–, el exsenador manifestó que “la verdad siempre sonará tóxica a los oídos de la corrupción y la politiquería”.
En esa línea, insistió en que para reconstruir el Pacto hay que “actuar sobre diagnósticos serios con honestidad y sin autoengaño”, al tiempo que culpó a Quintero al enrostrarle que por dirigentes como él no se ha podido cumplir la promesa de cambio.
“Usted no ha sido nunca de esta causa que dejó miles de muertos. Es un simple oportunista tras de un ministerio o una candidatura presidencial que termina la Alcaldía de Medellín con una impopularidad del 80%. Yo no tengo ambiciones personales. Por eso digo lo que incomoda a muchos. Si quisiera acomodarme diría lo que todos quieren oír o recibiría miles de millones de contratistas para ganar una elección”, agregó.
Para zanjar la discusión, Quintero se refirió a supuestos logros de su administración en materia de homicidios, desempleo y pobreza, al tiempo que insistió en que entregó computadores y recuperó plata de Hidroituango. “El Pacto que la gente quiere es uno que sea amplio y sume a otros, y no uno que espante a todos con sectarismos. Insisto: si el liderazgo del 26 está en las manos de Bolívar, el Pacto se romperá en pedazos”.
¿Crisis o ruptura total?
En medio del crispado ambiente que dejó la pelea pública entre ambos pesos pesados del petrismo, el presidente reaccionó indirectamente a la puja y –al referirse a un artículo de prensa que reseñaba el rifirrafe–, Petro se limitó a responder: “La coalición política que ganó la primera vuelta presidencial ya lleva 12 gobernaciones ganadas, más de 1.000 concejales y se acerca a 100 diputados”.
De acuerdo con la politóloga María Alejandra Arboleda, consultora de comunicación política y análisis de opinión pública, aunque el fracaso electoral del Pacto respondió a un voto castigo contra “el gobierno del cambio”, también hay que tener en cuenta que el revés también tuvo origen en la falta de liderazgos.
“El Pacto se convirtió en Petro. No hay figuras como en su momento Roy Barreras o Armando Benedetti, con liderazgo, olfato político y experiencia electoral. No hay líderes, como Francia Márquez, que sean capaces de inspirar a esos grupos poblacionales que en su momento sintieron tanta emoción al votar por el Pacto”, explicó.
Según la analista, a la luz de las fisuras que cada vez se acentúan más en el petrismo, difícilmente podrán cohesionarse nuevamente como bloque político debido a las dificultades para reconocer los pobres resultados y que no son tan comunes los diferentes partidos que se unieron para lograr el éxito de Petro en las presidenciales y en el Legislativo.
“Un poco la pelea Quintero-Bolívar es para tratar de posicionarse dentro del Pacto y mirar a ver cuál podría ser el posible candidato presidencial”, remató Arboleda.
Este tipo de peleas, que prometen subir de tono y extenderse a otros sectores del Pacto, llegan en momentos en los que la popularidad del presidente sigue en descenso y cuando su Gobierno no solo espera tramitar con éxito sus ambiciosas reformas, sino golpeado en su gobernabilidad territorial por cuenta de las elecciones. ¿Podrá recomponer de acá a 2026? El tiempo corre.
¿Fallaron las bodegas petristas?
El primero en poner el dedo en la llaga del petrismo fue el creador de la serie Matarife, Daniel Mendoza, quien se quemó en su intento de conseguir una curul en el Concejo de Bogotá. Al evaluar los resultados, alegó que “a todos se les pegaron las sabanas” dentro del petrismo.
“A los congresistas que no se movieron y que también ven su cuerpo labrado en bronce sobre sus curules. (También) se quedaron durmiendo algunos influenciadores que dejaron la mística por pensar tanto en las monedas. (Son) muchos de los que alguna vez teclearon por las solas ganas de ver una Colombia mejor y que hoy, sin la gasolina monetaria, no funcionan”.