El cese el fuego unilateral e indefinido declarado por las Farc cumple un mes este martes, en medio de la expectativa por el cambio de postura del Gobierno a considerar aceptar la tregua antes del final de la negociación y no después de un acuerdo de paz con la guerrilla.
A pesar de que el Gobierno reconoce el “cumplimiento” del cese el fuego de las Farc como “una decisión en la dirección correcta” y expresó la posibilidad de una tregua bilateral “en su momento indicado”, hay debate en Colombia entre partidarios de la salida negociada al conflicto y detractores de pactar una tregua antes de un acuerdo final y la entrega de armas de la insurgencia.
La Defensoría del Pueblo entregó este martes el primer reporte sobre el monitoreo adelantado por el Sistema de Alertas Tempranas de la Institución, en el que destaca desde el 20 de diciembre de 2014 no se han registrado acciones armadas ofensivas de las Farc “que puedan ser consideradas como un incumplimiento o violación del cese al fuego”.
Agrega el organismo “ha habido una disminución sustancial de los hostigamientos y ataques armados con efectos indiscriminados contra la Fuerza Pública, los ataques a poblaciones, las emboscadas y los atentados contra la infraestructura eléctrica, petrolera, vial y de comunicaciones”.
El seguimiento realizado desde el 20 de diciembre de 2014 permite afirmar que en este lapso no se han registrado acciones armadas ofensivas de las Farc que puedan ser consideradas como un incumplimiento o violación del cese al fuego.
El monitoreo realizado de forma independiente por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) indica que desde el pasado 20 de diciembre “no se registran acciones ofensivas de las Farc” contra la Fuerza Pública ni la infraestructura del país”, lo que constituye la mayor reducción de las hostilidades del conflicto armado desde 1984, cuando la guerrilla declaró una tregua durante diálogos con el Gobierno.
El Cerac también concluyó que aunque no hay cese bilateral oficial, también disminuyó la ofensiva de las Fuerzas Militares, lo que confirmaría la tesis de analistas sobre una tregua tácita.
Para hoy también se espera un informe del conjunto de organizaciones sociales que integran el Frente Amplio por la Paz (veedoras), que han pedido al Gobierno detener sus ofensivas militares, luego que el grupo insurgente reiterara en los últimos 30 días que las operaciones “provocadoras” de las Fuerzas Militares ponen en riesgo su tregua unilateral.
Hasta ahora, la versión oficial en los últimos 30 días hay un soldado muerto al caer en una mina, reconoció el Ejército la semana pasada.
La posibilidad de un cese el fuego bilateral será tema de discusión en la mesa de diálogos que se reanuda el próximo 2 de febrero en La Habana. Así lo reconoció este lunes el jefe negociador, Humberto, quien señaló que en las reuniones celebradas del 15 al 18 de enero, las delegaciones del Gobierno y las Farc mantuvieron “una decidida determinación hacia el fin del conflicto”.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó también que el alto el fuego bilateral e indefinido con la guerrilla puede producirse antes de que se firme la paz y no como consecuencia de un acuerdo, como había defendido hasta ahora.
“Lo que yo quiero es que desde ya comencemos a hablar cómo va ser ese cese al fuego bilateral y definitivo con la comisión de las Farc, para que tengamos eso listo, y en su momento veremos si lo aplicamos de forma inmediata”, indicó Santos en su programa semanal Agenda Colombia.
Gesto de paz o instrumento de presión
La polarización aumentó hace ocho días, luego de que las Farc informaran que “dieron de baja” a ocho soldados del Ejército cuando se defendieron de un ataque del Ejército en Mesetas (Meta). El Ejército desmintió las muertes.
Los críticos de pactar el armisticio argumentan que las Farc no han cumplido del todo. El senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, aseguró a la agencia Colprensa que “En Huila asesinaron a un soldado, los enfrentamientos han sido constantes en varias zonas del país, han intensificado la extorsión, entonces continúan en la comisión de delitos sin cumplir el anuncio”.
También lo cuestiona el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, José Felix Lafaurie, quien denuncia que en el último mes las Farc “pueden haber suspendido atentados o secuestros que llaman la atención de la sociedad, pero las extorsiones continúan a la orden del día contra nuestro sector en las zonas rurales y no descartamos que estén implicados en el contrabando de ganado que padecen los ganaderos”.
Según analistas del conflicto, las Farc presionan al Gobierno para que cambie uno de sus “inamovibles” y acepte la propuesta de pactar el armisticio y su arma es la reiteración de que la ofensiva militar puede romper su alto el fuego.
Desde el inicio del proceso de paz el cese el fuego unilateral ha sido una propuesta de las Farc. Pero tras la tregua unilateral de la guerrilla aumentó la presión de organizaciones sociales de izquierda para que el Gobierno suspenda las acciones ofensivas contra las guerrillas para avanzar en las negociaciones con un “mejor clima” para los diálogos y mitigar el conflicto antes de un acuerdo final de paz.
Esa tregua unilateral e indefinida se inició el 20 pasado de diciembre y, según señalaron las Farc al anunciarla, “debe transformarse en armisticio” y advirtieron que “se daría por terminado” solamente en caso de que se constate que las “estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública”.
El tema ha generado un debate en el país entre partidarios y detractores de la tregua bilateral. Estos últimos reclaman que el Gobierno y las Fuerzas Militares tienen el deber constitucional de enfrentar a los grupos armados ilegales.
Analistas del conflicto como el general retirado de la Policía, Jairo Delgado, director de análisis del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría, sostiene que un cese el fuego bilateral puede contribuir a “desescalar la confrontación armada aunque las Farc busquen trasladarle el costo político del conflicto al Gobierno. Pero hasta ahora no cede al armisticio para mantener la ventaja militar conseguida durante la última década”.
Los departamentos donde se ha sentido el cese el fuego y donde se proyecta el desescalamiento de las hostilidades son Cauca, Nariño, Catatumbo, Putumayo, Meta, Arauca, Antioquía, Magdalena Medio, Huila.
Las negociaciones también tienen dos temas de la agenda pendientes por discutir y llegar acuerdos: derechos de las víctimas y condiciones para el fin del conflicto.