El Consejo de Estado ha ordenado varias veces al presidente retractarse por sus mensajes en redes.
El presidente Gustavo Petro gobierna en dos escenarios paralelos: desde la Casa de Nariño y las redes sociales. Sus comentarios, a menudo apresurados, generan consecuencias que a veces recaen solo sobre él y, en otras ocasiones, afectan a todos los colombianos.
Como cuando desató una crisis diplomática con Estados Unidos por un mensaje publicado a las 3:00 de la madrugada de un domingo.
Pese a los múltiples llamados para que modere el uso de su cuenta en X, antes Twitter, el jefe de Estado persiste en utilizar la plataforma para anunciar nombramientos, disputar la soberanía del país, reprender a sus funcionarios y reaccionar ante las denuncias en su contra.
Las publicaciones del mandatario ya le han costado más de diez batallas perdidas en el Consejo de Estado. Varios ciudadanos y opositores lo han llevado ante instancias judiciales tras ser expuestos en su tribuna virtual, con señalamientos sin fundamento ni pruebas. Esa tribuna, en la que Petro cuenta con más de 8 millones de seguidores, se ha convertido en un escenario de confrontación constante.
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En sus fallos, el alto tribunal no solo le ordena retractarse, sino que también le recuerda que, si decide hacer acusaciones, debe sustentarlas con pruebas y evitar, a toda costa, la estigmatización.
La disputa más intensa que Gustavo Petro ha librado en su red social es la que sostiene con los hermanos Vargas Lleras.
Recientemente, el Consejo de Estado falló a favor de Germán Vargas Lleras al concederle una tutela que obliga a Petro a retractarse por haber afirmado que, cuando Vargas Lleras era vicepresidente de la República, ignoró deliberadamente su propuesta relacionada con elevar la Autopista Norte en el tramo vial que pasa por los humedales Torca y Guaymaral, con el fin de evitar o disminuir las inundaciones. Una recomendación hecha en su rol como alcalde de Bogotá.
“Vargas Lleras hizo caso omiso cuando quieren ensanchar y elevar la Autonorte sin que sea un viaducto, construyendo solo estrechos pasos para el agua. Lo único que hacen es represar el agua de manera mucho más peligrosa que ayer. Eso sí, aumentan las ganancias”, escribió el presidente en su momento.
En su defensa, el exvicepresidente alegó que el entonces alcalde de Bogotá nunca presentó propuestas al Gobierno Nacional para construir un tramo elevado que conectara los humedales. Petro, desafiante, respondió que aunque le cueste la cárcel, no se retractará. “No puedo decir una mentira así me lo ordenen con pena de cárcel”, escribió.
No es la única derrota que el mandatario ha sufrido por sus arrebatos en redes sociales.
Meses antes, el Consejo de Estado también falló a favor de Enrique Vargas Lleras, hermano de Germán, tras una publicación del presidente en la que lo acusó de irregularidades en la Nueva EPS.
“En la Nueva EPS, manejada por la familia Vargas Lleras, ocultaron 5,5 billones en deudas mientras hacían gastos billonarios innecesarios. ¿Cómo se reparará esta salud destruida por la codicia?”, publicó Petro.
El alto tribunal determinó que el presidente no hizo el más mínimo esfuerzo en verificar la veracidad de sus acusaciones, presentándolas como hechos demostrados ante la opinión pública.
“Para hacer estas afirmaciones, el señor presidente no acreditó haber agotado siquiera un mínimo de diligencia en la verificación de los hechos que informó a la población, no como apreciaciones, sino como supuestos fácticos verdaderos o demostrados”, se lee en el fallo.
Pero sus conflictos no se limitan a enfrentamientos con políticos poderosos. El presidente también ha utilizado su tribuna digital para arremeter contra ciudadanos comunes que critican su gestión o se oponen a sus reformas.
Uno de los casos más polémicos fue el de Hannah Escobar, a quien el presidente llamó nazi y acusó de persecución política por su oposición a la reforma a la salud. El resultado fue predecible: una avalancha de amenazas e intimidaciones contra la mujer. Aunque el Consejo de Estado falló a su favor y ordenó al presidente ofrecer disculpas, Petro solo logró revictimizarla con su intento fallido de acatar el fallo, obligándola a recurrir nuevamente a la justicia por desacato.
En esa misma línea, la semana pasada, la misma corporación ordenó al jefe de Estado retractarse por haber llamado “victimarios” a un grupo de jóvenes que anunció su participación en una manifestación el pasado 24 de noviembre. La tutela interpuesta por Josías Fiesco Agudelo alegaba que el presidente había vulnerado su derecho a la protesta.
“Calificar a quienes ejercen su derecho a la protesta legítima de la forma en que lo hizo el presidente de la República, constituye una injerencia que vulnera su derecho fundamental”, señala el fallo.
Aunque las derrotas son más frecuentes que las victorias, Petro ha logrado salir bien librado en ciertos casos. Uno de ellos fue el comentario que hizo durante la posesión de la defensora del Pueblo, Iris Marín, cuando arremetió contra las periodistas al llamarlas “muñecas de la mafia”, por supuestamente, construir la narrativa del “terrorismo en la protesta” para criminalizar el derecho a manifestarse.
“Las periodistas del poder, las muñecas de la mafia, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”, dijo, provocando un escándalo mediático y una ola de solidaridad entre periodistas que exigían respeto por su buen nombre. Sin embargo, en esta ocasión, el Consejo de Estado no encontró motivos suficientes para fallar en su contra.
Mientras tanto, el presidente sigue utilizando sus redes sin temor ni temblor, abriendo frentes de batalla y dejando sin cerrar múltiples controversias.
