La actual carrera electoral por llegar a la Casa de Nariño tiene visiones de país tan diferentes, que estamos ante una de las elecciones más polarizadas de los últimos años. Han aparecido apoyos polémicos, campaña sucia, visitas a cárceles y propuestas enrevesadas, todo con mayor ocurrencia en las últimas semanas.
Además de la agudizada polarización, la competencia de cara a la primera vuelta también ha estado marcada por campañas de desprestigio con videos en redes sociales; hubo tres consultas interpartidistas que opacaron las elecciones legislativas; también intentos de alianzas frustrados, controversias internas e las campañas, como la petición de Petro a Piedad Córdoba para que no hiciera más campaña con el Pacto, y cuestionamientos sobre el papel de la Registraduría; además de algunos petristas aceptando que filtraron a sus rivales, y la denuncia de Gutiérrez sobre espionajes con micrófono.
Recopilamos los hechos claves en torno a la carrera por la Presidencia, en la que Gustavo Petro ha punteado en las encuestas, Federico Gutiérrez ha agolpado a la mayoría de los partidos tradicionales, Rodolfo Hernández ha remontado en la recta final y Sergio Fajardo se ha visto apabullado a pesar de haber sido el tercero más opcionado en 2018.
Petro: 4 años en campaña
Este año la disputa por la Presidencia ha tenido un candidato como protagonista en todas las encuestas: Gustavo Petro. Tras ser derrotado por Iván Duque en los comicios de 2018, aprovechó su curul en el Senado –obtenida por el estatuto de oposición– y se dedicó a hacer proselitismo durante todos los cuatro años.
Desde la oposición y con fuertes debates en el escenario legislativo, Petro se mantuvo activo ante la opinión y –en términos generales– las encuestas lo mostraron favorito y aparentemente inalcanzable en intención de voto hasta el pasado 13 de marzo, fecha en la que se realizaron las consultas presidenciales, en las que Gutiérrez se disparó y le entró a la pelea.
Consultas, primera medición
La votación de las tres consultas presidenciales representó uno de los hechos más trascendentales de la actual contienda. El 13 de marzo, paralelo a las elecciones legislativas, los ciudadanos depuraron el partidor presidencial y escogieron a tres candidatos entre 15 que integraban las coaliciones Pacto Histórico, Equipo por Colombia y Centro Esperanza.
Esas consultas fueron una primera medición del caudal electoral de cada coalición y su candidato único. Por coalición, quien más poder electoral mostró fue Petro (4’495.831 votos), del Pacto Histórico; luego apareció Gutiérrez (2’161.686 votos), de Equipo por Colombia; y luego apareció Fajardo (723.475 votos).
Esta elección, que opacó las campañas al Congreso, dio paso a que “Fico” ganara más reconocimiento y en las semanas siguientes apareciera detrás de Petro en las encuestas, y también dejó en evidencia el desplome de Fajardo, ampliamente afectado por las peleas internas en su colectividad.
El centro se dinamitó
A diferencia de hace cuatro años, en 2022 los candidatos del denominado centro político apostaron a llegar “unidos”, pero dicha proceso se quedó en el papel. Previo a la consulta presidencial, Fajardo tuvo que lidiar con discusiones políticas con sus coequiperos Alejandro Gaviria, Íngrid Betancourt y Juan Manuel Galán.
Una de las discusiones que terminó dinamitando ese autodenominado centro político la originó Betancourt al exigir –en enero– la salida de Gaviria de la Centro Esperanza por aceptar apoyos de políticos como Germán Varón (Cambio Radical) y Miguel Ángel Pinto (Liberal). La exsenadora decidió abandonar esa convergencia y finalmente desistió –el viernes pasado– de su aspiración y se sumó a Rodolfo Hernández.
Las masivas peleas le cobraron factura al exgobernador de Antioquia, que llegó golpeado a las consultas y que terminó incluso por debajo de Hernández –con quien intentó unirse– en las encuestas a tan solo una semana de la primera vuelta presidencial.
Se desató la guerra sucia
La polarización ha abundado tanto que incluso se ha reflejado en la campaña sucia emprendida por algunos sectores políticos. Solo en Facebook se han registrado gastos por encima de los 300 millones de pesos para difundir mensajes negativos sobre figuras políticas como Petro, Fajardo, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras.
En ese contexto también se destapó un plan que se emprendió en las filas del candidato del Pacto Histórico en contra del exgobernador de Antioquia. Fue la propia Isabel Zuleta, senadora electa, quien reveló que en los últimos años se dedicó a liderar un plan para “quemar” a Fajardo y, según advirtió, su plan seguiría para desprestigiar a Gutiérrez.
Otros hechos de campaña sucia tuvieron que ver con presuntas amenazas e infiltraciones. El propio Petro en tono de denuncia y como narrativa para plantear que es el candidato amenazado, aseguró a comienzos de mayo que descubrió un plan para asesinarlo en su paso por el Eje Cafetero. Acusó, sin publicar pruebas, al empresario César Giraldo y al grupo delincuencial ‘La Cordillera’. Por su parte, Gutiérrez denunció que encontró un micrófono con el que lo estarían espiando en una sede de campaña en Medellín.
‘Revivieron’ expresidentes
De cara a la próxima elección presidencial volvieron a tomar cierto protagonismo tres de los exmandatarios nacionales. El que más dialogó con candidatos fue César Gaviria, director del Partido Liberal. El expresidente habló con Petro y terminó inclinado por Gutiérrez, tras conversar sobre líneas rojas en torno a temas económicos y sociales.
Los otros dos que también han intervenido en la contienda son Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, líderes naturales del Partido Conservador y el Centro Democrático, respectivamente. Ambos también anunciaron apoyo a “Fico”. El que se inclinó por Petro fue Ernesto Samper, a quien el aspirante del Pacto Histórico aceptó a pesar del polémico escándalo del Proceso 8000.
Juan Manuel Santos fue el único que se mantuvo distante, pero sus exministros del Relaciones Exteriores (María Ángela Holguín), Interior (Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera), Salud (Alejandro Gaviria) y Ambiente (Luis Gilberto Murillo), aterrizaron en la campaña de Fajardo.
El factor gobierno no pesó
Pese a que el gobierno de Iván Duque tuvo resultados en materia de atención migratoria, comercio exterior y energías renovables, su imagen desfavorable y el estallido social que se desencadenó en medio de la pandemia hicieron que su influencia en términos electorales fuera nula.
Duque se ha mostrado crítico frente a las propuestas económicas, educativas y reformas a la Policía planteadas por Petro, pero su opinión no es significativa en la contienda. Así como su imagen, la de su mentor político, Álvaro Uribe, se vio afectada por sus asuntos pendientes con la justicia, por lo que su influencia se vio opacada, tal y como el mismo expresidente lo reconoció. Incluso, su candidato Óscar Iván Zuluaga declinó para unirse a la campaña de Gutiérrez.
Además de estos hitos que han marcado la contienda, las elecciones que se avecinan también están rodeadas de una serie de cuestionamientos al registrador Nacional, Alexánder Vega (ver Paréntesis), quien insiste en que hay garantías para todos los sectores tras las aparentes irregularidades registradas en los comicios del 13 de marzo pasado .