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La paz vuelve a la agenda: un déjà vu en elecciones

Los últimos acontecimientos políticos en Colombia reviven viejas discusiones sobre el Acuerdo de paz. ¿Estrategia uribista?

  • ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
    ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
19 de marzo de 2019
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Detrás de un gran tema nacional, que sobresale del resto y sacude a la opinión pública, hay una intención política. Las objeciones del presidente Iván Duque a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), fueron el detonante para abrir de nuevo el antiguo debate sobre lo conveniente o no del Acuerdo de Paz. Es más, algunos analistas y hasta congresistas advirtieron que será la paz, nuevamente, el caballito de batalla de las elecciones.

El anuncio del Presidente el domingo anterior agitó la política nacional y generó reacciones durante la semana de todas las ramas del poder. Fue tal el sacudón que la oposición estrenó el derecho a réplica en televisión, mientras que otro sector político celebró la decisión del mandatario: el uribismo.

Aunque Duque ha negado que sus declaraciones crearon un choque de trenes, tanto la JEP como la Corte Constitucional han contradicho al jefe de Estado con acciones posteriores. “No existe la falsa división entre amigos y enemigos de la paz, no podemos tenerle miedo a abordar estos cambios de manera constructiva y sin ánimo de polarizar”, indicó Duque en su alocución presidencial hace una semana.

No piensa igual Sergio Jaramillo, exalto Comisionado para la Paz del gobierno Santos, quien dijo en entrevista con La W Radio: “Todo es una estrategia para polarizar y hacer política. Lo que quieren es marcar una agenda para las elecciones de octubre (...) Duque le está entregando su gobierno al sector extremista del Centro Democrático”.

Pues bien, coincidencialmente, el espaldarazo político llegó de parte de la Federación Colombiana de Municipios, la cual, a través de un comunicado, expresó su respaldo a las objeciones, de las cuales advirtió que “son válidas y necesarias para que el Acuerdo de Paz llegue a un feliz término”, aseguró su director Gilberto Toro. La Federación enfatizó en que es necesario pensar y repensar, “las veces que sea necesario”, los mecanismos para sanar las heridas de la guerra e invitó a los colombianos, a dialogar hasta lograr una paz duradera con verdad.

Un camino ya recorrido

No es un misterio que en campañas electorales el Centro Democrático intensifica su discurso en seguridad, una de las necesidades prioritarias en regiones y ciudades del país.

Para Julián Restrepo, coordinador de la maestría en comunicación política de Eafit, “el uribismo a nivel nacional como subnacional está tratando de imponer agenda a favor del presidente Duque. Ellos refuerzan la idea de que hay que hacer cosas en contra del Acuerdo de Paz, así digan que no lo van a acabar. Es un ataque sistemático para tratar de cambiar lo que no han podido del proceso de paz”.

El respaldo a las ideas uribistas está en las urnas. Si bien el Acuerdo de Paz es una realidad y producto de ello, Colombia afronta hoy el posacuerdo, no hay que olvidar que el plebiscito por la paz fue ganado por el “No”, un triunfo para quienes se opusieron al proceso adelantado por Santos, es decir, el uribismo.

Mauricio Jaramillo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Rosario, le atribuye el éxito electoral del Centro Democrático a la victoria del “No” en octubre de 2016.

“Hay un renacer uribista desde ese triunfo. Esto los llevó a una hegemonía con fuerza política que han traducido a la política exterior, por la postura radical frente a Venezuela. Y ahora con la paz, porque para ellos es corregir lo que quedó mal en el Acuerdo”, dijo.

Santiago Valencia, senador del Centro Democrático, no considera que el tema de la paz se esté reencauchando, “porque como lo impusieron mediante el ‘fast track’, cambiando las reglas de juego y desconociendo el resultado del plebiscito, pues la gente no puede olvidar que por coherencia, esas fueron las banderas que eligieron a Iván Duque. Por eso nuestro electorado esperaba que llegáramos a trabajar con ese tema”.

Al lado opuesto está Jorge Enrique Robledo, senador del Polo Democrático. “La caída de Duque en las encuestas el año pasado fue estrepitosa. Eso los condujo a un método que ya les ha funcionado para las elecciones que han ganado: enervar a los colombianos, llenarlos de rabia y odio. Para colmo, la reforma constitucional, propuesta por Duque, no aplicará para quienes se sometieron a la JEP. Entonces, ¿para qué la tramitan?”, preguntó el senador Robledo.

Promesas de campaña

Para el uribismo, no se trata de estrategia electoral sino de coherencia con las propuestas de la contienda presidencial del año pasado.

El senador Valencia agregó, que como la paz quedó “mal hecha”, por eso es un tema que se destaca en estos momentos. “La agenda no la impone el Centro Democrático sino la realidad del país, y esa realidad indicaba que había que objetar la JEP”, dijo.

César Eugenio Martínez, representante a la Cámara uribista, recordó que Duque en campaña prometió revisar la JEP. “Los cambios sugeridos a la justicia especial, incluso, serían productivos para el Acuerdo de Paz. Nuestro partido tiene sus banderas y no son coyunturales ni cambian por elecciones, decir que es por estrategia es una interpretación amañada y es darle tinte político a lo que es una responsabilidad”.

Para Iván Marulanda, senador de la Alianza Verde, el uribismo ganó las elecciones y que gobiernen con sus ideas es lo normal. Pero, “el triunfo de Duque nos devolvió a la polarización y a profundizar la división entre los colombianos. Reviven los odios y las rabias. La visión de la política del Centro Democrático es sectaria, vindicativa y excluyente. Y su sed de poder es infinita. Todo lo que hacen por estos días desde el poder apunta a fortalecerse para las elecciones de octubre, sin propuestas sobre el bienestar de las comunidades”.

Juan Luis Castro, también senador verde, no es tan radical. “Ellos han sido consecuentes en estar en contra del proceso de paz, no apoyaron la JEP y no han estado de acuerdo con lo que se firmó. Los procesos de paz se hacen para que la gente se reconcilie y se perdonen, y este proceso no alcanzó para eso”.

Robledo también cree que hay problemas del país que están quedando en el olvido por las decisiones del Ejecutivo. “Lo increíble es que están haciendo esto cuando estamos debatiendo el Plan de Desarrollo. Tenemos problemas graves en educación, el agro es un desastre, la industria antioqueña textil, la crisis del café”, recalcó Robledo.

Entretanto, los analistas consultados consideran que la agenda la está dominando la derecha. José Olimpo Suárez, coordinador de la Maestría en Estudios Políticos de la UPB, indicó que la política volvió al escenario público más fuerte, el de la confrontación. “Uribe pone la agenda política, por eso César Gaviria se muestra tan disgustado, porque no acepta que a estas alturas, Uribe siga poniendo la agenda política del país. Sobre la JEP el debate no es jurídico, es político”.

El profesor Restrepo indicó que “vuelve la ideología uribista de la seguridad y el orden público, donde ellos navegan tranquilamente. El país ya no giraba hacia ese lado, se hablaba de agenda anticorrupción, matrimonio igualitario, seguridad alimentaria; temas que no le convienen a la visión de la derecha. Desde 1982 los colombianos hemos votado por la paz y por supuestas técnicas por lograrla”.

El contrapeso opositor

Sea estrategia o no del Gobierno y del Centro Democrático, sus acciones políticas tienen reacción lógica en los sectores de izquierda y alternativos.

Hace un mes, exnegociadores de paz, congresistas, exministros, exjefes guerrilleros, académicos y víctimas, crearon el movimiento “Defendamos la Paz”, una iniciativa para insistir en que se implemente lo acordado en Cuba, la defensa de la JEP y buscar soluciones para frenar el asesinato de líderes sociales.

En el grupo sobresalen: Juan Fernando Cristo, Antanas Mockus, Rodrigo Londoño (Timochenko), Iván Cepeda, Humberto de la Calle y Pablo Catatumbo, entre otros.

Esta unión hace parte de una iniciativa de la oposición para masificar su mensaje con el fin de defender lo que, según ellos, es un ataque a la paz. De acuerdo con el profesor Suárez de la UPB, hay sectores contrarios al Gobierno que se exceden en sus manifestaciones y también polarizan. “Lo decepcionante del debate público hoy es la violencia. La izquierda y los enemigos de Duque están movilizando fuerzas sindicales, para crear ambiente de violencia en contra del Gobierno, que a mi parecer, ha tratado de ser más civilista.

Un pulso para medir la fuerza de estos sectores será mañana lunes, 18 de marzo, en la marcha convocada en las principales plazas de Colombia, a partir de las 5 de la tarde.

La convocatoria a esta movilización la realizó la representante a la Cámara por la Alianza Verde, Juanita Goebertus, quien fue elegida por la oposición para responderle al presidente Duque sobre sus reparos a la JEP.

La respuesta fue emitida por televisión, producto del nuevo Estatuto de la Oposición aprobado por el Congreso en 2018 y reglamentado por el Consejo Nacional Electoral (CNE); una herramienta que seguirán aprovechando como réplica a las alocuciones presidenciales.

Para el analista Jaramillo, la oposición está dividida. Sin embargo, destacó que fue un gran avance lo de la réplica a Duque, “pero siguen separados y eso impactará en las elecciones regionales. Uno ve a la izquierda, a los verdes y a los liberales todavía separados por los egos, eso hace difícil el contrapeso al Gobierno”.

Restrepo, al contrario, considera que tienen un discurso claro que, incluso, está siendo escuchado por la comunidad internacional. “Están fuertes y tienen coherencia ideológica. Aunque representan diferentes partidos, uno ve declaraciones muy parecidas, con agenda de paz, política y económica. Los veo conectados con la ONU, la Corte Penal Internacional y la Unión Europea. El uribismo tiene contrapesos fuertes en el mundo por tener una agenda contraria”, señaló.

El Acuerdo de Paz y sus reparos volvieron a la primera línea del debate nacional. En Colombia, los discursos radicales han dado resultados electorales tanto en lo regional como en el país. Con la paz en el epicentro político, los detractores del Centro Democrático buscarán la agenda propia que les permita competir en los comicios de octubre de este año.

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